Dos detenidos y un comercio acobardado

Ni que se hubieran puesto de acuerdo. Prácticamente en el mismo momento pero en puntos opuestos del radio urbano de San Pedro se produjeron dos hechos delictivos. Ambos tuvieron características por demás de particulares y consecuencias irreparables en el aspecto emocional. Un punto que muy pocas veces es tenido en cuenta y que va más allá de las modalidades delictivas utilizadas y los resultados.
“Estará cerrado…”
“Estará cerrado hasta que tengamos seguridad”, rezaba uno de los carteles colocados por los dueños del comercio asaltado ayer a las 14.30 Hs.. “Disculpe las molestias, nos asaltaron nuevamente”, decía el otro, o “Disculpe, nos asaltaron a las 14.30 Hs.”. De esa manera reaccionaron las víctimas de este nuevo ilícito, fue la única manera de poder desahogarse tras vivir momentos de semejante impotencia, en el cual los delincuentes se manejan con total impunidad.
El ilícito fue protagonizado por dos sujetos que arribaron a cara descubierta y a bordo de bicicletas playeras. Ingresaron con decisión y bajo amenazas con arma de fuego, redujeron a la empleada que se encontraba en el lugar en ese momento. La tomaron del cuello violentamente y la trasladaron hacia un sector posterior al comercio. Así se apoderaron de toda la recaudación que había en la caja y otros elementos que encontraron a su paso, para luego huir sin dejar rastros.
Envuelta en una crisis de nervios, la joven mujer relató cómo se produjo el hecho, mientras tanto los propietarios del maxikiosco tomaron la decisión de “bajar la persiana”. Avasallados por la inseguridad y la impunidad con que se vive a diario y desde hace ya un largo período. No era la primera vez que habían sufrido un hecho vandálico y ahora piensan que no vale la pena seguir entregando su esfuerzo a los malvivientes.

Persecución y detenciones
En el mismo instante en que la Policía intervenía en el robo del maxikiosco se recibió un alerta sobre la presencia de dos sospechosos en inmediaciones de Martín Fierro al 300. Al arribar los efectivos al lugar, se encontraron con dos jóvenes que huían a toda velocidad a bordo de una moto Gilera 110. Al ser interceptados cayeron con el rodado a una zanja intentando darse a la fuga, allí fue apresado César Salazar, mientras que su compinche logró escapar e introducirse en un terreno baldío ubicado a mitad de cuadra.
Según los vecinos que se volcaron a la calle avisados por una detonación de arma de fuego que habría realizado la Policía para intentar que los delincuentes depusieran su actitud, ambos sujetos habían robado cerca de allí.
En ese mismo instante se produjo una intensa búsqueda por parte de la policía que en buen número trabajó en el lugar.
Se rodeó la manzana comprendida por las calles Martín Fierro, Miguel Porta, Nieto de Torre y Bottaro. Se revisó casa por casa hasta que en el fondo de una vivienda de Bottaro al 2.300 fue hallado Pablo Basaldúa. Mientras tanto, a la vuelta de donde fue encontrado este último, una familia advirtió que su vivienda había sido robada, a sólo diez metros de donde fueron interceptados los jóvenes. Estos habían ingresado a la casa de la familia Corvalán tras violentar la cerradura y se apoderaron de diversos elementos, entre ellos unos 3.700 pesos ahorrados para festejar el cumpleaños de 15 de un familiar, una cartuchera porta cosméticos, una calculadora científica y un secador de cabello. Además dejaron el interior del domicilio dado vuelta.
Lamentablemente hasta las últimas horas de ayer no había sido recuperado el dinero, estimándose que en su huida, los delincuentes lograron esconderlos en algún lugar.
En cuanto a los detenidos, se constató que ambos tienen antecedentes penales. César Salazar es hermano de Juan Pablo, el joven asesinado hace tres semanas en el barrio Hermano Indio, y Basaldúa es quien hace dos meses atrás robó a un playero de una estación de servicio y luego se tiroteó con un policía resultando herido en el brazo.