EL MAL ARGENTINO
Algo huele mal camino de Dinamarca, decía SHAKESPEARE en una de sus obras geniales, HAMLET y ese aforismo podría aplicarse a una gestión de gobierno que se ve, súbitamente, enfocada y salpicada por el caso SKANSKA, la empresa sueca que está encargada de grandes obras de ingeniería en nuestro país. Hay cosas que de golpe nos entregan varias revelaciones: a) a nadie se le podría ocurrir que una empresa nórdica (Sueca, Noruega, Dinamarquesa) que siempre se han considerado impolutas, estén sospechadas ó peor aún, involucradas en hechos de corrupción; b) después analizamos que, naturalmente, tienen directivos ó ejecutivos argentinos que “facilitan” los procederes; c) aún así también demuestra que la corrupción, como la gripe, los mosquitos ó la corrosión están en todos lados del mundo, sean los nórdicos, los japoneses, ingleses, norteamericanos, etc. Y ésta última figura, la corrosión es la que mejor grafica lo que sucede con los hechos de corruptela, sea entre privados, sea con la anuencia de un funcionario público… A nadie se le escapa que una de las grandes desdichas que aquejan a nuestro tiempo es la corrupción entendida como método utilizado para facilitar contrataciones de distinto origen, sean estatales ó privados. Muchos me recordaban que durante la gestión de un gobernador de la Provincia de Buenos Aires muy cabezón, se cobraban “retornos” hasta a las cooperativas de viviendas, entidades que luchaban para tener el favor de sus asociados, un techo propio. Se aprovechaban de esas necesidades tan urgentes y perentorias de la gente. No sólo estos hechos enturbian el buen proceder de los funcionarios honestos, sino que – a los ojos de la gente- todo se simplifica y se “corta grueso”, unificando a todos los dependientes del Estado. En nuestro SAN PEDRO dicen que hemos tenido de todo. Desde el Intendente más cuidadoso y hasta temeroso de firmar libranzas (cheques) por desconfiar del ser humano en general hasta aquel que ingresó casi pobre y con cuenta corriente en descubierto y hoy tiene un patrimonio que no puede justificar seriamente. Y no heredé nada, como le sucedía a muchos dirigentes políticos ó gremiales absolutamente venales ( ¿se acuerdan de TRIACCA y su famosa suegra?) que hace algunos años disimulaban de tal modo sus “cometas”, salvo el “Luis”, el inefable BARRIONUEVO que en un ataque de sinceridad pidió “no robar por dos (míseros) años”!!! Recordar todas estas cosas nos hace muy mal. ORTEGA Y GASSET dijo en un artículo publicado en el año 1937 que el escritor y filósofo español Miguel de UNAMUNO murió del “mal de ESPAÑA: la desunión”, enmarcado entre las innumerables muertes que asolaba la vida española en su guerra civil. Aquí, en cambio, murieron miles de argentinos porque soñaron con un país mejor. Parece vergonzoso que los sobrevivientes de esas épocas nos comportemos como disfrutando de una fiesta. El “mal argentino” es, sin dudas, la corrupción por encima de todas las cosas!!! Por el Dr. Elvio Macchia