El 60 % del alojamiento turístico no está habilitado
El dato se desprende de un relevamiento de la Dirección de Turismo. El 20 por ciento inició el trámite, que quedó estancado en Rentas por inacción del Estado o por propia decisión del prestador. En las casillas de turismo crecen los reclamos de los turistas, que no siempre llegan a Defensa del Consumidor, y que incluyen la aparición de lauchas y cucarachas. Camino a Vuelta de Obligado, la mayoría no está registrado. Vínculos políticos en algunos establecimientos.
La Dirección de Turismo que conduce Pablo Ojea entregó al intendente un relevamiento desarrollado en los últimos meses que revela números alarmantes en materia turística: de 99 establecimientos dedicados al alojamiento de turistas, sólo 39 están habilitados; 20 tienen un trámite iniciado; y 40 nunca presentaron un solo papel en la Municipalidad. De ello se desprende que el 60 por ciento carece de habilitación, por lo que son lugares por lo menos inseguros para el visitante.
Ojea informó que quienes no cuenten con la habilitación correspondiente serán eliminados de la promoción que el Estado hace en la página web del Municipio y en los folletos que preparan para la temporada de verano, en la que la ciudad estrenará nuevo gobierno.
La fiscalización de los prestadores turísticos que carecen de habilitación corresponde al área de Comercio que depende de la Dirección de Rentas que conduce Christian Rial, abogado que accedió al cargo político cuando renunció Edgardo Delbene, no sin antes pedir el pase a planta permanente, a lo que Guacone accedió.
Las quejas y las denuncias por la mala prestación y la falta de coincidencia entre lo que se publicita y lo que realmente se brinda llegan por lo general a las casillas de turismo, donde hace poco fue denunciado un hotel céntrico ubicado cerca de las oficinas de atención, que sí está habilitado pero sobre el que mucho control no hubo y una familia salió espantada por la presencia de lauchas y cucarachas.
Defensa del Consumidor recibe menos, de las que este semanario ya dio cuenta en otras ediciones, pero por lo general se encuentra con la dificultad de que como el establecimiento carece de habilitación, no hay factura con la que pueda comprobarse la prestación.
Los beneficios de la clandestinidad
En el listado de emprendimientos sin habilitar hay de todo. Entre los que carecen de habilitación y nunca iniciaron ningún trámite se cuentan cuatro en pleno centro de la ciudad; cuatro sobre la Ruta 191; uno en la zona de islas; uno en Gobernador Castro; ocho en Doyle y Santa Lucía; cuatro en Río Tala; y ocho dentro de Vuelta de Obligado.
Los que más llamaron la atención son de los más requeridos: nueve que están ubicados camino al paraje histórico donde quizás el viernes se despida como Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Muchos de ellos son de afuera de la ciudad. Algunos otros, de raigambre local. Entre ellos, funcionarios del Gobierno nacional y hasta miembros del Concejo Deliberante (ver recuadro).
Entre los no habilitados hay, por ejemplo, un emprendedor que compró un stand en la Feria Internacional de Turismo celebrada en Buenos Aires, que le costó alrededor de 20.000 pesos. Es dueño de dos establecimientos céntricos muy importantes y otros dos rurales. De todos ellos, sólo comenzó el trámite de uno, que no prosiguió.
Entre los que abrieron expedientes hay uno en el límite de la zona urbana hacia el norte; cuatro camino a Vuelta de Obligado; uno en ruta 191 y otro en la 1001; uno donde empieza 11 de Septiembre y otro casi al final; dos en medio del casco céntrico; dos en la costa; y otros siete distribuidos en diversos puntos de la ciudad.
Cada uno de ellos no aporta al Estado una gran cantidad de gravámenes que hace incalculable el monto que falta en las arcas municipales. Desde el derecho de construcción a la tasa de seguridad e higiene, todo depende en gran medida de la propia declaración del contribuyente, aunque está claro que las tareas de inspección de Obras y de Comercio no dieron abasto en el mejor de los casos o hicieron la vista gorda en el peor, vaya alguien a saber con qué intereses.
Un problema de control
En las reuniones para la conformación de la Cámara de Turismo hubo muchas quejas contra la tarea del Estado pero poca mea culpa. Es cierto que los no habilitados, que son los que más beneficios tienen de la actividad porque todo lo que cobran va a sus bolsillos, no aparecieron en las reuniones.
La Dirección de Turismo carece de presupuesto real desde que la emergencia económica se instaló en el Municipio. Ni siquiera tiene acceso al fondo creado para el impulso de la actividad, sobre lo que este semanario también dio cuenta.
“Nos creemos una ciudad turística pero sólo somos una ciudad con turistas”, dijo un conocedor de la actividad, con gesto de tristeza. Es que falta política. Ni siquiera hay dinero destinado a los eventos del calendario, que este año fue a menos.
No hay ninguna tarea conjunta entre el Estado y los prestadores turísticos. Si así fuera, del relevamiento de Ojea debería surgir una agenda para abrir canales de diálogo que permitan hacer entender al emprendedor que es necesario que esté habilitado, que hay exenciones impositivas provinciales y locales, que ello evita una mala publicidad para la ciudad y hasta eventuales juicios al municipio.
No es ajeno a este tema, tal como describió La Opinión semanas atrás en materia de comercios de diversos rubros en el centro, que el sistema de habilitación es tan complicado que termina por frenar el proceso.
Todos aprovechan
Entre los que carecen de habilitación y alquilan a turistas hay personas muy vinculadas al poder político. A continuación, tres casos extremos que dan cuenta de que nadie deja pasar la oportunidad de hacer un negocio a costa de todos.
Un funcionario del Gobierno nacional miembro del gabinete de Alicia Kirchner tiene un emprendimiento de cabañas cuya habilitación está tan “verde” como las “aguas” que anuncia. Nunca se acercó siquiera a preguntar qué tenía que hacer para iniciar el trámite.
Un miembro del Honorable Concejo Deliberante tendría una quinta que alquila para eventos y turismo, que tampoco está habilitada para esos fines, a pesar de que sus dueños tienen vasto conocimiento en el funcionamiento de los gravámenes municipales, ya que les toca estudiarlos cada año en el Presupuesto primero y en la Rendición de Cuentas después.
Un empleado municipal que consiguió una Dirección en tiempos del acuerdo Monfasani – Guacone también “se olvidó” de habilitar su salón de fiestas con habitaciones para turistas. Lo que no olvidó fue de reclamar a los gritos que lo incluyeran en la guía de alojamiento.