Egresados 2014
- Por Marta Alonso -
Se cierra un ciclo escolar, se cierra un año que conjuga varios, se cierra el telón de una obra inigualable. Todos somos responsables de este acto, de este último acto, de esta ceremonia de cierre.
Fuegos intensos alumbran el camino por venir. Poco nos queda como escuela por hacer. Lo hecho, hecho está.Todos los actores de esta hermosa obra tejida en estos años participamos del ritual donde la existencia compartida se convierte en fuego sagrado, porque es la suma de varios fuegos. Como dice Galeano “No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.”
En esta obra los personajes abren y cierran puertas. Llegan y parten. Intercambian. Asumen su rol. Permanecen detrás de bambalinas e irrumpen en cada escena.
En este misterio que es el teatro, están presentes los fuegos que son cada uno de Uds. y de este modo queda la obra representada.
Fin de la función.
Ningún personaje podrá habitar esta obra que en cada cierre, tuvo su último acto. Porque ustedes son únicos e irrepetibles para esta compañía teatral.
Y ante la caída del telón final, deseo compartir algunas palabras.
A partir de ahora serán luz radiante o tenue llama, según las circunstancias y la respuesta que ustedes sean capaces de dar.
Como los personajes de una pieza teatral, el actor es el material rico y disponible para representar su rol.
Ese rol se juega en una obra escrita en otras latitudes. No eligieron nacer, tampoco elegirán como partir. Pero si podrán elegir como representar la escena.
Como actuarla, como pararse ante los hechos, como resolver cada situación dependerá de cada uno. No hay papeles chicos, hay actores chicos.
Les tocará ser presidentes o padres o esposos o buscadores de tesoros ocultos – lo que quieran y puedan, no importa tanto… importa la madera del actor, esa capacidad de estar entero cuando se juega la acción.
Los buenos actores dan magia a la obra, abren el alma a otros mundos, los malos actores empobrecen la acción y dejan un mal recuerdo digno de todo olvido.
De la resolución que sean capaz de dar, dependerá la consagración o la condena, su crecimiento o su empobrecimiento actoral.
Apelar a la profundidad de cada ser para estar a la altura del papel que les toca vivir.
Ahí es cuando cada uno descubre quién es, en el mismo instante en que las máscaras caen.
El espejo de la vida los pondrá frente a ustedes mismos y a su propia existencia. Y todo lo que hayan aprendido se concentrará para dar respuesta frente a las exigencias de la obra.
Ser o no ser
Y como dice Pirandello serán los personajes en busca de autor.
Le reclamarán a ese autor, su propia existencia , quizás hasta le reclamarán otros papeles.
Pero no hay papel más difícil que respresentarse así mismo. Desplegar el ser actoral en la circunstacia actual. No es el decorado lo que construye buenos actores, es su entrega a la trama que lo convoca.
Pronto aprenderán que el buen actor no actúa para el aplauso, se entrega al texto y al final del acto puede que surja el aplauso, que nunca es un fin en sí mismo, sino una consecuencia a veces azarosa.
En cada actuación los acompañará el fuego sagrado de la vida que habita desde siempre en cada uno.
Y al final de cada obra, y esta no lo es menos, descubrirán que en cada representación las formas del éxito, la fama, la banalidad, las máscaras de turno, todo, todo, todo no es más que una búsqueda frenética de la llama sagrada que da sentido a la existencia.
En este proceso profundo e individual todos buscamos lo mismo y cuando nos sacamos el maquillaje, somos todos iguales.
Es cierto que a veces son tantas las capas de rubor que se necesita un huracán para poder encontrarnos a cara lavada.
Deseo profundamente que nos reconozcamos caminantes de este profundo camino que en su esencia es bello y alegre, una divina comedia, a veces el paraíso del Dante.
Debemos saber que la antorcha de los otros le da más fuego y luz a la nuestra, que no importa la forma en que arda, importa que todas ardan juntas con sus distintas formas de ser.
Somos todos actores de una misma obra.
Que nada empañe la profunda belleza de la obra hecha en nosotros y con nosotros
Que nuestras antorchas ardan en toda su plenitud.
No apaguen la antorcha que humea si no tienen otros fuegos que alumbren mejor, esos otros fuegos se plasmarán en otras obras, en otras oportunidades, en otros desafíos.
El telón de esta obra se cierra y el público aplaude de pie. Aplaude de pie a cada uno de los que sintieron, vibraron, conmpartieron, se esforzaron haciendo lo que había que hacer, cultivaron sueños y asumieron el desafío de alcanzar una meta sin máscaras, a cara lavada y ante sí mismos.
Meta que se traduce en este EGRESO, donde el camino estuvo marcado por los diferentes peldaños de una escalera con presencia escenográfica que selló el fin de cada etapa y el comienzo de nuevos proyectos, nuevos caminos, nuevas obras, nuevas concreciones .
Felicitaciones a los egresados del nivel secundario, del bachillerato para adultos, del plan fines, de las escuelas de educación especial, de los centros de formación profesional, del nivel inicial, de las escuelas primarias para niños y también de las escuelas primarias para adultos. Saludo que hago extensivo a quienes concurrieron a los centros educativos complementarios, y cada una de las propuestas no formales que ayudaron a dar respuestas de aprendizaje y maduración.
Felicitaciones y gracias a los docentes por el trabajo bien realizado.
Felicitaciones a los directivos que conducen con acierto y profesionalismo las instituciones educativas.
Gracias al equipo de inspectores que me acompañan y comparten con responsabilidad tarea y profesión.
Gracias a quienes desde empresas, instituciones y organizaciones apoyan las obras educativas.
A todos nuevamente felicitaciones y gracias!!!