El 36 por ciento de aumento lleva a $ 29 mil promedio a los concejales y a 115 mil al intendente
Salazar, Ramanzini y Pángaro se refirieron al acuerdo del Gobierno que llevó al 36 por ciento acumulado el incremento salarial anual de los trabajadores y que deberá pagar el próximo intendente. Lo mismo hizo el Centro de Comercio en durísimos términos. Barbieri habló sin piedad en la sesión y los concejales de la oposición pedirán explicaciones al Secretario de Economía. De los casi 30 mil pesos que pasarán a cobrar los ediles, nadie habló.
La transición del Gobierno municipal que se vive desde que Giovanettoni perdió en las Paso con Pángaro es analizada por la oposición como “la pesada herencia” que este Ejecutivo que reemplazó a la gestión Guacone le dejará al próximo intendente cuando, pasadas las elecciones de octubre, asuma al frente de la comuna el 10 de diciembre.
El centro de atención es, por supuesto, la complicada situación económico financiera del fundido Estado local, que a pesar de los esfuerzos de los primeros meses del gobierno provisorio, el intento por seguir en el poder generó algunos descalabros propios de un Ejecutivo en carrera por la continuidad.
Pasado el veranito electoral, los sindicatos volvieron a la carga y sucedió lo que La Opinión detalló la semana pasada: el aumento del 13 por ciento en tres cuotas suma un total de 36 por ciento acumulado en el año y obligará al próximo Gobierno a contar con nada menos que 20 millones de pesos para pagar aguinaldos y sueldos de diciembre, sin contar médicos, funcionarios ni concejales.
Todo se dispara
El Gobierno necesitará más de 13.300.000 pesos para hacer frente a los salarios de planta de octubre, a pagar en noviembre, con la primera cuota de incremento. Para la segunda, esa cifra será de 13.850.000 pesos. Para diciembre, 14.670.000. A ello deben sumarse 500 mil pesos en bonificaciones que se mueven con el básico y otros 5 millones de aguinaldo. Unos 20 millones en total.
Al cierre del primer semestre, los sueldos del personal de carrera médica ascendían a alrededor de 2.100.000 y los funcionarios, concejales incluidos, unos 900 mil pesos.
Los funcionarios y concejales, a menos que suceda algo en contrario, también se benefician del aumento. A grandes rasgos, a los 900 mil pesos hay que sumarles el 13,5 que da el incremento acumulado para el segundo semestre, es decir $ 1.021.500.
De acuerdo a lo que el intendente anunció en su momento, si ningún funcionario superaría los 25 mil pesos, habrá entonces un aumento promedio de 3.375 para ellos, aunque esta suma no es lineal, ya que el total de bolsillo de la planta política se alimenta de bonificaciones sobre el básico y otros ítems que deben ser considerados.
De la misma manera, los concejales cobraban en julio un promedio –sin entrar en particularidades personales relacionadas sobre todo con la antigüedad de cada uno– alrededor de 25.700 pesos.
Cuando se les pague la primera cuota de aumento, se irán a 26.400; con la segunda, 27.400; y con la tercera, en diciembre, 28.900 pesos.
Como se dijo, ese número es promedio. El salario de 40 horas, el básico rector que se toma para calcular sueldo de ediles e intendente, estaba antes del aumento en $ 6.632,70. Con el 13,5 de incremento acumulado a fin de año, será de 7.528, por lo que la dieta pura de los concejales quedará en 26.348 pesos.
El próximo intendente tendrá un sueldo bruto de 115.931 pesos, resultante de multiplicar el rector por 14 y sumarle el 10 por ciento de gastos de representación.
Hay algunas alternativas. Para el gabinete la idea heredada de la era Guacone, es dejar a los funcionarios sin aumento por decreto. Para los vecinos de la esquina hay dos: que ellos mismos se hagan cargo y en el próximo presupuesto propio declinen cobrar la más alta dieta posible –hay ediles como Ramanzini que prometen en campaña bajar su sueldo y el de los funcionarios si gana–; la otra, que el Ejecutivo liquide haciendo uso de la categoría cero que aprobaron en el Presupuesto para este año y que firme el decreto dejando afuera del incremento al básico rector.
De cualquier manera, el Municipio tiene por delante algunas erogaciones extras: los concejales reclamaron antigüedades retrasadas, porque en algunos casos les pagaron mal y el Tribunal de Cuentas informó que deben reajustarle un monto. Como se trata de una deuda atrasada; y la Asesoría General de Gobierno debe responder si corresponde liquidarle las vacaciones no gozadas al exintendente Guacone, que las reclamó.
Todos contra Fabio
Al análisis de La Opinión de la semana pasada, que además de dar cuentas del incremento calculó cuánto significaba en dinero cada cuota, le siguieron una serie de cuestionamientos al intendente respecto de la firma de ese acuerdo y un único gesto de defensa, que provino desde quien fuera su rival en la interna del FpV.
Primero fueron las instituciones intermedias. El Centro de Comercio atacó a todos: al Ejecutivo por haber acordado un aumento en un “contexto económico, financiero y social tan complejo como calamitoso”, por encima de la media nacional del 27 por ciento. Pero también cuestionó al Concejo por mantener “silencio cómplice”.
La Sociedad Rural habló de “un túnel sin salida con un triste pronóstico” para los sampedrinos: “Fundidos, desgobernados y con un retraso estructural de varias décadas, vemos y escuchamos a los sindicalistas celebrando haber acordado “uno de los mejores aumentos salariales de la Provincia”.
Cecilio Salazar habló de “decisiones unilaterales” y pidió “consenso y gran responsabilidad” para con los recursos disponible, al tiempo que alertó sobre la necesidad de ser “muy criteriosos respecto de los cargos vacantes, las nuevas contrataciones de personal y de servicios”.
Ramanzini dijo algo similar y acusó al gabinete de “improvisar” y de “ceder a las presiones”. En el mismo comunicado, dijo haber asistido al “incremento constante de empleados municipales puestos a dedo por favores políticos” y habló de “privilegiados” con “bonificaciones, horas extras y guardias que no se cumplen”.
Ya trabajando en conjunto, los ediles de Fe Iván Paz y del Pro en el Frente de Todos Mario Sánchez Negrete adelantaron que convocarían al Secretario de Economía Roberto Borgo, lo que luego hicieron desde la comisión de Presupuesto que preside Sergio Rosa, aunque tuvieron que retirar la convocatoria porque el resto de los integrantes de la Comisión pusieron las quejas ante la decisión inconsulta.
Si Paz dijo estar “preocupado” por las medidas que el Ejecutivo toma “sin consultar al HCD”, mientras aclaraba que tiene “todas las facultades para hacerlo”, Sánchez Negrete no tuvo empacho en disparar: “El Ejecutivo está entregado”.
El Presidente del Concejo Mario Barbieri fue de los más duros y sus palabras fueron emitidas en sesión, el jueves. Consideró que Giovanettoni no comprendió su condición de titular de un gobierno de transición, consideró que para otorgar el aumento debería haber convocado a las fuerzas políticas representadas en el cuerpo que preside y a los cuatro candidatos que aspiran a sucederlo en la intendencia.
En la misma sesión, Barbieri respondió en duros términos al Centro de Comercio, cuya nota reivindicó pero sin dejar de manifestar su “descontento con algunas afirmaciones que pecan de desconocimiento o de malversación de los hechos” y de preguntarles a los comerciantes “dónde estaban” mientras el HCD advertía lo que sucedía en la era Guacone, durante el Comité de Crisis y las comisiones investigadoras.
El único que defendió a Giovanettoni fue Julio Pángaro. El sábado, consultado en Sin Galera, dijo que “el que conoce el funcionamiento de las necesidades es el intendente” y que el gabinete es el que tiene el derecho y la obligación de tomar las decisiones que crean conveniente”. Además, cargó contra la dirigencia gremial: “Hay sindicalistas buenos y sindicalistas malos. En San Pedro no hemos tenido suerte”, disparó.