El equipo de vóley la peleó y se divirtió
El conjunto U18 de San Pedro conformado por alumnos de la escuela Socorro que cursan en el quinto año de economía fue la esencia de una Etapa Final de los Juegos Bonaerenses en Mar del Plata, una arista de lo que genera el evento organizado por la Subsecretaría de Deportes de la Provincia de Buenos Aires.
Por tratarse de una disciplina escolar, el plantel debió tener un máximo de tres federados (afiliados a alguna asociación y, en consiguiente, con conocimiento el deporte) que fueron Máximo Domínguez, Nazareno Massaglia y Francisco Nouet, todos jugadores de Náutico en la Nicoleña (ANV). El resto fueron sus amigos, los desfachatados que varios, sin nunca haber tocado una pelota de vóley, se animaron a competir y atravesaron las etapas Local y Regional hasta llegar a la ciudad balnearia.
A la par de los “experimentados” con la camiseta de Paraná estuvieron los rugbiers de Tiro Federal Jorge Raillón y Julián Ávalos; el basquetbolista del Celeste Juan Cruz Otero; el futbolista albirrojo Fabricio Fortunato; Francisco Tommasi y Juan Ignacio Ucero. Desde afuera, los Valentino, Salvatierra y Chipolini, alentaron a sus compañeros y aunque no podían jugar porque eran suplentes, tampoco lo consideraron necesario. En el banco de suplentes, Fernanda Malacrida y Mercedes Botta los guiaron con ayuda de Juliana Kurlat quien viajó con otra atleta pero colaboró en la disciplina que es su especialidad.
Aunque sólo tres de los nueve integrantes del equipo entiende de vóley, en el rectángulo de juego los demás simularon ser eximios jugadores y colaboraron en lo que el equipo necesitó. Se alentaron, gritaron, festejaron y lamentaron, todos a la vez. Son desfachatados y, convencidos de que le podían ganar a cualquiera, casi sorprenden a Vicente López en la última jornada luego de vencer a Bragado y perder, también en un ajustado duelo, con Adolfo González Cháves.
Afuera de la cancha el grupo de amigos también disfrutó e hizo las veces de hinchada a otros equipos y atletas sampedrinos, tal sucedió en el duelo del U13 del mismo colegio ante La Matanza donde, ruidosos, se hicieron escuchar desde una de las cabeceras del gimnasio.
Siempre juntos, los estudiantes de economía fueron una síntesis de lo que genera en los jóvenes un juego bonaerense en los que, al fin y al cabo, además de lograr un resultado deportivo, la meta es disfrutar la estadía y animarse a competir en disciplinas que algunos creían nunca iban a desarrollar.