El barco varado en el puerto puso la mira en la necesidad de un nuevo dragado
Un buque que cargaba en el puerto y que tenía que zarpar entre martes y miércoles quedó varado en el muelle cabecera a raíz de una bajante extraordinaria del río Paraná que hasta provocó que haya que dejar de operar por temor a mayores inconvenientes.
En una semana, el río bajó de 2,02 metros a 1,48 y mantenía su tendencia decreciente, según los registros de Prefectura Naval Argentina. Esa diferencia de 54 centímetros se registró entre el día en que el buque varado entró a la ciudad y este martes.
El buque Knud Reefer, con bandera de Bahamas, llegó al muelle cabecera del puerto de San Pedro proveniente de Holanda el miércoles pasado para cargar 8.000 pallets de cítricos con destino a ese país y a Rusia, y debía zarpar entre martes y miércoles.
Sin embargo, la extraordinaria bajante registrada en el río impidió que terminaran de cargarlo, por temor a que las dificultades para que se mueva sean mayores, informaron referentes portuarios a La Opinión este martes, tras confirmar el episodio.
Un talud ubicado al pie de muelle, que permite a los barcos la estabilidad necesaria para las tareas de carga mientras está amarrado, generó preocupación ante el notable descenso del agua. El temor era que el buque quedara montado allí, lo que generaría más problemas de los registrados.
La empresa responsable del barco convocó una escolta que, a través de una operación habitual para estos casos, permitirá elevar el buque para terminar la carga y que pueda, con ese acompañamiento, acceder a la hidrovía para navegar hacia su destino.
Carretones llegaban con un sistema de defensa y remolque, según explicaron desde el puerto, que permitiría alejarlo del muelle para que se ubique en la parte más profnda, de manera tal que se puedan terminar de estibar los 8000 pallets de cítricos y que pueda zarpar rumbo a su destino europeo. Además, el jueves debe entrar otro barco.
Para la empresa a cargo del buque la situación implica un dolor de cabeza que se cuenta en cientos de miles de dólares que debe afrontar para resolver el problema y continuar el trayecto que tenía planificado desde el momento inicial.
Para el puerto es un antecedente nada postivo. Aunque no es la primera vez que sucede, el tema generó preocupación en la ciudad, sobre todo luego de que el exdirector de Asuntos Portuarios Esteban Pinto dijera que el de San Pedro "es un puerto inviable".
El exfuncionario —que estuvo en el cargo apenas cinco meses— fue desmentido por el subsecretario Rodrigo Silvosa, quien estuvo en la terminal fluvial local en abril pasado, aunque su visita sólo fue difundida una vez que se había ido, por lo que no hubo preguntas de la prensa para el miembro del gabinete de Vidal.
Desde el Consorcio de Gestión sostienen que, al igual que en otras oportunidades en las que la naturaleza juega una mala pasada, al armador del buque se le bonificarán tarifas en cargas futuras, a los fines de mantener la buena relación.
Hace dos semanas, La Opinión confirmó a través del ministro de Producción, Javier Tizado, el depósito de los 9 millones de pesos que la Gobernación le debía al Puerto desde diciembre de 2016 y que correspondían a un subsidio para el dragado 2017.
Saldada la deuda con el grupo Jan de Nul, el Consorcio estuvo en condiciones de acelerar los pasos para llamar a una nueva licitación para dragar este año, tareas que estiman que podrían comenzar a fines de julio, si todo sale como lo esperan.
El Puerto asegura tener entre el 70 y el 80 por ciento de recursos propios para hacer frente al costo del dragado y estima que el resto será aportado por los privados que operan en el muelle local, de cuyo calado en condiciones se benefician, sin tener que recurrir a aportes extraordinarios de Nación o Provincia, esta vez.