El costo de la conexión domiciliaria, un escollo para el gas en las localidades
Como hicieron en Pueblo Doyle, las autoridades locales y de Bagsa conectarán el servicio de gas natural en un domicilio de Río Tala. El titular del organismo, Mariano Ledesma, confirmó que buscan financiar las instalaciones domiciliarias a través de un programa del gobierno nacional, porque su costo es alto para los vecinos.
La espera para la llegada de la red de gas natural fue interminable para las localidades. En Santa Lucía, Pueblo Doyle y Río Tala lo saben porque pasaron más de dos décadas y muchos anuncios hasta que las obras finalmente llegaron. Ahora resta lo más difícil: que los vecinos reúnan el dinero necesario para pagar sus conexiones domiciliarias.
Los gobiernos de Cecilio Salazar y María Eugenia Vidal podrán decir que son los que completaron la obra tantas veces anunciada y cuya primera etapa firme, luego de décadas de pasos en falso, pusieron Guacone y Scioli. Durante 2019, último año de la gestión que Cambiemos comenzó a fines de 2015, quizás ocurra el milagro de que muchas viviendas puedan encender la hornalla sin pensar en cuidar la garrafa, cada vez más cara.
El sábado, el presidente de Bagsa, Mariano Ledesma, concedió una extensa entrevista al programa Sin Galera. Allí ponderó las decisiones del gobierno bonaerense para la finalización de la obra y reveló que la administración provincial no puede financiar directamente las conexiones domiciliarias, que tienen, según informó, un costo de entre 25 y 28.000 pesos en total.
El valor para los materiales y la mano de obra es alto, sobre todo para los vecinos de las localidades, donde la situación económica es de supervivencia. Cuando Ledesma informó el dinero que deberán desembolsar quienes quieran instalar el gas en sus viviendas, las consultas fueron en el mismo sentido: “Cómo hacer para pagarlo en cuotas”.
El funcionario confirmó que buscarán financiación en el programa Mejor Hogar, del gobierno nacional, para que los frentistas puedan pagar los insumos y el trabajo de gasistas matriculados autorizados por Litoral Gas, únicos que pueden hacer ese tipo de conexiones sin riesgos.
Una cocina, un calefón o termotanque y un calefactor son los artefactos alimentados a gas que, como mínimo, puede haber en una vivienda.
El costo es tan alto que, hasta ahora, según informó el propio Ledesma, en Santa Lucía y Pueblo Doyle, primeras localidades donde se conectó el servicio, hay apenas un usuario que tiene gas natural, porque construyó su casa desde cero y contempló la instalación. En Río Tala, pronto harán la primera conexión.
Hasta el momento no ha habido posibilidades para otros domicilios de sumarse al registro de usuarios hasta tanto no supervisen e inviertan en sus instalaciones. Por el poder adquisitivo de cada zona, se estima que será difícil para la más vulnerable de las tres localidades del partido acceder al gas natural.
La administración en cada pueblo está a cargo de sus respectivas cooperativas y es allí donde cada frentista debe gestionar o manifestar que sus instalaciones son aptas para recibir el suministro.
En Río Tala hay al menos dos establecimientos comerciales importantes que quedaron fuera de la red y necesitan ser considerados: el restaurante Los Abraham y La Campiña de Mónica y César.