El Azahar Spa desde adentro
Lleva más de diez años de construcción. Con más de 20 mil metros cuadrados, dos torres de casi 150 habitaciones, ocho ascensores, tres cocinas, salones de eventos, piscinas, jacuzzis, peluquería, spa, gimnasio y una inigualable vista, avanza a paso firme camino a su inauguración.
El imponente hotel Azahar Spa, que se construye en Rómulo Naón y Máximo Millán, se yergue sobre la barranca desde hace mucho tiempo. Hace unas semanas comenzó a verse un movimiento mayor en el exterior, a raíz de la inminente inauguración del “Paseo Público Víctor Fera”, por calle Maestro Reyna, cuyos detalles reveló La Opinión la semana pasada.
Esa actividad obligó a preguntarse cómo estaría el proceso de construcción en el interior de las dos torres y los salones, que ocupan unos 20.500 metros cuadrados.
Allí, al son de la cumbia que los alrededor de 100 empleados escuchaban, Adriana Bosco, representante de la empresa Polo Industrial S. A., subsidiaria de Maxiconsumo, guió a La Opinión en un recorrido cuyas imágenes en video pueden verse en el Facebook de Sin Galera.
Paseo por el hotel
La puerta principal está tapada “porque se llena de palomas”. La sala de recepción estará ubicada allí. En esa planta baja están las cocinas, que son tres, “como en los hoteles de Europa”, con sectores para “no hacer contaminación cruzada” de las distintas comidas, como pescado, verduras, carnes, etc. Hay sala de repostería, un espacio para contenedores de frío y grandes mesadas. El restaurante no tiene nombre todavía. Es gigante y, aseguran, puede albergar miles de comensales a la vez.
Además habrá tres salones de eventos, con capacidad para mil personas cada uno, que recibirá la comida que subirá mediante elevadores, desde el subsuelo.
El subsuelo alberga la zona de servicios, con un comedor para empleados cuyas dimensiones sorprende. Hay cocina, una pizarra y horno microondas. También tienen vestuarios y duchas, donde sólo falta colocar los sanitarios.
El hotel tiene dos tanques de agua de reserva en el subsuelo, además de los que están arriba. Allí abajo también hay sala de lavado y planchado. Un tubo que atraviesa los pisos donde están las habitaciones permitirá que se arroje la ropa de cama para que llegue a este sector. El ascensor de cargas permite transportar hasta una camilla. “Todo está replicado en las dos torres”, aseguró Adriana Bosco, que destacó que en cada piso hay baños para los empleados.
En el subsuelo los pasillos son anchos y puede circular hasta una ambulancia en caso de emergencia.
Una vista incomparable
Desde cada espacio del hotel se observa un paisaje inigualable. Hay habitaciones que poseen jacuzzis en una especie de balcón que todavía resta techar y que tienen vista al río.
El spa tiene gabinetes para masajes y tratamientos, con lockers para los huéspedes, sanitarios, duchas y una sala de descanso con una caída de agua en las paredes.
“Estamos tratando de tener marcas internacionales, con productos internacionales, ondas galvánicas, todo lo último”, dijo Bosco sobre lo que habrá en el spa.
La música sonaba fuerte en la zona de la peluquería, un espacio muy grande donde trabajarán las peluqueras, que serán capacitadas en las tendencias internacionales: color, corte y peinados. Para ir a la peluquería o el spa habrá un acceso exclusivo.
El spa tiene una pileta semicubierta con hidromasaje. “Mientras hacés gimnasia tendrás esta vista”, se enorgullece Bosco. Quien se asome desde allí verá la barranca, con la bajada del Nuevo Boulevard que desemboca en Rómulo Naón, la nueva escalera y más allá el río, por encima del barrio Bajada al Puerto.
Hay otro restaurante, que es el “sano” y cumple con la propuesta que planificó desde el principio Víctor Fera, el presidente de la empresa: que haya un espacio para personas con obesidad que puedan llegar en busca de un tratamiento para adelgazar, que los habrá.
El estacionamiento tiene espacio para tantos vehículos como habitaciones en cada una de las dos torres.
En el “patio” hay una de las piscinas, con capacidad para 150 personas. A su lado construirán otra para niños.
Todos los proveedores de alimentos tienen un acceso exclusivo. En inmediaciones de esa zona está el lugar de descenso que da a la planta depuradora construida en la Bajada al Puerto, por la que podrán circular los turistas que se alojen en el hotel.
Detalles exclusivos
El encargado del Hotel Faena será invitado a participar para que les enseñe a los futuros empleados cómo tratar a los huéspedes. Piensan incluso en hacerle una oferta para que se quede un tiempo a trabajar allí.
Habrá técnicos en alimentación que supervisarán todo lo que se cocine.
Tres empresas, una de ellas de San Pedro, están probando telas y alfombras, de muestras, para que los encargados de la decoración definan quién se encargará del trabajo.
Habrá ocho ascensores, el principal con cristales. A esos hay que sumarle el montacargas para la comida, que permitirá que los platos lleguen siempre calientes a los pisos donde están los salones de eventos.
A Bosco le gustaría que haya un área “pet friendly”, para que los huéspedes puedan llegar con sus mascotas. Sueña con que quienes elijan el Azhar Spa puedan ir con “mascotitas pequeñitas tipo Jazmín, de Susana, o la que tenía Moria Casán”.