El barrio Hermano Indio, territorio de bandas que venden drogas
Otra vez, el antiguo asentamiento erigido alrededor de un pasillo conector fue escenario de un raid policial. Hubo allanamientos en seis domicilios, con cuatro aprehendidos, entre ellos un menor de edad que ya tiene trayectoria en delitos vinculados a la venta de estupefacientes y dos jóvenes que tenían pedido de captura por robos. Secuestraron armas y marihuana. En las casillas de chapa que utilizarían para fraccionar y entregar las drogas no había nada.
Los tiros, corridas, amenazas y disturbios con los que conviven a diario los vecinos del barrio Hermano Indio parecen tener un denominador común cada vez más preocupante y peligroso: las drogas. Pero ya no el consumo por parte de los “pibes” de ese antiguo asentamiento precario, sino la disputa territorial por la comercialización.
Del Hermano Indio son varios los detenidos en los últimos mesespor venta de estupefacientes. La mayoría son jóvenes. Algunos de ellos menores de edad, como el que cayó cuando estaba por entregar cocaína un sábado y que en el operativo que la policía desplegó en la zona, volvió a ser detenido con armas y drogas.
Es el mismo menor que fue denunciado por disparar sobre una vivienda y que huyó de la policía. El mismo que de acuerdo a información que obra en el Ministerio de Seguridad, es familiar de un importante político que nunca intercedió por él, puesto que no tienen relación alguna, más que la sanguínea, como ya consignó este semanario en otras oportunidades.
Drogas y armas, pero no tanto
La información con la que trabaja el Fiscal Marcelo Manso, quien instruye la causa por la que el lunes se desarrollaron los allanamientos, es mucha y variada. La sospecha es que, como dicen en el propio barrio, se trata de una banda organizada para la venta de drogas, que opera amedrentando a punta de pistola a quien ose interponerse en su camino, sean de otros grupos comercializadores o los propios habitantes de la zona, que están cansados pero atemorizados a la vez, por lo que son reticentes a contar lo que sufren y más aún a denunciar ante las autoridades.
Fueron seis en total los lugares allanados, todos en la zona del barrio Hermano Indio. Cuatro personas resultaron aprehendidas. De ellas, dos quedaron detenidos, uno resultó liberado en función de lo que hallaron en su poder y el otro por ser menor de edad.
En total, la policía secuestró cuatro celulares; una escopeta calibre 16 y otra de tipo tumbera; un cuchillo; tres cartuchos; y alrededor de 230 gramos de marihuana.
Todo ello permitió avanzar en la investigación e imputar a los detenidos. Pero aún así, el operativo no fue suficiente con lo que se supone que sucede en el barrio respecto de la comercialización de drogas. Las dos casillas vacías donde esperaban encontrar movimiento forman parte de ello.
El detalle de los allanamientos
El raid comenzó en una vivienda de Hermanos Indios 845, donde aprehendieron a un joven de 24 años que luego fue liberado. Allí secuestraron un teléfono celular Samsung GT 3610L blanco y otro Noblex N451. Además, hallaron nueve pequeños envoltorios de nylon blanco con marihuana, que en total pesaban unos 20,8 gramos. Cada paquetito tendría poco más de dos gramos, lo suficiente para armar no más de 4 a 5 cigarrillos de los denominados “porros”.
De aquí se llevaron además un cuchillo con restos de marihuana con el que se presume se cortaron los trozos para conformar los envoltorios. El aprehendido recuperó su libertad y fue notificado por “tenencia de estupefacientes”. La investigación procurará establecer si hay elementos para imputarlo por comercialización, ya que la droga fraccionada que tenía en su poder no podría tener otro destino que la venta.
En General Pueryrredón 1480 fue detenido Miguel Alejandro Espinoza, de 20 años, sobre quien pesaba una “orden de paradero activo” por un robo cometido en noviembre de 2014, por lo que ello ya implicaba que quedara alojado en la comisaría a disposición de la Justicia.
En su cuarto encontraron una escopeta recortada yuxtapuesta, doble caño, calibre 16, cuya marca y numeración estaban limadas, más tres cartuchos; además, incautaron un celular LG D390-AR; y hallaron tres recortes de nylon negro, uno blanco y un envoltorio que tenía 9,2 gramos de marihuana. El peso y la cantidad de nylons coinciden con las “dosis” preparadas por el otro aprehendido. También se llevaron 900 pesos en efectivo.
Además de la tenencia de estupefacientes, que la investigación determinará si eran para la venta, Espinoza quedó encausado por tenencia ilegal de arma de guerra.
Los otros dos protagonistas de este raid fueron atrapados en Balcarce 1550. Allí la policía secuestró un teléfono Motorola; tres tramos de caño de hierro que conformaban un arma casera, de las denominadas “tumberas”; dos plantines de marihuana de cuatro y siete centímetros, y una planta de medio metro que estaba en un balde plástico.
Aquí fue donde más cantidad de droga encontraron: un total de alrededor de 200 gramos distribuidos en 24 envoltorios de 8,3 gramos cada uno.
Para la causa por tenencia de estupefacientes –que podría ser para su comercialización– y tenencia ilegal de arma de fuego de uso prohibido, el Fiscal Marcelo Manso tuvo que dar intervención a la Fiscalía del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, ya que de los detenidos uno tiene 17 años.
Se trata de un joven que ya tiene frondosos antecedentes y que en los últimos meses tuvo varias entradas a la comisaría: por circular en motos robadas; por tenencia de arma de guerra; y por hacer delivery de drogas. Tras la notificación de las causas, fue entregado a sus progenitores.
El otro joven que estaba allí fue trasladado a la Comisaría. Tiene 19 años y fue identificado como José Agustín Krispien, quien poseía “pedido de paradero activo” por eldelito de robo, con fecha de junio de este año.
En Benefactoras Sampedrinas 820, donde a principios de mes un allanamiento que fue a buscar al mismo menor de edad aprehendido en esta oportunidad encontró 19 bagullos de marihuana que contenían en total 35 gramos, otra comisión policial se presentó, esta vez con resultados negativos. Allí tendría domicilio uno de los detenidos en otra vivienda allanada, por lo que sólo se identificó a su familia y se requisó el lugar, sin que se produzcan secuestros.
Las dos viviendas precarias allanadas están ubicadas una en el pasillo del barrio y la otra en la calle Hermanos Indios 940. No había personas ni elemento alguno, a pesar de que la sospecha es que en esos lugares ocurría la venta.