El hombre que murió el jueves era el casero de la quinta de la esposa de Rudy Ulloa
El deceso se produjo el jueves a las 23 en la casa ubicada sobre Ruta 191
El deceso de Osvaldo Eugenio Piñero, el pasado jueves, dejó al desnudo una situación impensada cuando se supo que el hombre es en realidad el encargado de la finca de Jesica Uliarte, la esposa de Rudy Igor Ulloa.
Todo habría quedado en el olvido si no fuese por la demora en la entrega del cuerpo, que quedó en depósito en la morgue puesto que se determinó que el deceso se produjo a causa de un infarto y frente a la pareja con la que convive desde hace más de 17 años, Olga Pierotti.
La familia recién pudo sepultarlo el sábado a las 11.00 de la mañana tras varios reclamos, incluído un llamado a La Opinión para saber de qué modo debía proceder porque no tenían información desde el momento en que el cadáver había sido retirado de la casa que habitan en el campo ubicado en el km 4,5 de la Ruta 191 y que fue objeto de polémica cuando el exchofer de Néstor Kirchner, devenido en empresario de medios y con una considerable fortuna, adquirió el campo a nombre de su mujer y edificó sin abonar los derechos de construcción.
Lo cierto es que el domingo por la tarde, Olga Pierotti, quien se desempeñaba desde hace muchos años como personal de limpieza, reveló que el propio Ulloa viajó desde Río Gallegos y llegó a la propiedad para informarle que debía retirarse porque ya contrató a otro casero y que por su condición de jubilada no le correspondía indemnización alguna.
La viuda recurrió una vez más a este medio ya que había supuesto que podría quedarse un tiempo más prestando servicios a la familia y necesitaba una casa a la que mudars porque la suya, ubicada en el barrio Futuro, está ocupada por familiares y además de perder a su marido perdería también la posibilidad de seguir procurándose sustento.
“Murió a las 23 horas, no tenía antecedentes cardíacos”, indicó Olga cuando se le preguntó sobre el fatal desenlace del que aún no logra sobreponerse. Contó que no tienen hijos en común pero que los propios eran quienes estaban en relación constante por las casi dos décadas compartidas como pareja y 13 en ese establecimiento rura, él como encargado y ella como personal de mantenimiento.
Hay muchos detalles curiosos en el proceder de Ulloa y documentos que muestran que Piñero fue algo más que un casero para la familia austral que temía que los procesos judiciales en su contra pudieran alcanzar sus propiedades.
Vale la pena recordar que Piñero y Perotti sufrieron dos asaltos mientras prestaban servicios para los Ulloa, quienes hasta que comenzó el aislamiento solían llegar a menudo para pasar fines de semana en San Pedro.
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