El hombre dominador explota a la Tierra
A causa del egocentrismo de los hombres, la comunicación positiva con el prójimo ha disminuido cada vez más. Además al vivir en edificio altos y estar unos junto a otros, debajo o encima de otros, el hombre se ha separado casi de forma hermética del hombre y de la naturaleza, disminuyendo la comunicación con la vida del mundo mineral, vegetal y animal o interrumpiéndola en parte o completamente, según sea el estado de consciencia del hombre. Del egoísmo de muchos hombres, del “mío y para mi”, creció la ambición de poder.
El hombre se convirtió en el dominador que se atribuyó el derecho a gobernar los reinos de la naturaleza. Simultáneamente quiso someter la Tierra de forma cruel y este comportamiento no es divino.
La ley del amor desinteresado es la ley del servir a los demás, el estar con y a favor del otro, el regalarse y recibir mutuamente. Dios, el Eterno, no habló de explotación y brutalidad con respecto a todos y a todo lo que vive sobre la Tierra.
Vida Universal
Maximiliano Corradi