El Banco Industrial en la mira de sus obligados clientes
Entre cambios de sistemas, operaciones que no quedan registradas, falta de dinero en las cuentas personales, descuentos no autorizados y colas interminables, la entidad que fue presentada como “la solución para que los jubilados estén cómodos” tambalea por las quejas que en algunos casos han llegado a manos de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor y en otros a abogados que litigarán si no se reconocen los derechos de sus clientes.
El anuncio de instalación de una sucursal del Banco Industrial en pleno apogeo de Anses y sus múltiples beneficios llegó a la ciudad como solución para centenares de jubilados que hasta ese momento estaban condenados a fomar parte de la clientela de otras entidades bancarias.
La merma en las esperas que alguna vez benefició al sector más postergado en la consideración de la población se ha vuelto una amenaza desde que en un local atestado unos pocos empleados y un gerente atienden desde las roturas del cajero a los 500 y hasta 1000 turnos diarios que otorga el calendario de pagos a los beneficiarios.
“Aire acondicionado, café y sillas para la espera” formaron parte de la sorpresa de la inauguración y hasta “baños de hombre y mujer” a disposición de los clientes.
Ahora, las ventajas se transformaron en una realidad tortuosa que afecta también a los empleados. Centenares de personas llegan a diario y esperan ser atendidas aunque el cajero automático preste servicios.
“Es más seguro cobrar por mostrador, te pueden dar billetes falsos o si se rompe”, dijo Alicia en la mañana del martes mientras esperaba su turno. “Tengo muchos préstamos del banco y no me puedo cambiar”, agregó cuando se le preguntó por qué no cambiaba de entidad tal como lo aconsejan en el caso de poca prestación de servicios. La mujer puso en marcha uno de los temas que mantienen cautivos a los clientes, préstamos, seguros y otros beneficios armados a la medida de las necesidades de quienes reciben una suma segura cada mes y por ello son aptos para los descuentos directos. Las entidades crediticias no sufren pérdidas ni mantienen morosos porque aun con el fallecimiento de la persona, cobrarán el seguro que también les han vendido como garantía de pago.
Desde la semana pasada, cuando La Opinión hizo públicos algunos casos de personas que notaron diferencias y faltante de dinero en sus cuentas, se encendió la alarma en la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor. En la jornada de hoy, el Gerente Andrés Fraccini irá al primer encuentro con la abogada Sabrina Utreras Montes. El motivo es una denuncia y la pretensión de devolución de un dinero que el banco descontó sin ofrecer explicaciones. No es el único caso. Hay al menos otros seis daminificados que aguardan para entregar su documentación.
Casos y montos
Cada vez que se menciona la palabra “estafa” se despierta la atención de las personas. Por mucho o poco dinero, el ardid, el engaño o la confianza excesiva suelen ser los mayores causantes.
En las cuentas de los bancos casi todos confían a tal punto en que pese a observar movimientos a diario que a veces no exceden los diez pesos, no invitan a la consulta. En el caso de los jubilados y pensionados, los códigos de descuento no siempre son conocidos por los clientes.
Carolina, una pensionada que en noviembre fue al Banco Industrial, como no le cerraron los númerospidió el resumen. Allí decía “pago a cuenta” $ 1000. Cuando habló con La Opinión dijo: “Fui al banco a pedir el resumen y decía pago Link 2015, y yo digo “y esto”?… y me dijo el cajero que sería de algún descuento de algún gasto que hice en 2015. Me dieron un 0-800 y nunca me atendieron. Hablé con Andrés, el gerente, y me dio un 011. Ahi sí me pude comunicar y me dijeron que era de un cambio de sistema que realizaron y que yo hice ese movimiento y que se olvidaron de descontarlo”.
Emilce es viuda y jubilada. Prefiere “ir sacando de a poco” su dinero. Lleva la cuenta de lo que retira y del saldo del que dispone. “Ellos se creen que porque uno es jubilado, yo tengo 76 años, lo pueden estafar. Pedí el saldo de mi cuenta que sabía que tenia más o menos 6000 para hacer algún viajecito y cuando llegué a pedir el resumen, me dice usted tiene $ 2400 y me mandaron a hablar con otra persona. Ese día estuve como cuatro horas en el banco”. Eso no fue lo único que contó. Para sorpresa de los periodistas indicó: “Me descuentan la bolsa de Pami que desde 2006 que me jubilé nunca la fui a buscar, a mí y en la pension de mi marido y una caja de productos, y les pregunté qué productos y no me supieron decir. Lo conozco bien al cajero, una vez tenía 12.600 y le pedí 10.000 y me dio el ticket como que saqué 12.600 en efectivo. Estoy muy desilusionada de ese banco”.
Ana y Marta estuvieron presentes en el programa Sin Galera el pasado sábado.
Marta dio detalles sobre sus peripecias cuando se tomó unas cortas vacaciones y se encontró sin su dinero. “Saqué 3.000 pesos porque no podés sacar más. Me queda un saldo de dos mil y pico; voy al otro día y cuando quiero sacar no me deja, voy a otro banco pensando que no tenía plata el cajero y nada. Pido el saldo y me faltaban 2000, me quedaba un saldo de 200 y pico, que fui al otro día y saqué. Como yo me iba de viaje, quedó mi hija a cargo de resolver esto que había pasado y le dicen en el banco ‘tu mamá tiene 2.200 pesos de saldo’, ni siquiera me habían decontado los 200 que había sacado. Me llama mi hija y me dice: andá a un cajero y sacá la plata porque acá les figura como que está. Me voy al cajero -yo estaba en Merlo San Luis- y no había nada”, relató.
Las explicaciones que no cierran
El martes por la tarde, el responsable del área de comunicaciones del Banco Industrial, Ignacio Moras se comunicó con La Opinión para satisfacer las consultas y responder a la inquietud que había generado la presencia del doble de los clientes previstos para la jornada. “Cuando hay un feriado, Anses adelanta el calendario y hoy había dos números de documento para atender”, explicó. En la misma charla y con respecto a las denuncias que comenzaron a circular y multiplicarse comprometió una respuesta oficial, que llegó más tarde (ver recuadro). “El cambio de sistemas produjo algunos errores”, señaló como anticipo.
Este medio pudo saber que los problemas datan de mucho tiempo atrás. Extraoficialmente trascendió que desde hace un año cuando el banco decidió cambiar su sistema se produjeron múltiples complicaciones. En algunos casos los clientes encontraron en sus cuentas montos que no les correspondían. Los menos avisaron al banco, los más retiraron lo que estaba disponible y cuando los llamaron adujeron que la plata estaba acreditada. Según la misma fuente, costó varios meses poner en orden la situación pero jamás hubo comunicación oficial y los resúmenes anuales impresos dejaron de llegar a los clientes. Apenas los tickets del cajero automático o las esperas por mostrador quedaron en manos de quienes hoy advierten descuentos de sumas que, según les informan, corresponden a períodos anteriores. “Si pasa, pasa; y si es necesario la devuelven, depende quién sea”, dijo una mujer que logró que le acreditasen los 8.000 pesos que registró de diferencia en los resúmenes.
La explicación más coherente llegó de manera informal a este semanario: “Hubo gente que cobró fortunas de más, pero muchísima plata de más, que eso ya es como una primer, tanda que ya se solucionó en el mes de marzo y junio que es esa primer tanda de extracciones, pero quedó otra parte que la descubrieron hace un par de meses”, allí residen las denuncias que ahora con razón llegan a la Oficina de Defensa del Consumidor. Si el banco falla o se equivoca a su favor es difícil que devuelva el dinero al cliente. Siempre hay sospechas cuando un jubilado advierte un billete falso o un código de descuento de un préstamo que se le otrogó casi automáticamente para cubrir un saldo deudor y que no recuerda haber autorizado.
“Pasó de todo, tenemos casos de gente que realmente ha venido a decir “saqué de más” o dice “yo veía el saldo en la cuenta, no es mi culpa, es culpa del banco”; tenemos gente necesitada que vio la plata y la retiró en distintas sucursales”, admitieron e incluso apuntaron a débitos importantes que efectuaron de manera compulsiva a clientes que solo cuentan con una pensión mínima.
“Cada caso hay que verlo particular, cada caso tiene su resolución, su explicación, no es que… No es que aleatoriamente el banco dice, “bueno a vos te voy a sacar 2 mil, a vos…” Esto es todo plata, y es bastante plata a nivel de todas las sucursales”, completó.
En las próximas horas y tras la audiencia que se celebrará en la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, se conocerán otros detalles que tal vez constituyan una explicación aunque la realidad dista mucho de la idea de seguir automatizando todos los procesos. Hay una nueva generación de beneficiarios que se adapta, pero la mayoría hace cola desde temprano, espera su turno para llegar al mostrador, cuenta hasta las monedas antes de retirarse y sabe que cada tres meses tiene que presentar su certificado de supervivencia para justificar que está vivo.
La palabra del Banco Industrial
Al cierre de esta edición, la Gerente de Relaciones Institucionales del Banco envió un comunicado con pedido de publicación. Este es su texto:
“Durante los meses de octubre y noviembre del corriente año, el Banco procedió a debitar de las cuentas previsionales, compras con tarjeta de débito en comercios, retiros en cajeros automáticos, y transferencias a través de home banking, que los jubilados realizaron en los meses de noviembre y diciembre del 2015, cuando el Banco se encontraba en proceso de implementacion de un nuevo sistema.
Estas operaciones realizadas por los adultos mayores no fueron debitadas oportunamente, por lo que se está procediendo a impactar, como les anticipamos, en las respectivas cuentas.
Aclaramos que se le debita el monto que no fue impactado oportunamente a valor nominal.
Entendemos que esto genera disconformidad en nuestros jubilados, manejamos este tema con mucha sensibilidad, es por eso que les brindamos a cada uno de ellos una explicación que pueda ser comprendida para no generar un malestar a nuestros clientes.
Hemos atendido cada caso en particular, ofreciendoles en muchos casos, y a pedido del cliente, el monto a debitar, en cuotas.
Cabe destacar que esta situación fue informada a la UDAI local, por tratarse de cuentas previsionales y se les brindó un número telefónico, en donde el jubilado podía llamar para brindarles una explicacion”.
MARIA LAURA VISUARA
Gerenta de Relaciones Institucionales de Bind Banco Industrial.