El abusador está en su casa y la víctima sufre bullying en la escuela
El hecho sucedió en 2012 y el abusador fue condenado, pero por su edad le dieron arresto domiciliario. Un día, La Opinión lo encontró en un acto público y pidieron revocar el beneficio. El padre de la víctima aseguró que volvio a su casa, ubicada a pocos metros de la familiar donde reside el chico, que tiene 16 años y sufre las burlas de sus compañeros en la escuela a la que concurre. “Nunca tuvo asistencia psicológica ni fueron a preguntarnos cómo estaba él ni nada”, se quejó.
“Ahí está tu macho”, le dicen pibes de 16 años a un compañero de escuela a modo de burla en una escuela secundaria de San Pedro cuyo número se reserva para resguardar la identidad del chico, que fue víctima de abuso sexual cuando tenía 12 y cuyo padre llegó a La Opinión indignado tras ir, una vez más, a pedir que las autoridades educativas tomen intervención.
“En la escuela dejan que esto pase, los pibes se ríen de todo y no hacen nada”, contó Mario en la redacción de La Opinión. El episodio de ese día fue, según contó, “lo de siempre: le dicen ‘mirá como te dejó, ahí está tu macho’”. Sus compañeros de colegio. En clases.
“Desde que sucedió esto, el nene nunca tuvo apoyo, nunca tuvo asistencia psicológica ni fueron a preguntarnos cómo estaba él ni nada. Fui tres veces a la intendencia”, se quejó el padre del adolescente, que lleva a atender a su hijo a San Nicolás.
“Necesito apoyo”, repite, desesperado, en medio de datos que en el audio de la entrevista que se reproduce en la web de La Opinión fueron editados para evitar la identificación de su hijo, víctima de abuso sexual infantil por parte de un anciano que reside a pocas casas de la propia.
Lo que se espera en casos como este es que intervenga el Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño y el Adolescente, que funciona en la órbita de la Secretaría de Desarrollo Humano que todavía conduce Karina Chiarella.
“Bienestar Social nunca nos dio apoyo de nada ni fue a preguntar cómo estaba la criatura”, aseguró el padre de la víctima, que no fue la única: “Eran cuatro chicos más los abusados”, recordó.
El abusador se llama Héctor Rubén Paz y tiene 82 años. En 2016 apareció en el acto por el Día de la Bandera y gracias a la publicación de un video de La Opinión en la que se lo veía, la policía lo detuvo: estaba cumpliendo condena con arresto domiciliario por ese caso de abuso.
En ese momento, la fiscala Viviana Ramos pidió de inmediato que le revocaran el beneficio, pero la jueza de Garantías buscaba alternativas porque la avanzada edad y el deteriorado estado de salud del condenado impedían alojarlo en una unidad penal. Ahora está otra vez en su casa.
“Tengo conocimiento de que lo liberaron hace un mes, más o menos. Está a cuatro casas de la mía”, señaló Mario. “El tipo anda para todos lados, el pibe me dijo que lo había visto”, sostuvo, indignado, y aseguró que irá “a San Nicolás” a “hacer la denuncia” porque “acá no me dan bola”.
El caso ocurrió un día de Navidad. La familia de la víctima se percató varios meses después, cuando llevaron al niño al médico, que constató lesiones compatibles con un hecho de abuso y les reveló que estaba contagiado de una enfermedad venérea.
El bullying en la escuela, con la crueldad con que lo detalló el padre del ahora adolescente, es constante. El jueves, lo golpearon en el aula. “En la escuela no me atendieron como corresponde, quise hablar con el director y no pude. Al pibe le pegaron adentro del salón, estaba el profesor, en actividad. Tres veces le dio mi hijo que lo estaban molestando”, aseguró Mario.
En alguna oportunidad, en una reunión con autoridades educativas y con el director de la escuela a la que concurre, le pidieron que hiciera todo lo posible para que su hijo concurriera a clases. “Me dijeron que no lo haga faltar a la escuela, lo que me parece bien, pero el pibe no quiere ir”, sostuvo.
“Les pido a los padres que abramos los ojos”, señaló y agregó, en relación a las cosas que le dicen sus compañeros a su hijo: “Yo pienso que eso es la educación que les damos a los chicos en la casa, por más que me digan que se aprende en la calle, eso no aprenden”.