Dos muertes que siguen sin esclarecerse
El miércoles 21 de Diciembre falleció Gonzalo Rojas tras recibir un disparo por parte de un policía en circunstancias poco claras. Por el caso dos uniformados continúan detenidos pero no hay novedades que permitan determinar qué fue exactamente lo que pasó. Mario Barrera fue asesinado a golpes el 26 del mismo mes. A las pocas horas fueron aprehendidas dos personas que continúan en prisión. Además se entregaron otras dos que, finalmente, quedaron en libertad. En ambos casos, los familiares continúan reclamando justicia.
A punto de cumplirse un mes de un hecho que conmocionó a la población sampedrina, el caso sigue sin novedades. La muerte de Gonzalo Rojas, un joven de 16 años, fue producida por un disparo policial en circunstancias que aún no han sido esclarecidas. Cuatro policías llegaron en la madrugada del 21 de Diciembre a la intersección de la Avenida 3 de Febrero y Padre Santana en respuesta al llamado de un vecino del lugar. Por motivos que se desconocen, Rojas y otro menor que se encontraba con él, comenzaron a correr al divisar al personal policial. Estos últimos comenzaron a perseguir a los jóvenes y, en la corrida, efectuaron varios disparos, supuestamente, con el fin de intimidarlos. Uno de estos disparos impactó contra el cuerpo de Rojas ocasionándole la muerte.
En un principio, los cuatro uniformados quedaron detenidos, pero dos de ellos, el Oficial Monasterio y el Sargento Tarragó fueron liberados rápidamente al comprobarse que sus armas no habían sido utilizadas. Mientras tanto, Castañares y Llul continuaron en prisión a la espera del resultado de las pericias que permitieran establecer cuál de los dos había sido el autor del disparo letal. Si bien se esperaba que los resultados estuvieran listos para hace más de 15 días, desde la Comisaría local informaron que aún no hay novedades al respecto por lo que ambos agentes continúan en prisión.
El menor que acompañaba a Rojas en ese momento, fue trasladado en un comienzo a un Instituto de la ciudad de La Plata pero luego, tras prestar declaración indagatoria en los Tribunales de San Nicolás, retornó a nuestra ciudad y actualmente se encuentra en su casa, junto a la familia.
El viernes 30, familiares y amigos del joven fallecido, marcharon pidiendo justicia. Se trató de un grupo de aproximadamente 70 personas que partió desde la Municipalidad y se dirigió, por calle Mitre, hasta la Comisaría local, donde el padre de la víctima, Fabián Rojas, entregó un petitorio al Intendente Mario Barbieri.
Otro hecho sin resolución
Otro de los casos que aún espera una resolución es el homicidio de Mario Barrera. El hombre, de 56 años, fue asesinado a golpes en la madrugada del lunes 26 de Diciembre. A las pocas horas, la policía detuvo a Cristian Álvarez y Fabián Duarte. En horas de la noche del martes 27 se presentó en la Comisaría local el joven Rafael Darío Martínez, quien declaró haber estado con Barrera la noche en la que lo mataron. Sin embargo, no recordaba haberlo golpeado. La madre de Martínez, Olga, comentó en ese momento que su hijo tenía serios problemas con el alcohol y las drogas y que, tras haber pedido ayuda en varias oportunidades, ni desde la Municipalidad ni desde la UCEFF recibió el tratamiento adecuado.
Por otra parte, el miércoles 28, en horas de la tarde, se produjo la detención de Juan Carlos Montiel, de 23 años, oriundo de la Provincia de Entre Ríos, quien había sido señalado por Martínez como partícipe del crimen de Barrera.
Tanto Martínez como Montiel recuperaron la libertad tras declarar en San Nicolás, aunque continúan vinculados a la causa. Por su parte, tanto Álvarez como Duarte permanecen detenidos esperando una resolución por parte de la Justicia. Ambos viajaron el miércoles 4 a declarar a San Nicolás. Según informaron desde la Comisaría local, ellos pidieron declarar ya que, hasta ese momento, se habían negado a hacerlo.
Los familiares de la víctima se mostraron bastante disconformes con el accionar policial, ya que expresaron que Barrera estaba cansado de denunciar que Martínez y Montiel lo molestaban y, en su momento, nadie hizo nada para evitar que las cosas pasaran a mayores, como finalmente ocurrió.