El Gobierno reubicará a los puesteros en el Balneario
Luego de un fin de semana largo en el que les permitieron trabajar, con excepción de los que cocinan, el Ejecutivo definió que la zona de ubicación de los puesteros será en el predio que regenteaba Actur. Las viejas proveedurías serán una especie de patio de comidas y reglamentarán ordenanzas vigentes. La articulación con Desarrollo Social de la Nación será fundamental para la puesta en marcha. Para Semana Santa comenzará a funcionar el nuevo ordenamiento y ya no habrá puestos en el Paseo Público ni en el resto de la costa.
La tapa de La Opinión reveló la semana pasada la decisión del Gobierno municipal de erradicar a los puesteros que se ubican en la costa, lo que comenzó este fin de semana largo no sin la queja de muchos de ellos, algunos con más razón que otros.
El intendente había instruido a sus funcionarios para que pusieran en marcha el plan de desalojo ante las desprolijidades administrativas que significaba el tema, teniendo en cuenta que los puesteros pagaban como vendedores ambulantes sin serlo.
El viernes convocaron a la reunión que iba a tener lugar el miércoles, donde alrededor de 20 puesteros llevaron su inquietud pero recibieron la noticia de la que ya se habían enterado por este semanario: había que dejar la costanera o en todo caso cargar todo en carritos y bicicletas para circular, si querían vender.
Baraybar, Borgo, Manchone y Rial fueron los encargados de comunicarles la situación, aunque al salir de la reunión no les habían dado certezas respecto de si podían o no trabajar por este fin de semana extralargo. “Nosotros vamos a ir igual”, dijeron a coro a La Opinión varias mujeres que venden plantas, tortas y pastelitos en el Paseo Público.
En efecto, lo hicieron. De acuerdo a lo que contaron esas puesteras, los funcionarios se habían comprometido a llamar por teléfono y avisar qué sucedería durante el fin de semana, ya que el intendente “estaba reunido con (el Ministro de Planificación Federal) De Vido” y no estaba el viernes en la ciudad.
Sin embargo, al otro día nadie les había avisado y los puesteros fueron a ubicarse en su habitual lugar de trabajo, lo que no le gustó nada al Jefe Comunal, que había dado órdenes precisas sobre el tema.
Finalmente, tanto en el Paseo Público como en el “Pasillo Público” pudo verse a los vendedores ambulantes que no deambulan en sus tradicionales puestos fijos, aunque hubo menos que lo habitual. El Secretario de Economía Roberto Borgo y el Director de Seguridad, Tránsito y Nocturnidad Raúl Manchone recorrieron la zona para supervisar qué se comercializaba y decomisaron chacinados y embutidos, aunque en realidad lo que hicieron fue comprarlos con fondos públicos para distribuirlos a comedores tal vez sin pensar que si no eran aptos para el consumo de los turistas menos lo serían para los niños, salvo análisis de bromatología que por lo que se ha visto ha estado ausente incluso para verificar la venta de frutas y verduras.
El Ejecutivo mantuvo ayer una reunión de gabinete en la que resolvieron los pasos a seguir, luego de las dudas del fin de semana, pero con la certeza de que la decisión política de que no haya más puestos desperdigados libremente en el Paseo Público y la costanera es el horizonte.
Proyecto reubicación
El jueves próximo el Gobierno mantendrá una nueva reunión con los puesteros, en la que le darán precisiones y detalles sobre el plan de reubicación, del que La Opinión pudo conocer algunos lineamientos generales. Se acerca Semana Santa y habrá que trabajar contra reloj.
Obras Públicas debe armar un proyecto para definir la zona donde ubicarán los puestos, con una estética determinada y de la que todo indica que deberán hacerse cargo los propios comerciantes, aunque para el fin de semana largo que viene habrá gazebos que cederá el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que lidera Alicia Kirchner y de estrecha vinculación con el flamante puesto en el que asumirá hoy el Concejal Nicolás Macchia, siempre y cuando no suceda lo mismo que con el fallido director de Cultura Leo Pascual que duró lo que tardaron en borrar los comentarios en las redes sociales como nuevo titular del área que aún sigue a cargo de Aguilar (Ver página 5).
Los puestos estarán distribuidos a lo largo de la calle interna del exbalneario municipal. Para los que venden comidas, el plan es ubicarlos en lo que eran las proveedurías de Actur, donde podrán ofrecer sólo sándwiches para no competir con los restaurantes.
“En el Paseo no tiene que quedar nadie”, fue la frase que clausuró el debate del martes por la mañana. Para la reubicación en el sector delimitado en el exbalneario se reglamentarán ordenanzas vigentes y preparan un expediente que pondrán a consideración del Concejo Deliberante.
La figura para el proceso de ordenamiento de la situación de los puesteros es la de “concesión de espacio público”, para que aporten al Estado desde ese lugar y ya no como “vendedores ambulantes” que no son. Falta saber cómo se rendía e ingresaba el dinero recaudado hasta la actualidad por los funcionarios que recorrían la zona de la costa.
El Ejecutivo definió distribuir los puestos por rubros y los funcionarios ya advirtieron que los de frutas y verduras sólo podrá vender las primeras y de estación. “Queremos que el turista tenga un lugar donde pueda comprar las cosas a puestos autorizados y predefinidos”, aseguraron desde el Gobierno.
Entre los temas debatidos apareció el de la pazoleta Fray Cayetano Rodríguez, donde también prevén algún tipo de feria, con articulación con el Ministerio de Alicia Kirchner, y el control efectivo del carro de comidas que funciona ahí, que si bien cumple con las condiciones de salubridad, no puede vender alcohol, ya que está prohibido en los espacios públicos.
Sobre el carro de artículos de pesca, la decisión es que deberá buscar lugar en un espacio privado de la costa si quiere continuar, porque no tendrá lugar entre los puesteros del exbalneario. Suerte similar podría correr el carro de comidas que funcionar en el Tiro Federal .
Si bien el fin de semana pasado el Gobierno no permitió cocinar chorizos y hamburguesas, para Semana Santa, mientras terminan de acondicionar las viejas proveedurías, dejarán que los puesteros vendan ese tipo de comidas, pero controlarán cada etapa de las condiciones en que trabajan.
Además, la Secretaría de Desarrollo Social que conducirá Nicolás Macchia hará un relevamiento de cada familia que tiene un puesto para establecer si esa es su única fuente de ingresos y evitar la proliferación de “vivos” que aprovecharon la posibilidad de instalar un comercio en una zona privilegiada sin aportar como corresponde.
Los modelos son la feria de economía social que organiza el Centro de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y Frutos de la Tierra y el Río, iniciativa que también se lleva adelanta a través de la articulación de organismos del Gobierno nacional como el INTA.
Frutos de la Tierra y el Río tuvo lugar en la plaza Constitución este fin de semana largo y hay un plan para que esos emprendedores puedan ir al Balneario y tener un espacio junto al resto de los puesteros.
El Director de Producción y Turismo Pablo Ojea es uno de los coordinadores de la regularización de este tema.
La queja de los puesteros
Los que realmente encontraron en los puestos de la costa un emprendimiento familiar que les permite sobrevivir son los más preocupados, sobre todo desde la semana pasada a esta parte, ya que no tenían demasiadas certezas respecto de cómo sería el plan de reubicación.
“Lo único que queremos es trabajar tranquilos”, dijeron vendedoras de tortas y pasteles, de cactus y plantas. “Yo como vendedora ambulante tengo el kiosco de Ayudis, estoy pagando una ayuda a Ayudis, vengo a escuchar lo que tienen para decir”, sorprendió una mujer el viernes antes de entrar a la reunión, en lo que fue casi una confesión de una irregularidad indisimulable.
“Perdemos la fuente de trabajo”, se quejó un vendedor de churros que analizó la situación: “Yo ando todos los días barrio por barrio. Nos enteramos por el diario que no podíamos estar. Se los dije en la reunión, si no quieren vendedores ambulantes que creen fuentes de trabajo dignas, no como las que hay, que te ponen mitad en blanco y mitad en negro, que traigan fábricas”, dijo y pidió “control para todos”.
Algunos están hace dos, cuatro, cinco y hasta ocho años. Cada vez que hay fin de semana largo o cambian funcionarios del gobierno reciben la visita. “Nosotros pagábamos la sisa, dicen que no se puede ahora. Pero cada vez que hay un evento pasa lo mismo, nos hacen problemas. Siempre nos cobraron 150 pesos por día, eso pagamos en Carnaval, que para nosotros era una barbaridad”, relató una mujer.
“En carnaval, de los cuatro días nos cobraron dos. No tenemos baño, luz, nada, no ofrecen nada y ahora nos quieren sacar. La gente que elabora cosas no puede perder la mercadería”, se quejaron.
“Nosotros vamos a seguir trabajando igual, no podemos dejar que se pudra la mercadería, vivimos de esto y al día, si no laburo mi familia no come ni puede pagar las cosas”, dijo otra.