El asesinato de Cristian Roldán tiene un trasfondo delictivo y otras personas involucradas, además de los dos detenidos
A diez días del crimen del joven de 28 años que fue apuñalado junto a su hermano afuera del bar de César “Chino” Villarruel, el caso suma aristas que deberán ser tenidas en cuenta por la Fiscalía para la investigación. Además de considerar al dueño del comercio como responsable, la fiscala Ramos recibió un testimonio que fue revelado en exclusiva por La Opinión y que ubica a otras dos personas en la escena. La historia carcelaria de los involucrados y las severas acusaciones de la familia del fallecido sobre la “protección política y policial” a Villarruel.
La reconstrucción del asesinato de Cristian Roldán, el joven de 28 años apuñalado en la zona de Juan Ismael Giménez casi Bajada de Chaves el sábado 16 por la madrugada, ameritaba una búsqueda que hasta el momento Fiscalía no quiso, no supo o no pudo emprender y que permite dar cuentas de un trasfondo delictivo en esta historia, que incluye un historial penal carcelario y la certeza de que la resolución de conflictos con agresiones físicas que pueden llevar a la muerte es una constante que persiste y de la que nadie parece querer hacerse cargo.
Por el hecho permanecen detenidos Elías Monzón, de 20 años, y Braian Lencina Salazar, de 24. Además, la fiscala Viviana Ramos pidió al juzgado de Garantías la detención de César “Chino” Villarruel, dueño del bar El Gauchito, donde comenzó el conflicto, porque los testimonios recabados le permiten ubicarlo en la escena del crimen y acusarlo de partícipe necesario del asesinato.
Sin embargo, el juez Ricardo Prati le denegó la solicitud y le pidió que reúna más pruebas para apresar a Villarruel, que está imputado en la causa con la misma calificación que los detenidos.
Además, la fiscala Ramos tomó declaración ayer martes a una testigo clave del hecho, que el viernes decidió contarle a La Opinión lo que había visto y que accedió a hablar con Fiscalía. Aunque ese mismo viernes por la tarde la titular de la UFI 11 fue informada de la aparición de esa mujer, dispuesta a relatar lo que vio de primera mano, la responsable del caso sólo se comunicó con su instructora judicial para darle la orden de que la llamara y la citara para el martes. Es decir que, entre que la testigo se animó a hablar y su declaración oficial, pasaron más de tres días.
Un testimonio clave
La persona aseguró que un muchacho que cuenta con varios antecedentes fue el que “le dio el primer puntazo” a Cristian Roldán y que una joven “le pateó la cabeza". "Yo vivo a cuadras del boliche, del bar El Gauchito. Yo me encontraba en mi casa y escuché gritos de un chico, desgarradores. Veo una mujer que conozco, la he visto que labura en ese bar, y otro que también trabajaba con Villarruel”, contó.
“Se arrimaron al chico este, que estaba en el piso. Él le dio el primer puntazo y ella le pateó la cabeza. Luego vino César Villarruel con cuatro más. Él también le pateó la cabeza y dijo ‘ahí tienen, carnéenlo’, entonces vinieron los otros dos, que son los que terminaron de matarlo”, relató.
“Esta mujer y este hombre también participaron, ella le p
ateó la cabeza pero él le dio el primer puntazo. Villarruel les dijo ‘váyanse a su casa y no vuelvan al bar. Ya se van, ya se van’, ella andaba en una Dax negra y lo llevó a este tipo, dispararon. Los otros dos se volvieron. De ahí no vi más nada. Sé que el hermano de este chico vio cómo lo estaban apuñalando y alcanzó a disparar”, agregó la testigo.
La mujer, cuya voz fue distorsionada en el audio que emitió el programa Sin Galera para evitar su identificación, dijo que “esa noche el tipo este estaba con una campera roja y ella con una campera de jean”. Su relato sumó acusaciones contra Villarruel, en la misma línea de las que expuso durante la marcha del viernes la madre de Cristian Roldán.
“Villarruel siempre está cubierto por policías, eso lo sé muy bien, todos acá abajo lo sabemos. Hay un policía que cada 20 días va a buscar su plata, lo vemos todos”, aseguró la testigo y agregó: “Todos los vecinos vieron, pero nadie se anima a hablar por miedo. Ojalá que se animen a hablar, pero ya estamos recibiendo amenazas de ellos”.
Marcha y acusaciones
El viernes, un poco nutrido grupo de familiares y amigos de Cristian Roldán encabezaron una marcha para reclamar por justicia. Griselda Berventan, madre del joven asesinado, fue recibida, junto a su nuera y viuda de Roldán, por el secretario de Seguridad, Eduardo Roleri, y el director de Coordinación de Policías, Juan Carlos Agüero, a quienes les pidió que el bar no vuelva a abrirse.
Antes de entrar a la Municipalidad, lanzó severas acusaciones contra Villarruel. “Ese boliche no tenía que estar abierto desde hace mucho tiempo”, señaló la madre del fallecido y aseguró: “Si ese boliche no sigue cerrado, van a seguir pasando cosas. La gente tiene miedo, pero yo no le tengo miedo a Villarruel”.
“Medio San Pedro sabe lo que pasa, pero se callan la boca. “Está respaldado por gente poderosa, no te quepa la menor duda”, sostuvo y acusó: “Hay testigos, laderos de él, que por una bolsa de droga manda a matar gente”.
“Ahí no sólo se manejaba como bar, se maneja como prostíbulo, corre la droga, que no me digan que no lo saben, hay gente de poder metida. Yo no tengo miedo, puedo tener miedo por mi familia, pero si nos llega a pasar algo ya sabemos de dónde viene”, disparó y cuestionó a Villarruel por “traidor” al “entregar” a los jóvenes que están detenidos.
El hermano de Cristian Roldán, Facundo, que esa madrugada estaba con él y recibió un puntazo en la pierna durante la pelea, fue bastante reticente a contar lo que pasó ese día. Sólo dijo que no tenían “trato con los agresores” y que ellos “buscaron problemas”.
“Empezó adentro, le buscaron problemas a mi hermano, con provocaciones de la nada, no sabemos por qué”, contó y agregó: “Afuera se armó todo un descontrol, con palos, cuchillos”.
Una historia delictiva
La reconstrucción que hizo La Opinión señala que Cristian Roldán sí conocía a Elías Monzón. En rigor, a su padrastro: Alejandro Gutiérrez, el excampeón de box que fue condenado a prisión por apuñalar a un joven. También lo conocía a Villaruel. Los tres, Roldán, Gutiérrez y el “Chino” habían compartido cárcel.
Testigos dijeron que en el bar se pelearon porque Roldán le dijo varias veces a Elías Monzón que su padrastro era “un gil en el penal”. Esa versión sostiene que la reyerta comenzó así de simple.
Cristian Roldán estuvo preso por homicidio, entre 2010 y 2017. Tenía 19 años y fue condenado junto Cristian Luna y los hermanos Silvio y Jorge Espíndola por el homicidio de Walter Javier Godoy, a quien golpearon brutalmente en la calle, en inmediaciones de San Martín y 24 de Febrero, en abril de 2009.
Agüero quedó en off side
Luego del planteo público de la familia Roldán respecto de que al propietario del bar El Gauchito, César “Chino” Villarruel “lo protege el poder”, el director de Coordinación de Policías, Juan Carlos Agüero, aseguró que “La protección, desde ya, desde el municipio, ninguna”, ante la consulta de La Opinión.
“A todo lo que sea ilegal, ningún tipo de protección. Desde el principio, esta gestión se caracteriza por tratar de erradicar todo lo que sea ilegal”, sostuvo el excomisario y funcionario del gobierno.
“Nosotros tenemos establecido, hubo una clausura, un procedimiento”, dijo sobre el bar y aseguró: “Nosotros no tenemos conocimiento de denuncias anteriores”. En ese sentido, repitió: “Con respecto a la parte del bar, fue clausurado oportunamente”.
Agüero también respondió a la consulta relacionada con el uso de ese local como búnker barrial de campaña por parte de Juntos por el Cambio, el frente electoral que encabezó el intendente Cecilio Salazar: “Me está haciendo una pregunta sobre algo que se usó para otro fin, pero el bar en ese momento no estaba habilitado”, respondió.
Nadie puede desconocer que el bar El Gauchito fue “base” barrial de la campaña de Salazar. El día de las elecciones, de hecho, La Opinión fotografió al propio César Villarruel en ese lugar, con remera y gorra del intendente candidato a la reelección.
El oficialismo no es el único actor político que conocía la existencia del bar clandestino de Villarruel y hay una cierta preocupación en el ambiente político.
Al “Chino” le clausuraron el comercio porque carecía de habilitación. La semana pasada fue a buscar los requisitos para reabrir, aunque todo indica que tendrá serias dificultades para cumplirlos.