El Gobierno define cómo será la explotación de los bungalows del Tiro Federal
Tras la firma del convenio, la empresa entregó las instalaciones al Municipio. Funcionarios y arquitectos recorrieron el lugar para analizar el futuro. El intendente tiene planes relacionados con el albergue social y deportivo, y en el gabinete quieren que los sampedrinos comiencen a utilizar el predio este fin de semana. Qué dice el documento.
La recuperación del predio donde funcionaba el complejo turístico del Tiro Federal fue tan rápida que el propio Gobierno está sorprendido y con dudas respecto del futuro del lugar. El viernes, Roberto Calvet en representación de la empresa Myrc y Cecilio Salazar en nombre del Estado local firmaron el convenio de traspaso y lo que durante décadas fue un encendido debate se resolvió en una semana y en dos reuniones, tras una clausura que tuvo lugar el 1° de mayo pasado, feriado por el Día del Trabajador.
El lunes, funcionarios del gabinete del gobierno junto a arquitectos municipales recorrieron las instalaciones para empezar a medir, observar el estado general –bastante deplorable, por cierto– del predio y llevarse una impresión que permita diseñar un proyecto acorde a lo que el intendente planteó en líneas generales.
En principio, un espacio público para el disfrute de los sampedrinos que conviva con iniciativas privadas de las que todavía no hay indicios, aunque algunos proyectos fueron esbozados a mano –y voz– alzada en algunos ámbitos relacionados a la inversión en turismo.
El martes ya estaban las cuadrillas de Parques y Jardines en el lugar, bajo la conducción del “guardián” del Paseo Público y otros espacios verdes comunitarios, Héctor “Pocho” Giuliani, que sumó otro “patio del pueblo” a sus responsabilidades.
El secretario de Gobierno Silvio Corti aseguró que el plan inicial es que “los sampedrinos comiencen a apropiarse del lugar, lo usen. Están las mesas, las parrillas, queremos que el fin de semana pueda estar abierto para que se disfrute como un nuevo espacio público para los vecinos”.
Lo público y lo privado
Los secretarios de Coordinación Ramón Salazar, de Gobierno Silvio Corti y de Infraestructura Alfredo Camilletti fueron el lunes al Tiro Federal para relevar lo existente y comenzar el proceso de planificación para el futuro. Acompañados por el equipo de profesionales más experimentados Adolfo “Fito” Benincasa y Elina Gaitán, no dejaron rincón sin recorrer.
El intendente considera que “se ha invadido tanto la costa”, que le “gustaría que sea público”. No deja de ser una expresión de deseos enunciada en potencial, pero proviene de la máxima autoridad política.
Salazar mantuvo conversaciones con funcionarios de la Secretaría de Turismo provincial y espera hacer lo propio con el Ministerio nacional para que evalúen asistencia económica y/o profesional para pensar el desarrollo de esa zona.
El castillo, por lo pronto, todo indica que tendrá como destinoel prometido espacio para la Asociación de Veteranos de Malvinas.
Las paredes de la cancha de paddle serán demolidas, puesto que de hecho ya corren riesgo de derrumbe. En el gobierno analizan la posibilidad de dejar el piso para que se transforme en un playón deportivo, con aros de básquet, por ejemplo.
El secretario de Coordinación Ramón Salazar no descartó que haya explotación privada de los bungalows y la proveeduría. Ese es por estas horas un debate dentro delgabinete que no está exento de suspicacias.
Fuentes del Ejecutivo informaron a La Opinión que el intendente planteó como posibilidad que esos albergues construidos estén disponibles para alojar delegaciones de deportistas, escuelas u otros visitantes que puedan llegar a la ciudad por competencias o en plan recreativo.
Esa mirada choca contra la de aquellos que creen que la zona debe ser revalorizada de acuerdo a lo que ya la rodea: un hotel marinas enfrente, otro cinco estrellas que se construye a300 metros, un restaurante, un complejo de cabañas y un carribar al que califican como “de categoría”.
Son los que creen que la inversión privada será fundamental para el predio y sueñan con proyectos como un parque acuático con toboganes y piscinas, puestos de comida y artesanos “de calidad”.
Un convenio con algunas dudas
El predio volvió al Estado, lo que es, sin dudas, un aspecto a celebrar. La Opinión fue la primera voz en alzarse en la ciudad para señalar irregularidades en la explotación privada de ese espacio público, mientras muchos actores que hoy levantan las manos para gozar de la restitución hacían caso omiso o tenían parte activa en los dividendos que reportaba el negocio.
El convenio fue celebrado entre la empresa Myrc y el Municipio, aunque la primera tenía un contrato de subconcesión –irregular por ello, por cierto– con el club Tiro Federal, que sigue existiendo como tal aunque sin polígono y dedicado exclusivamente a la práctica deportiva del rugby.
Como se advirtió en estas páginas la semana pasada, Calvet tenía un vínculo contractual con un privado –eso son los clubes: organizaciones privadas sin fines de lucro, inscriptas bajo el régimen de las asociones civiles–, pero lo rescindió con un público, el Estado, después de todo, dueño del predio donde el complejo estaba emplazado y responsable de ello desde que los 99 años de la cesión original se cumplieron en 2012. Su lectura es que “no hay Tiro Federal, no tiene personería, no hay a quien devolver nada. Simplemente cesamos en la utilización del terreno y lo entregamos para evitar que puedan usurparlo o robar cosas”.
Quienes conocen la documentación y las experiencias similares recordarán que “99 años” decían todos los contratos “a perpetuidad” porque así lo prescribía el Código Civil. Son los que destacarán que en otros casos la continuidad de la cesión fue de hecho y se subsanó administrativamente con una firma.
Mediante el convenio la empresa cesó en la explotación comercial del predio y lo desocupó, dejando todas las construcciones existentes: bungalows, restaurante, locales comerciales, zona de camping, cancha de paddle, pileta de natación, sanitarios, parrillas, mesas y “todo aquello adherido al suelo”, sin “reclamo alguno de compensación ni indemnización”.
Esa era la preocupación mayor del Gobierno: que Calvet renunciara a los derechos que, de alguna u otra manera, le permitirían reclamar las sucesivas omisiones de los gobiernos desde 1994.
La proveeduría, que Calvet tenía sub-subconcesionada -si se permite el inverosímil término- a “Corvino” -sólo eso dice el convenio- deberá ser desalojada en los 15 días posteriores a la firma.
¿Cuántos empleados?
En la cláusula novena, quedaexpresado que Calvet solicitó -tal como adelantó en Sin Galera cuando anunció que se iba- que “los empleados que prestaron servicios en el predio sean incorporados a la brevedad posible (SIC) a la planta municipal”, mientras que la empresa “se hará cargo” de liquidar sueldos y pagar indemnizaciones.
La Municipalidad asume el compromiso de “evaluar la posibilidad” de incorporar a los trabajadores a prestar servicios en el Estado local. Calvet había dicho que eran cinco personas, pero en el convenio no hay número.