Positivo-Negativo: La crónica policial semanal de “El Cebita”
El Cebita es el pseudónimo del autor de las crónicas semanales de La Opinión en su edición impresa. Sus historias circulan en todos los rincones de la ciudad, con un relato que, con especial mirada, tendrá en cada ejemplar un capítulo. La columna completa.
Esta semana voy arrancar con una pregunta: ¿Tanto demora el seguro de Salazar para pagar el tapial del Estadio? Ya pasaron más de dos semanas y el paredón está arreglado así nomás. ¿Y si le ponen que se chocó la tribuna? Por ahí la pegan y le arreglan hasta el techo. Eso sí, que ni aparezcan los de La Renga.
Lo del hijo del intendente, ya fue. Tanto lío para que después el otro Juzgado le haga “pito catalán” a Fabián Rodríguez y autorice a Dubái a abrir como si nada hubiese ocurrido.
Un quilombito que las autoridades parecen no ver es el de los arrebatos, que se dan uno tras otro. Los cacos se manejan como quieren, pero porque saben dónde hacerlo. Las quejas se repiten y no hay respuestas. El radio más enquilombado es el mismo de siempre: Sarmiento, 3 de Febrero, Pellegrini y 1001, el rectángulo perfecto por donde más se afana. Hay muchos arrebatos y también hubo puertas reventadas, robos y asaltos.
Mientras tanto, hay una mujer lesionada que el lunes voló por el aire después de que dos motochorros le afanaran la cartera en la esquina de Mitre y Aulí. Dio la cara contra el piso, se cortó la lengua y se quebró el tabique nasal. Los vecinos reclaman mayor presencia policial todo el día porque, por ahora, la cana brilla por su ausencia.
Si algo bueno pasó en esta semana es que aflojaron los menores. Tras la detención de “el Virolo”, los vecinos del barrio aseguran que ya no hubo tantos robos. Con apenas 16 años, el pibe venía afanando en todas partes. Al final, lo agarraron y quedó adentro.
Contra el robo de motos, volvieron los operativos en los talleres del rubro. Todo muy lindo, pero al responsable “se lo notificó de la causa” y nadie quedó preso. Secuestraron motos robadas y otras menudencias, pero nunca caen los pesos pesados. Mientras tanto, nos seguimos preguntando: ¿adónde van a parar las motos robadas?.
Bien por la policía, que pudo encontrar una bicicleta que habían afanado en el patio de la escuela 1. Alguien buchoneó al caco y en una casa de Balcarce al 1500 estaba la bici que buscaban. Se la habían llevado sin que nadie viera nada.
Uno de los casos más graves de la semana fue el del matrimonio Gonzalez. Dos delincuentes aparecieron de golpe cuando llegaban a la casa de Beaumont 1300 y les robaron de todo. Los cacos estaban enojados: les pegaron y amenazaron hasta dejarlos atados y encerrados. Se llevaron plata y otras cosas que había en la casa. Los muchachos se movieron con buena data, porque sabían lo que pedían y antes de rajar llamaron por teléfono a otro chorrito que llegó en un auto y los levantó en el frente de la casa.
El “intercambio delincuencial” entre San Pedro y Baradero se estrecha día a día. El domingo, con buen ojo, la policía agarró una moto que paseaba por el centro. Cuando “le tiraron los números”, saltó que tenía pedido de secuestro, que estaba flojita de papeles. El pibe de 19 años que la manejaba no pudo explicar por qué no tenía la documentación y a los pocos minutos se supo que tenía pedido de secuestro porque había sido afanada el 6 de abril en Baradero.
El que se sacó fue un comerciante al que una inspectora quiso infraccionar. Vaya uno a saber qué le dijeron, pero el tipo enloqueció y encaró con la combi a la mujer. El hombre se fue, luego volvió y se metió en el negocio. A la inspectora no le hizo mucho, pero alcanzó para que le metan una multa y le den un “chas chas” en la colita.
¡Pobre gente, che! Parece que querían adornar la casa pero se les fue la mano. La policía hizo un allanamiento en Ruffa al 800 y adentro tenían medio vivero. Había plantas de todo tipo, cítricos y jazmines. Aparentemente eran las mismas que le habían afanado al vivero Liliana. Además se llevaron en cana a una mujer que estaba en la casa.
También se robaron una camioneta Toyota Hilux. Están bien atentos los muchachos y van variando de modalidad. La camioneta estaba estacionada en la calle, en Nieto de Torres e Ituzaingó, y cuando el dueño se levantó, ya no estaba. Por ahora no hay demasiada data acerca de adónde puede haber ido a parar.
Les prometo que la semana que viene, si me dejan, vamos a trabajar en profundidad: ¿qué pasó con el abuso que hubo por la escuela 27? ¿Quién era el de la camioneta? ¿Todos los boliches, bares y cantinas están habilitados? ¿Qué pasó con el chofer Moreno? ¿Y con Branto? ¿Va a declarar? ¿Dirá la verdad de todo? ¿Cuántos incómodos que habrá no?
¡Ah! ¿Por qué viene la DDA a inspeccionar los boliches? Para qué tenemos Comisaría, Policía Local, Distrital, DDI, Rural, GAD, Centro de Monitoreo, Policía Vial, Prefectura, Secretaría de Seguridad y Dirección de Coordinación Policial, si después vamos a traer a los de San Nicolás.