El HCD pregunta por los “materiales que desaparecen”
La semana pasada el HCD aprobó, debate mediante, un pedido de informes que será elevado al Ejecutivo para que entregue información sobre diferentes situaciones en las que materiales de construcción adquiridos para obras públicas habrían desaparecido. La presunción de un robo o desvío sistemático con contactos internos, genera inquietudes desde hace tiempo pero recién después de un nuevo escándalo que involucra a una Iglesia Evangélica y a su titular, rebrotó este interés.
Durante el año 2005 se registraron diferentes episodios que jamás llegaron a esclarecerse y que tenían una raíz común: la desaparición de materiales de construcción de obras controladas, por personal de la Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad.
Un robo insólito de elementos de gran porte (cabreadas, bolsas de cemento y ladrillos) en la oficina que ocupaba la Dirección de Viviendas, se cargó a un funcionario que desde que había asumido en la Dirección de Viviendas y Escuelas, estuvo siempre cuestionado. Oscar García fue uno de los principales apuntados por las sospechas debido a sus vinculaciones, jamás desmentidas totalmente, con emprendimientos que casualmente terminaban operando en el mismo rubro de materiales y que contaban con un guiño positivo de la administración municipal que prefirió enmarcar las críticas en una supuesta campaña política cuando en realidad, los materiales se esfumaron y la utilización de una tosquera municipal a favor de privados, también.
Los concejales del PJ fueron a la Justicia denunciando estos hechos, pero la causa se archivó por no conseguir mayor información probatoria.
Algunos años antes y desde el inicio de las obras por administración, otras críticas apuntaron a colaboradores directos del Intendente que incluso desempeñaron un papel clave como punteros o referentes barriales y casualmente ocupaban espacios estratégicos en el control de las obras.
A uno de ellos se refirió Mario Romero, el ex boxeador que protagonizó un episodio con el concejal y pastor evangélico Luciano Juhant, luego de que desde su iglesia se lo contactara junto a otros beneficiarios del Plan Jefes para realizar trabajos en la construcción del templo.
Romero, por un lado, ratificó que Juhant y su iglesia quedaron en deuda por un trabajo adicional que le pidieron y que jamás le pagaron.
“Si pensaban que por 150 pesos por mes iban a tener mano de obra calificada, estaban planificando explotar a la gente”, deslizó un concejal al escuchar las explicaciones del pastor edil que, aunque se esfuerza, no logra convencer sobre el desconocimiento absoluto de esta deuda.
El trabajador, está denunciado por Juhant, por una supuesta agresión. Sin embargo, con este hecho se descubrió algo mucho más profundo e interesante que podría llevar a la Secretaría de Obras Públicas a citarlo para que brinde mayores datos sobre la supuesta salida de materiales desde los obradores municipales. Desmienten que se hayan usado este tipo de elementos en la Iglesia Evangélica, pero no se puede desmentir con contundencia que no hayan sido vendidos o cedidos materiales de las 150, las 49 o las 291 a otros emprendimientos.
El control de este movimiento se profundizó con la llegada de Heriberto Juan Bennazar a la Secretaría de Obras Públicas en Diciembre pasado. No obstante él mismo reconoce que algo puede estar pasando sin que lo sepa y que se deberá elaborar el informe y responderlo. Algo que los concejales valorarán mucho porque no abundan las respuestas.
A esta altura de los acontecimientos es probable que la Municipalidad desestime de ahora en más construir viviendas por “administración” tomando a su cargo toda la responsabilidad.
Aún cuando es una buena forma de abaratar algunos costos y contar con mano de obra local asegurada, se corren tantos riesgos que es preferible que sea una empresa la que cumple con las pautas exigidas y se hace cargo de todo, incluso de custodiar los materiales que a la Municipalidad le roban con tanta facilidad.
La solicitud formal llegará al área esta semana y a partir de allí se pondrá en marcha una investigación exhaustiva en la que prometen no silenciar nada y mucho menos ocultar situaciones que puedan haber provocado malversación de materiales pertenecientes a todos los sampedrinos. Aunque es imposible plantearse que no era necesario esperar a esto para hacerlo, más vale tarde que nunca.