El Gobierno evalúa restringir la circulación vehicular en la costa
Tras la pavimentación, el intendente Salazar propuso a sus funcionarios debatir ventajas y desventajas de cerrar el acceso de autos y motos al Paseo Público los fines de semana, suspender la circulación en toda la avenida costanera mientras la gente hace ejercicio de lunes a viernes y hasta evaluar qué pasaría si decidieran que por el bajo no haya más tránsito que de peatones y bicicletas. El debate comenzó y hay voces a favor y en contra de cada propuesta.
En medio de los trabajos para la recuperación de la zona costanera, que incluye contención de barrancas, pavimentación, reconstrucción de la escalera que continúa simbólicamente la calle Mitre, los baños del exbalneario, la playa que nunca llegó y otras obras, el intendente comenzó a analizar con su gabinete la posibilidad de restringir la circulación vehicular en la costa, para que San Pedro se convierta en una ciudad amigable con el peatón y el ciclista.
Mientras estuvo cerrado al tránsito porque estaban las máquinas, hubo algunas quejas aisladas. Pero el Gobierno notó que quienes llegaban al bajo para caminar, patinar, correr, andar en bicicleta o sólo para pasar un rato bajo los árboles del Paseo Público lo hacían con más tranquilidad.
Luego, cuando reabrieron la circulación de autos y motos, se dieron cuenta de que el pavimento nuevo habilita una velocidad que no es acorde con el destino que el resto de la comunidad le da a ese espacio, territorio esencial del paseo y el descanso en la ciudad.
Una tendencia mundial
Las posibilidades que se barajan son varias. Desde cortar el tránsito los días de semana de 19.00 a 21.00, cuando el lugar es utilizado por quienes hacen ejercicio, pasando por suspender el acceso en auto y moto al Paseo Público, hasta la idea alocada de que los fines de semana no haya circulación entre Mansa Lyfe y el exbalneario.
“Todas, algunas y ninguna”, comentan desde el gabinete que son las opciones que se discuten. Es que el intendente Cecilio Salazar, mentor de la idea de que “algo hay que hacer”, empezó a relevar opiniones en su entorno y las hay diversas.
Hoy la tendencia mundial es generar espacios de vida sana, con el peatón y el ciclista como protagonista. Pasa en todas las ciudades grandes de Latinoamérica, como Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Lima, Río de Janeiro, Guayaquil, cada una con su particularidad pero con una certeza: hay días, en especial los fines de semana, en los que hay que bajarse del auto, disfrutar de la naturaleza, conectarse con el espacio de otra manera.
La tendencia se reproduce en ciudades más pequeñas, sobre todo en aquellas que, como San Pedro, tienen mucha afluencia de turistas. Lo saben: el visitante llega para descansar y establecer un vínculo con un paisaje que no disfruta a diario. La invitación en esos lugares es a que el local también se contagie de esa idea.
Hora de evaluar
Está claro: el sampedrino está acostumbrado a una “vuelta del perro” que incluye la costa en general y el Paseo Público en particular. Un clásico de los pueblos turísticos es que el local no alcance a valorar el espacio verde en el que habita, porque convive con eso a diario.
Las primeras consultas en la calle que hizo La Opinión para analizar el asunto dan cuentas de que hay quienes se mostrarán reticentes a la idea de no ingresar con el auto al parque más importante de la ciudad.
Es que están acostumbrados: van con el auto hasta el Paseo Público, entran, estacionan donde pueden y allí mismo bajan las reposeras o la manta, el mate, las facturas, encienden la radio del auto para escuchar el partido o ponen música y, a pocos metros del todavía caliente motor, pasan el rato.
Quienes están de acuerdo con cerrar el tránsito son los que prefieren no exponerse a los gases de los vehículos, a los ruidos de motores, a la música a alto volumen de unos y otros que se confunde en el aire y provoca mixturas inaudibles.
Aprovechar el privilegio de construir una ciudad por encima de las barrancas permite la posibilidad de pensar que abajo puede mantenerse un estado de armonía entre el hombre y la naturaleza. Si somos “El verde más cercano”, permitiría serlo aún más.
Si quisieran restringir totalmente el tránsito en la avenida costanera, en el Gobierno deberán debatir cómo resolver la situación de los clubes de una costa que tiene gran parte de su extensión en manos de privados.
De la misma manera, si cortaran la circulación a la hora en que la gente sale a caminar, correr, patinar o andar en bici, coincidirá con el momento en que salen de clubes y complejos a los que fueron a pasar la tarde, por lo que deberán pensar de qué manera resuelven ese tránsito.
Siempre hay posibilidades de restricción que permitan una convivencia en la que la prioridad la tengan los peatones, los ciclistas, los atletas, sobre todo en esos sectores, que están creados para el disfrute del entorno natural.
Eso sí, necesitará un consenso amplio para no tomar una decisión que termine por ponerle en contra a buena parte de la comunidad, que todavía tiene sus dudas sobre los beneficios de dejar el auto en casa.
Basta con ver lo que sucede cada fin de semana por la noche: todos salen a bailar y a divertirse, lo que implica en la mayoría de los casos beber alcohol; y a pesar de que todo queda a pocas cuadras, van en auto.
El problema del agua
El Gobierno esperaba a Coopser para comenzar a colocar las luces led. La demarcación de la avenida costanera estaba prevista para esta semana, aunque todavía no comenzaron. Mientras tanto, las otras obras siguen en marcha, con más o menos velocidad y diversas empresas que tienen a su cargo distintas tareas, todas financiadas con el Fondo de Infraestructura provincial.
Uno de los problemas que aparecieron para el flamante pavimento es la acumulación de agua los días de lluvia. Sucede en la zona del club de rugby Los Biguá, en el Howard Johnson, en Pescadores y frente al monumento a Eva Perón.
El agua se estanca, filtra por debajo del camino y daña el pavimento.
“Les di instrucciones precisas a Silvio y Camillettipara que el agua no se estanque ahí”, dijo Salazar a La Opinión. Además, instruyó al área de Legal y Técnica que conduce su hijo Ramón para que evalúe si es necesaria algún tipo de intimación a quienes detentan propiedad en esos sectores. Es que, “si el agua no corre, por algo es”.
Inaugura la “Casa de Turismo”
La Dirección de Turismo inaugurará este miércoles a las 13.00 la nueva sede ubicada en la Casona 1830, en Mitre y Liniers.
El nuevo espacio cuenta con una ambientación en la que el turista podrá apreciar bondades de la naturaleza sampedrina. A laoferta de información se sumará un espacio para los emprendedores de “Frutos de la Tierra y el Río” que podrán exponer y vender sus productos a los turistas.
Allí habrá tres empleados del área que conduce Marcela Cuñer que atenderán los requerimientos de los visitantes en escritorios comprados para la ocasión, que en tiempos de austeridad no muestran lo mejor de la producción mobiliaria local.
Cuñer, licenciada en Turismo especializada en la creación de conciencia turística, espera este año lanzar una campaña que denominó “Descubriendo San Pedro” destinada a “que los vecinos conozcan las cosas que ofrece la ciudad".
Coincide la Directora de Turismo con la apreciación que desliza la nota principal de esta página respecto de que “los mismos sampedrinos no lo disfrutamos; al no conocer no los aprovechamos y no sabemos qué recomendar al turista cuando pregunta”.
Además de la Casona, que estará abierta hasta entrada la noche, mantendrán las oficinas de información turística en 3 de Febrero y Mitre y en la avenida Costanera.
La nueva licitación para la Terminal –que quedó desierta porque Basante desistió y hay que hacer nuevo llamado– tiene previsto una casilla de turismo, y Cuñer mantendrá los fines de semana los gazebos en los accesos por las rutas 1001 y 191.