El Gobierno evalúa alternativas para mejorar la recaudación propia
El secretario de Economía Mario Sánchez Negrete anticipó algunos aspectos del Presupuesto del año que viene, sobre el que ya trabajan. Buscarán que los ingresos propios crezcan al 40 por ciento en los próximos dos años. Analizan que quienes menos tienen paguen montos mínimos.
De la calificación “el peor municipio de la Provincia” en materia de ingresos propios, el Gobierno avanzó en lo que ellos llaman “generación de confianza en el vecino” y lograron que el porcentaje de incidencia de la recaudación local en el presupuesto pase de 19 por ciento que tenía Guacone al 32 por ciento, según informó el secretario de Economía Mario Sánchez Negrete.
Aunque lejos de los nueve puntos para lograr “eficiencia recaudatoria” planteados en la plataforma de campaña, el equipo de Economía y Rentas, con Sánchez Negrete y Hernán Abatángelo a la cabeza, puede mostrar algunos logros relacionados con el incremento de la cobrabilidad de tasas, incluso a pesar de los dos importantes aumentos planteados en los dos ejercicios que lleva Salazar al frente de Municipio.
En Palacio tienen como objetivo que la incidencia de ingresos propios crezca año a año, hasta alcanzar el 40 por ciento, de acuerdo a las previsiones para el ejercicio 2020, ya vencido el mandato actual.
En el Gobierno comenzaron a pensar cómo mejorar esa “eficiencia recaudatoria” a la que aspiran. Ya tienen decidido que habrá aumento de tasas el año que viene, aunque resta saber cómo serán los porcentajes para cada servicio.
Uno de los planes es repetir la experiencia de Servicios Sanitarios vigente e incluso hacer lo mismo en Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL): mantener mínimos y que pague más el que más pueda. El problema, lo saben, es que los que pagan siempre son los mismos.
Las tasas siguen deficitarias
“El objetivo es que las tasas dejen de ser tan deficitarias”, repiten en el primer piso de Palacio. Al igual que en la era Guacone, si cobraran el 100 por ciento de la emisión, tampoco llegarían a cubrir el costo de los servicios, aunque aseguran que están más cerca.
“Con algunos aumentos más, la emisión sería el costo. Hay que lograr que la cobrabilidad sea el costo, a futuro, en seis a ocho años”, plantea Sánchez Negrete cuando le toca analizar el tema.
Que las tasas están retrasadas respecto del costo del servicio es un planteo que el exsecretario de Economía Roberto Borgo hacía ante cada tratamiento de las ordenanzas fiscal e impositiva que el
Concejo Deliberante de mayoría opositora rechazaba cada vez. “Tenía razón, era cierto. Hoy se paga 208 pesos de agua por mes y es irrisorio. Hay que aumentar. Tenían razón”, reconocen en off funcionarios del Gobierno. “Lo que sucedía es que la plata iba a un tacho de basura”, aclaran.
No hay condiciones políticas para aumentar de acuerdo a la comparación que hacen respecto de otros servicios: “No se puede pagar 1000 pesos de cable y 208 de agua”, analizan.
Hay que pagar el barrido
El Ejecutivo enviará en las próximas semanas un proyecto de ordenanza para comenzar a cobrar el barrido manual que implementó en agosto en aquellos sectores en los que había suprimido el mecánico.
“El servicio mecánico previsto es diario, pero estamos brindando la mitad, manual. Eso vamos a modificar para poder cobrarlo. Si la gente cumple, el servicio se paga solo”, aseguró Sánchez Negrete.
En Economía y Rentas trabajan en la elaboración de un “mapa de la cobrabilidad”, con zonas verdes que indican quiénes pagan y rojas con quienes no. La herramienta, aseguran, permitirá al gobierno diseñar políticas para mejorar el cobro.
Abatángelo se manifestó más de una vez en contra de las moratorias y Sánchez Negrete cree que es necesario generar condiciones para que quienes no pagan regularicen su situación y empiecen a contribuir.
“Vamos a salir a cobrar tasas. No hay mala cobrabilidad, pero hay sectores que no pagan”, repiten.
La zona donde colocaron pavimento tiene muy baja cobrabilidad. En el gabinete saben que si bien no es lo mismo ir cobrarle a quien tiene calle de tierra que a quien goza de las obras de pavimentación, también son conscientes de que se trata de sectores cuya capacidad de pago es reducida.
El plan que analizan para esas zonas es bajar o congelar el valor, en procura de hacerlo proporcional. “Si el valor da un monto que en los barrios no se puede pagar, si el 80 por ciento de esas zonas no pagan, no conviene generar un pasivo en vano. Es preferible que la gente pague menos, pero que pague”, es el razonamiento.