Dudas en torno a una cesárea con desenlace trágico
Se trata de una mujer que fue a dar a luz a su séptimo hijo en una cesárea programada para el 7 de Diciembre. Los controles efectuados durante el transcurso del embarazo no mostraban ningún inconveniente pero el bebé nació muerto. Los médicos explican que el deceso se debe a lesiones en la placenta materna, pero la denunciante dice que le dieron más de tres versiones y que los médicos ni siquiera se ponen de acuerdo en el sexo de su hijo.
El pasado jueves se recibió en La Opinión una carta donde una mujer que había recurrido al Hospital local para que se le efectuara una cesárea programada, refería haber sido víctima de una irregular y triste situación. En la carta, además de explicar lo sucedido, daba los apellidos de aquellos médicos que habían intervenido en este episodio. Sin embargo, y teniendo en cuenta que Marta, tal el nombre de la autora de la carta, ha efectuado una denuncia penal, los mismos serán omitidos, al menos por el momento.
Marta es mamá de seis chicos. La mayor tiene 13 años mientras que el menor tan solo 1 año y medio. Es portadora de HIV y tuvo a sus últimos cuatro hijos estando infectada. Según comentó, está realizando un tratamiento con una doctora en Capital Federal. En esta cesárea que le realizaron en Diciembre, los médicos, con el consentimiento de ella, le ligaron las trompas para evitar que vuelva a quedar embarazada.
Todo comenzó el pasado 7 de Diciembre cuando Marta llegó al Hospital, donde se internó alrededor de las 11 de la mañana. Luego de esperar que les realizaran la cesárea a otras tres mujeres, le tocó su turno. La mujer refiere que, mientras esperaba, sentía a su hijo moverse dentro de ella.
Antes de comenzar la intervención, los médicos controlaron el estado del bebé, y comenzaron a anestesiar a la futura mamá. En el medio de la operación, uno de los médicos refirió que el bebé estaba como “para nacer por parto natural”.
Al nacer, la madre preguntó por el sexo del bebé. Respondieron que se trataba de un varón. A Marta le llamó la atención no escucharlo llorar por lo que preguntó qué pasaba, y entonces le comunicaron que su hijo había fallecido.
Los médicos decidieron anestesiarla por completo. Marta, al despertarse, se encontraba en la sala de maternidad. Preguntó por su bebé, pero le dijeron que ya no se encontraba en la morgue del Hospital sino que había sido trasladado, por la Cochería Secchi. Según refirió Marta, ni ella ni ninguno de sus familiares había dado la autorización para que se efectuara el traslado. Ningún médico dio explicaciones de lo ocurrido; todos, según dijo la mamá del bebé fallecido, “se lavaron las manos”.
Una vez que Marta consiguió el alta, dos días después de haber dado a luz, pudo hablar con uno de los médicos que la habían atendido, quien le comunicó que el bebé había fallecido tras haber ingerido líquido amniótico, y que se encontraba muerto desde al menos 10 horas antes de nacer. En este punto empiezan a surgir algunas dudas como por ejemplo que, al efectuarse los controles previos al nacer, los médicos no hayan podido saber que el bebé estaba muerto, y, por otro lado, la sensación que tenía la madre de que su hijo se movía minutos antes de que le efectuaran la cesárea y habiéndose realizado el monitoreo fetal sin inconvenientes aparentes.
Los resultados de los estudios que se le efectuaron a la placenta estuvieron listos para la semana del 19 de Diciembre. Los médicos le explicaron a Marta que los mismos indicaban que la muerte se había producido por un infarto causado por “una arteria tapada de la placenta”. Fue en este punto donde Marta comenzó a notar ciertas contradicciones que detalló en su carta. Primero, que en el certificado de defunción consta que el bebé murió por sufrimiento fetal y su mamá se había realizado cuatro ecografías con anterioridad y en ninguna le habían detectado inconvenientes. En segundo lugar, que en los registros de la Cochería Secchi, quien había efectuado el traslado del cuerpo del bebé desde el Hospital, el mismo estuviera asentado como prematuro, cuando en realidad llevaba más de 39 semanas de gestación. El 21 de Diciembre Marta decidió presentarse en la Comisaría local para efectuar una denuncia penal. En la misma pide que se efectúe una autopsia al bebé fallecido para determinar las causales de la muerte, así como también comprobar que se trataba realmente de su hijo, ya que las sospechas crecían cada vez más. Seis días después, el 27, es convocada por la fiscalía a cargo de la Dra. Marcantonio, quien le informa que no se podrá llevar a cabo la autopsia debido a que, al haber transcurrido ya varios días, la misma no arrojaría resultados. Además, y continuando con las irregularidades, le informaron que se trataba de una nena, y no de un varón tal como le había sido comunicado en un principio. Según expresó la propia Marta, la Dra. Marcantonio le explicó que no se podía hacer una autopsia o un examen de ADN porque ya había pasado mucho tiempo. Y expresó: “Yo no se si hay acomodo, a mi me da para pensar lo peor. Yo lo único que quiero es que me digan que pasó porque estoy segura que se mandaron una macana”.
Marta dice que en la fiscalía le dijeron que iban a comunicarse con ella pero no lo hicieron. No volvió a ir a la Comisaría y explicó que le gustaría poner un abogado que la ayude a investigar pero que no cuenta con los recursos necesarios. Marta cobra los $ 150 de un Plan Jefes y Jefas; según explicó, no puede trabajar porque los chicos le demandan mucho tiempo.
La otra versión
Uno de los médicos señalados en la denuncia, no quiso dar explicaciones sobre lo ocurrido ya que considera que se debe respetar el secreto profesional. Sin embargo, aclaró que había hablado con Marta y le había explicado que es lo que había pasado y cuáles habían sido las causas de la muerte de su hijo. Además aclaró: “Conmigo habló muy bien y no se quejó de la atención”. Este médico dijo no estar al tanto de la existencia de la denuncia, pero expresó: “Si ella fue sincera con lo que dijo cuando vino a verme no tendría que haber hecho una denuncia”.
Por su parte, el Dr. Francisca, Director del Hospital local, expresó estar al tanto de lo sucedido y haberse reunido con con el propósito de escuchar cuáles eran sus pedidos. A partir de los dichos de ella, habría solicitado un informe a los jefes de servicio y a los médicos que actuaron en ese momento. El mismo, comentó Francisca, permitió descartar la presencia de irregularidades. Con respecto a por qué habían retirado el cuerpo del bebé sin el consentimiento de la familia, comunicó que, si bien no hay nada firmado, sí existía una autorización de palabra de la madre de Marta. Además, agregó: “Al fallecer un paciente es trasladado a la morgue y después se lo lleva a la cochería. Ese es el procedimiento habitual”.
Francisca explicó que se trataba de un embarazo de riesgo con cesárea programada y que los estudios demostraron que el bebé había fallecido debido a lesiones sufridas en la placenta.
Esto había provocado que el bebé falleciera horas antes de nacer. Con respecto a la autopsia, aclaró que la misma no le fue hecha al bebé en el momento de nacer debido a que sus familiares no habrían querido.
Por último, Francisca hizo alusión a la denuncia penal efectuada por Marta el pasado 21 de Diciembre: “Sabía que existe una denuncia pero creo que no va a llegar a nada porque yo sé que existen informes de cada una de las áreas que intervinieron que demuestran que no se hicieron las cosas mal”.
Mientras tanto Marta sigue reclamando justicia. Expresó, con lágrimas en los ojos, que quiere que le digan realmente por qué falleció su bebé. Pero las sospechas van más allá, y sobre el final, comentó que quizá su hijo sigue vivo. “Esa sería una alegría enorme para mí”, agregó.