Dudas en dos crímenes

Los familiares, los amigos y conocidos de los dos jóvenes que murieron hace diez días en circunstancias que todavía se investigan, tienen muchas dudas.
Las manifestaron desde el principio pero, con el transcurso de los días, parecen haber cobrado más fuerza. Las autoridades dijeron que existen pruebas contundentes para establecer la responsabilidad en ambas muertes. En el caso del crimen de Mauricio Cacho (26), quien encontró la muerte después de recibir un disparo en el abdomen, está detenido un menor de 17 años que se adjudicó el hecho. Pero la madre de la víctima dijo que esta autoacusación es sospechosa. Mónica Cuels, confirmó a La Opinión que el pasado viernes viajó a San Nicolás para interiorizarse de la instrucción de la causa, que ahora está en manos del Juzgado de Menores. “Me dijeron que el chico se acusa él solo, pero que nadie lo vio disparar. No hay ni un testigo en la causa que diga que lo vio disparar el arma”, dijo.
La mujer expresó haber recibido muchos comentarios de habitantes del barrio que saben mucho, pero jamás declararon por temor a represalias. “Una señora me dijo que hay un chico chiquito que sabe todo, pero que ella no puede hablar porque tiene familia. Yo les pido a todos aquellos que puedan tener información que vayan a la policía, o a la fiscalía, para contarla”, agregó la madre de Cacho. La hipótesis de Cuels y su familia, es que existe un círculo de complicidades alrededor del homicidio, entre personas muy vinculadas al hecho y que viven en el mismo barrio. Quizá pensaron, según Cuels, que el menor se podría adjudicar el crimen porque “total, salía libre en tres o cuatro días”.
Hay pericias que están en trámite y podrían cambiar el curso de la causa. Una de ellas, apunta a un sospechoso mayor de edad, que estuvo demorado en la Comisaría, a quien se le realizó la prueba que permite detectar restos de pólvora en sus manos. Si esta pericia es positiva, cambiará el rumbo de la investigación.

“No estaban robando”
La causa que se instruye en la fiscalía sampedrina por la muerte de Alexis Estrada, de 15 años, ocurrida en el camping Las Canaletas, también está cruzada por testimonios contrapuestos.
Uno es el ofrecido por el turista al que supuestamente intentaron asaltar Estrada, su hermano de 18 años y un amigo de 14.
Otro, es el que ofrecieron los familiares de la víctima y otros vecinos. “Los chicos no estaban robando”, reiteran los padres de Alexis. Su otro hijo Aníbal está acusado de homicidio en ocasión de robo. Extraoficialmente, una fuente inobjetable le dijo a La Opinión que efectivamente, hay testigos que aseguran no haber visto armas en poder de los chicos y que habrían confirmado la versión de que “esos mismos jóvenes habían estado horas antes pidiendo cigarrillos entre las carpas”.
En la Comisaría, permanece detenido el hermano de Alexis, Aníbal Estrada. Sus padres confirmaron que pudieron visitarlo, pero el joven aún no declaró. Ambas investigaciones, seguirán su curso en las manos de los responsables del cuerpo judicial correspondiente. Pero de la real posibilidad de hacer Justicia, mucho depende el aporte que hagan los testigos y protagonistas de cada uno de estos dos lamentables sucesos en los que se perdieron vidas tan jóvenes.