El anfiteatro que no fue: la obra que despertó curiosidad en los móvileros de Sin Galera
En la edición de este sábado del programa que conduce Lilí Berardi, uno de los móviles salió desde el Nuevo Boulevard para mostrar como las obras del lugar habían sido refaccionadas. Desde el estudio, la periodista dio una clase de historia a sus dos cronistas que no conocían el origen de esa tarima que les llamó la atención.
La zona del Nuevo Boulevard es una de las más atractivas en San Pedro por su despliegue natural de árboles y vista al río.
Lamentablemente, con el paso de los años algunas obras fueron perdiendo el color que deberían tener al estar en un lugar tan privilegiado de la ciudad y, donde a diario, cientos de personas pasean, practican deportes o se sientan a disfrutar del verde que acompaña al recorrido que se extiende por la barranca.
Uno de estos proyectos, que pocas veces cumplió con su fin, es el anfiteatro o escenario natural que está a pocos metros del mástil, en el mirador más próximo a la centenaria araucaria.
Allí llegó el móvil de Sin Galera, que había sido alertado de que en las últimas semanas algunas tablas de madera que estaban en la estructura fueron reemplazadas por otras en buen estado.

La ocurrencia de Araceli, que desconociendo el origen de la estructura, le pareció un buen lugar para hacer un anfiteatro y la curiosidad de Augusto, llevaron a Lilí Berardi a explicar la historia de esa obra que quedó estancada.
‘’El arquitecto Diego Chediak lo pensó como un lugar donde se podían hacer distintos tipos de encuentros'', dice la conductora del programa
Pensada por el arquitecto Diego Chediak durante la gestión del intendente Mario Barbieri, cuando era Director de Planeamiento de la Municipalidad, el proyecto que era un anfiteatro fue construido en conjunto con toda la puesta en valor de la costanera y el Vía Crucis que tiene su propio anfiteatro en el extremo del edificio de la Aduana.

No sólo eso, la periodista también les mostró las farolas que también tienen un diseño propio, las estructuras de las veredas, las maderas que componen las barandas de punta a punta de la costa y un detalle no menor: todo se financió con recursos propios de la comuna cuando Hugo Salviolo era el secretario de Hacienda y “ahorraba peso por peso”.
Además de las refacciones en este malogrado escenario que hoy se utiliza para reuniones de motoqueros, a lo largo del Nuevo Boulevard también se puede ver como se han cambiado otras tablas en los distintos miradores. "Algo es algo".
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