El día que Melgar abrió el boulevard
Los hermanos obligados a desalojar parte del terreno que ocupan en la zona de barrancas para que pase la continuidad de la calle contrataron una máquina e iniciaron los trabajos. “Siempre quisimos abrir”, dijeron.
El lunes a las ocho de la mañana los vecinos de la zona del nuevo boulevard que salían de sus viviendas rumbo al trajín cotidiano se encontraron en la esquina de Chivilcoy y Perón, donde viven los hermanos Melgar y sus familias, con una imponente retroexcavadora John Deere 310J que trabajaba en el lugar.
Los hermanos, como Moisés, se decidieron a abrir el camino para terminar con el suplicio. Tras la sentencia de desalojo que pesaba sobre ellos para que abandonaran el sector que la Municipalidad reclamaba para continuar con la calle Perón y el camino del paseo Nuevo Boulevard, los Melgar contrataron la empresa Cuevas Agrovial para que con sus máquinas haga la tarea de remover todo lo que hubiere en el sector correspondiente a la arteria que debe abrirse.
Así, durante todo el lunes trabajaron en el predio arrancando malezas, árboles, moviendo corrales y derrumbando paredes de las viviendas de Sandro y Fabián Melgar, que desde hace años mantienen una disputa sobre ese terreno.
Por un lado, el entredicho involucra directamente a la Municipalidad, que inició una demanda para que la familia dejara pasar la calle. Por otro, los Melgar sostienen una lucha con una empresa denominada Construvic que apareció reclamando posesión sobre el terreno donde esta familia asegura tener documentación que respalda su posesión de más de veinte años.
“La sentencia sabemos bien cómo viene, nos tiene sin cuidado. Nos preocupa abrir el camino como quieren los sampedrinos, para que vean que siempre estuvimos de acuerdo en abrir el paseo”, dijo Sandro en un parate de los trabajos para atender a La Opinión. “Lo abrimos por cuenta nuestra, si es lo que nos piden. En septiembre de 2004 el Concejo declaró que por acá tenía que pasar una calle. Que transite la gente como corresponde”.
El lunes 23 de noviembre será una fecha para recordar. Después de años de idas y vueltas, el proyecto del nuevo boulevard podrá continuar merced a la acertada decisión de esta familia de dejar pasar el camino. “Después de tanta lucha, que se abra la calle… sí, este es un día histórico para San Pedro”, dijo uno de los hermanos y agregó: “Esto es para que vean que no somos un estorbo. Esto teníamos que hacerlo en 2004, pero teníamos abogados que recibían plata de la Municipalidad y bueno… Pero ahora tiramos abajo parte de nuestra casa y pondremos nuestro sudor para hacerla de nuevo, trabajando, como hicimos siempre. Tomamos la decisión, para que de una vez por todas se termine con todo esto”.
La Directora de Asesoría Letrada de la Municipalidad, Paola Basso, se enteró por los medios de la tarea que realizaba esta familia en el predio. “La resolución (de desalojo por la fuerza) había salido el jueves pasado. Ya teníamos la medida ordenada, pero de todas maneras la idea era esperar unos días más y ante esta decisión que tomó la familia Melgar ya está, no necesitamos otra cosa”, explicó.
Sobre la situación que este caso desnuda –el negociado inmobiliario que sistemáticamente se desarrolla en la ciudad con la aparición de “derechos posesorios” dudosos–, Basso opinó: “En todas las zonas de San Pedro se venden posesiones que no son existentes. Hay mucha gente interesada en quedarse con lotes en toda la ciudad y aparecen posesiones a nombre de gente que nunca estuvo en ese lugar”.
“Tuvimos la iniciativa de abrir la calle para que se termine el conflicto. Haremos lo que podamos con las piezas que tiramos abajo y que la Municipalidad termine el trabajo. Derrumbamos cuatro habitaciones, dos de cada casa, otra que estaba a medio derrumbar y faltan algunas más que tenemos que acomodar un poco. Había que marcar la calle y pasar, no había tanta historia, nosotros siempre quisimos abrir la calle. No somos la obstrucción del pueblo y no tenemos ninguna intención de que no pase el paseo y con esto queda bien demostrado”, detallaron los Melgar
Asimismo, hicieron saber que se mueven del sector por donde debe pasar la calle pero no abandonarán el resto del predio, que consideran propio por derechos adquiridos: “Nosotros nunca nos quisimos ir de este lugar. Nuestra familia no se va del lugar, vamos a seguir con nuestra casa y vivir acá como hicimos toda la vida, no puede venir una empresa de la nada a decir que es dueña”, aseguraron.
La empresa Cuevas Agrovial les cobró 150 pesos la hora por el trabajo, que demandó más de media jornada. “Trataremos de arreglar con él. Nosotros no somos gente de dinero”, dijeron los hermanos, quienes relataron que probablemente cambien por su trabajo como fleteros los honorarios que corresponden al dueño de las máquinas.
“El Municipio lo que quiere es borrarnos de acá, hace cuatro años que queremos abrir la calle, pero los abogados que teníamos entorpecieron todo hasta llegar a esta instancia. Ahora nos acomodaremos como podamos hasta que dejemos todo como estaba, con el sudor de nuestra frente, como hicimos siempre. Esto es para que todos los sampedrinos disfruten del paseo”, explicaron.
Ahora resta que la Municipalidad tome la posta y disponga los medios necesarios para continuar con las tareas postergadas para ese lugar, proyecto que lleva mucho tiempo estancado por el problema suscitado con esta familia.
A su vez, deberá resolver qué hará con las familias linderas al terreno de donde se movieron los Melgar y que también obstruyen el trazado de la calle. Ante la pregunta sobre el caso de la familia Gordó, cuya pileta estaría también por donde debe pasar el camino, los Melgar opinaron: “Eso no sé, con ellos dialogan, a nosotros nos mandan desalojo. Antes éramos los negros de la barranca, ahora que tiene valor todos son dueños de acá”.
Finalmente, después de peleas, intentos de conciliación, arreglos poco claros entre representantes legales y disputas mediáticas, la calle Perón seguirá su curso. Una buena mañana los Melgar decidieron adelantarse al desalojo por la fuerza y por sus propios medios abrieron el camino.
La causa por la posesión del terreno seguirá por otros carriles. Construvic asegura que le pertenece y los Melgar ponen en duda las actuaciones judiciales que nombran cada vez de manera distinta el predio en cuestión. Continúan buscando documentación que avale sus afirmaciones y aseveran que lucharán “hasta las últimas consecuencias”.