El Automóvil Club firma la venta de sus terrenos
Abrazos, emoción y algunos recuerdos. Un bloque de concejales dividido y violentos cambios de posiciones para evitar el rechazo generalizado de la opinión pública. Todo esto dejó el tratamiento en el HCD de los pedidos que presentó el Automóvil Club para vender sus tierras con la autorización para incluir la calle interna y construir un edificio de 15 metros de altura. Ya han puesto sus ojos en varios terrenos para el autódromo pero esperan tener el dinero para decidir.
Pasaron muchos años desde aquella jornada histórica en la que se colocó la piedra fundamental de la institución. Pasaron muchos dirigentes y resistieron unos pocos, pero la historia del Automóvil Club de San Pedro no está relacionada sólo con la promoción de actividades deportivas. No lo estuvo antes, cuando con el afán de organizar carreras pavimentaron medio bulevar y no lo está ahora cuando vendiendo terrenos que se supieron mantener y preservar, se le abre la puerta a una inversión inmobiliaria de gran valía y además se puede comprar un espacio para el alojamiento definitivo de tanta pasión.
El jueves, con el voto disidente de dos concejales del PJ más la totalidad de los concejales radicales se le logró dar tratamiento rápido a los pedidos que desde el ejecutivo se enviaron: una excepción a la ordenanza San Pedro 2000 para que se habilite una construcción de 15 metros y la cesión de la calle 36 para que las dos manzanas sean sólo una más grande.
Las corrientes adversas y dudosas se esfumaron y tal vez, recapacitando sobre los pro y los contra de cada posición, todos los concejales se ganaron un aplauso al votar por unanimidad todos estos pedidos. Nadie podrá adjudicarse más mérito que otros en esta aprobación pero quedó claro que tras las presiones incomprensibles para frustrar esta operación primó el sentido común. En el PJ que partidariamente está reducido a vestigios quedó un sabor amargo al no haber podido sostener la posición para enviar a una comisión el expediente. Tonelli, que en la misma sesión tenía relación con otro proyecto que debía aprobarse, cortó el cerco y arrastró a la concejal Invernizzi para dar las tablas. El FPV hizo algunas consideraciones útiles para no cometer errores reglamentarios pero luego votó favorablemente sin chistar.
Todos se abrazaron y los concejales se regodearon en el agradecimiento de los integrantes de una comisión que hasta unas horas antes de la sesión tenían temores sobre cómo podría desenvolverse cada uno. Ni tanto elogio ni ningún mérito. Hicieron lo que tenían que hacer tal vez empujados por el antecedente más cercano de una inversión frustrada y para terminar de cumplir claramente con su papel ahora deberán controlar que todo lo que se autorizó sea utilizado exactamente para lo que se pidió.
El ACSP firmará hacia fines de este mes con el empresario comprador el boleto que los hará acreedores de una suma cercana al medio millón de dólares. A partir de allí se abrirán dos caminos. El de los compradores que pondrán en marcha una obra fastuosa y el de la entidad que simplemente buscará un terreno para construir un autódromo.
Felices y recordando a los que ya no están, los socios fundadores del ACSP realizarán el próximo domingo a las 19.30 una misa en la Iglesia del Socorro en la que también se recordará a Osvaldo Morresi. ¿Se lo imaginan al Pato con esta noticia?