Doyle festejó la tradición
Pueblo Doyle, se convirtió en el centro de las actividades de la fecha más tradicional de nuestro país. Celebrar lo nuestro tuvo su recompensa y la fiesta que promete continuar año a año fue todo un éxito.
El 10 de Noviembre, se celebra una fecha casi olvidada por la población: El día de la tradición. Según el Ministerio de Educación, este día es “el reconocimiento a la identidad argentina, a través de uno de los personajes más representativos del ser nacional, José Hernández, quien puso todo su empeño en defender
a sus paisanos de las injusticias que se cometieron contra ellos”. Para ser más exactos, este día conmemora el natalicio de José Hernández, ocurrido el 10 de Noviembre de 1834, uno de los poetas más representativos de la historia de nuestro país. Sin embargo, podríamos decir que esta es una fecha que ha ido perdiendo valor con el paso del tiempo y la llegada de otras fiestas.
En localidades como Pueblo Doyle, la tradición no sólo no se ha olvidado, sino que además se festeja en grande y con una agenda cultural bien argenta.
Durante todo el fin de semana, se realizó la primera Fiesta de la Tradición en la Plaza que lleva ese nombre.
Estuvo organizada por un grupo de vecinas del lugar, con el apoyo de la subdelegación y toda la comunidad.
La idea, era realizar espectáculos genuinamente tradicionales, que mezclaban comidas, danzas, música y destrezas gauchescas. Además, como no podía ser de otra manera, se realizó un acto oficial en la mañana del Domingo, del que participó el Intendente Mario Barbieri junto a la Presidenta del Concejo Deliberante Norma Atrip.
Actividades típicas
Las dos jornadas en las que se desarrolló la fiesta, estuvieron signadas por las guitarras y las bombachas de gaucho.
El Sábado fue el inicio de las actividades con un gran fogón, que concentró a unas cuatrocientas personas, que escucharon sobre el escenario armado especialmente en la esquina del Club Sportivo a diversos artistas del género, bailarines y payadores, con el cierre de “Keko” González. La fiesta, parecía no terminar nunca, ya que a las cuatro de la mañana, se mantenía la mayoría del público bailando al son del folklore nacional.
Durante el Domingo, luego del acto protocolar, comenzaron los juegos típicos que entretuvieron a grandes y chicos, que en muchos de los casos no conocían “el sapo” o “la taba”.
Por supuesto los jinetes no podían faltar y formaron parte del gran desfile de la mañana, encabezada por los más jóvenes y los grupos tradicionalistas del pueblo y Santa Lucía.
Esa misma tarde, la fiesta se trasladó al campo de doma, donde se mostraron destrezas a caballo, juegos de sortija y velocidad entre otros, además del quizás más divertido con el chancho engrasado, con el cerdo como premio.
Con identidad propia
Desde la organización, habían dejado en claro que si bien iban a poder participar todos los vecinos con sus stands, la idea era respetar la tradición. Es por eso, que todos los detalles estuvieron cuidados, incluso en el menú, que ofreció empanadas fritas de carne, choripanes y costillares. Esta, es una fecha que fue elegida con el propósito de poder aprovecharla ante la falta de eventos y hacerla perdurar en el tiempo. “Queremos que mejore con el tiempo y que si fuimos 400 en el fogón, el año que viene seamos 1.000” dijo Adalberto Álvarez, Sub Delegado del pueblo.
La plaza
El epicentro de la fiesta gaucha, se desarrolló en la plaza del lugar. La misma que el año pasado, recibió al móvil loco de La Radio en su recorrido por el décimo aniversario. En ese entonces, era un lugar abandonado, con juegos desperdiciados, en el olvido y oxidados.
Los mismos vecinos habían reclamado varias veces por el lugar. Sin embargo, no fue hasta este año que la arreglaron, poniendo en condiciones las actividades que ofrece, con un mástil en el centro y un mural que recuerda nuestras tradiciones, realizada por los alumnos del pueblo. El espacio hoy lleva el nombre de “Plaza de la tradición”.