El barrio “La Mortadela” no logra dormir tranquilo
No es novedad que los vecinos del barrio “La Mortadela” tengan que vivir presos en sus propias viviendas, pero el recrudecimiento de diferentes hechos delictivos en esa zona los ha puesto nuevamente de pie. Se quejan de los episodios que suceden diariamente y de la falta de respuestas de las autoridades ejecutivas. Se reunieron con la policía y ya se tomaron algunas medidas preventivas.
Desde hace ya un largo período los vecinos que habitan en el radio comprendido por las calles Chivilcoy, Obligado, Padre Santana y San Martín, vienen reclamando atención. Ese popular barrio, más conocido como La Mortadela, sufre semana a semana toda clase de ilícitos y hechos repugnantes de los que las autoridades hacen oídos sordos a pesar de los incesantes reclamos.
Como se recuerda, hace casi dos años mientras la Comisaría de nuestra ciudad estaba bajo el mando del Comisario Obdulio Ponce, se sucedieron una serie de ilícitos y hechos de violencia que llevaron a los vecinos a movilizarse y reunirse en reiteradas oportunidades con los jefes policiales. Hubo robos y hurtos en varias viviendas, violencia entre quienes habitan allí y otros que llegaban desde otros barrios a “visitarlos”. Así y por varios meses vivieron los vecinos sin que nadie tome cartas en el asunto. Tras las entrevistas realizadas con la policía local, los hechos mermaron notablemente ya que se tomaron otras medidas que favorecieron la tranquilidad del barrio.
Ahora parece que la historia se repite y varias “caras” que habían dejado de deambular por la zona han retornado, lógicamente, atemorizando a todos.
Una conocida familia que habita desde hace años en ese popular barrio parece ser la motivadora de todos los desórdenes y momentos de tensión que se viven y muchos de los que habitan por allí los señalan como los principales responsables de los episodios que se viven cotidianamente. Los vecinos más preocupados aseguraron ser testigos de hechos repugnantes que ocurren a cualquier hora del día y en plena vereda, sin que nadie intervenga. Es más, públicamente uno de los más conflictivos confesó ser portador del virus HIV pero nadie se ha ocupado hasta el momento de proporcionarle la contención y atención adecuada para evitar riesgos.
La impotencia de los vecinos es cada vez más grande y los hechos delictivos no merman, en esa zona fue asesinado en circunstancias todavía confusas, el menor Gonzalo Rojas. Allí también se produjo un violento robo calificado a la familia Codern y otro hecho similar tuvo lugar en el Maxikiosco Orejas donde el disparo ejecutado por un delincuente pasó a centímetros de la cabeza del propietario.
Las personas que circulan por la zona, vinculan los disturbios nocturnos a la tristemente célebre “Banda de la Coopser” y entienden que la ola de violencia será creciente hasta que no se pare con la venta de alcohol y el suministro de estupefacientes.
Otra reunión
Cansados por los últimos hechos registrados allí, los vecinos se reunieron con el actual responsable de la Comisaría local, el Capitán Peralta. El mismo se interiorizó sobre la inquietud de los vecinos y se comprometió a encontrarle una solución para llevarle mayor tranquilidad al barrio. Los reclamos también llegaron a Desarrollo Humano pero lamentablemente no encontraron respuestas a pesar de la mala vida que llevan varios de los personajes que integran esa familia, y según indicaron con impotencia hasta parecen estar apañados.
La policía dispuso un control y patrullaje más intenso sobre la zona, como así también tomar las medidas necesarias en cuanto los vecinos lo soliciten.