“Dónde hay un mango, viejo Gómez”, la canción que bailan en el Municipio
El gobierno profundiza la política de recortes y ajustes. Los sindicatos están advertidos de que hay dificultades para otorgar aumento en el tercer trimestre. En Economía evalúan retrasar el pago de sueldos de funcionarios y dietas de concejales. Hay contratos congelados y demoras en el pago de compromisos. Analizan la continuidad del plantel de funcionarios.
Diez días les quedan al intendente Cecilio Salazar y al secretario de Economía Mario Sánchez Negrete para entregar el paquete de ordenanzas del Presupuesto 2018. Dos días después deberán pagar los sueldos. Diciembre, además, es el mes del medio aguinaldo y el que más horas extras insume. Pero no hay dinero y Provincia quiere que se cumplan determinadas pautas para enviar fondos extra. El panorama es complicado para las cuentas municipales.
A las pautas fiscales que implican ajuste y recorte de gastos para el año que viene se suman los lineamientos que bajó Provincia al municipio como condición para enviar aportes que permitan cumplir con los compromisos del último mes del año, que adelantó La Opinión la semana pasada.
“Dónde hay un mango, viejo Gómez”, repiten a coro los funcionarios que sacan cuentas para ver dónde se puede recortar gastos, achicar erogaciones, ajustar clavijas. “Que por más que me arremango / no descubro un mango / ni por equivocación / que por más que la pateo / un peso no veo / en circulación”, cantaba Tita Merello.
El gabinete, en la mira
En una reunión de gabinete ampliada, Sánchez Negrete habría advertido que una de las posibilidades es que se demore el pago en tiempo y forma de los sueldos políticos, que incluye funcionarios y concejales. De sus aguinaldos, ni hablar.
En el Concejo Deliberante todavía no cobraron la dieta de octubre y hoy ya es 22, es decir que están dos semanas atrasados. Lo peor es que “sin novedades” en el corto plazo. Horas extras y guardias tampoco fueron depositadas.
Desde los secretarios más importantes hasta el último coordinador político, todas las renuncias están a disposición. En la mesa chica aseguran que la primera semana de diciembre podría haber novedades al respecto. Todos se miden entre sí, por las dudas.
De todas maneras, muchos recuerdan que en los casi dos años de gestión que lleva Salazar al único funcionario que echó fue a Leonel de Ruba, el exdirector de Modernización cuyo título de abogado nunca apareció y que hoy sigue como empleado municipal en la Omic.
El gobierno de Cecilio Salazar batió récords en la inclusión de funcionarios. Hay áreas que cubren todo el espectro, con secretario, subsecretario, director y coordinador. En algunos espacios puede que la gestión lo amerite. En otros, se nota que “no tanto”.
“Cecilio no va a echar a nadie”, sostienen cerca del escritorio del Jefe Comunal, aunque a algunos metros de ese despacho hay quienes creen que “ya es hora de prescindir de algunos becados”.
No hay plata para nada
El clima está tenso intramuros del Palacio. Algunos proyectos previstos para este año están en peligro, como por ejemplo el Centro Cultural municipal en el excine La Plaza, propiedad de la familia del expresidente de la UCR, Pablo Quiroga, actual miembro vía contrato del equipo de prensa que conduce el secretario Jonathan Galván, a la sazón su yerno.
Alquilado desde abril pasado y con una visita de campaña del intendente y la directora de Cultura María José Mora en plena obra, para su inauguración hacen falta fondos de los que no se dispone y en Economía ya advirtieron que hasta el año que viene no podrán hacer aportes.
Así como a beneficiarios de decretos de ayuda social con contraprestación de trabajo y horas extras en todas las áreas, los recortes llegaron a los contratos. En algunos casos se habla de que no habrá renovación; en otros, ya les avisaron que los pagos están demorados y que el nuevo aviso depende del dinero que envíe Provincia.
Los proveedores también están preocupados. A varios les informaron que la situación es muy complicada y que deberán esperar para cobrar. Los casos son de todo tipo: desde montos insignificantes a otros cuyo volumen hace tambalear al acreedor. La cadena de pagos corre riesgos, en algunos casos.
El martes una delegación viajó a La Plata a pedir por favor que se contemple la situación de San Pedro. Cada vez que hablan con funcionarios provinciales, los locales sacan relucir la cantidad de votos obtenidos. En Provincia, los técnicos de Economía se encogen de hombros. “Quieren resultados concretos, y el panorama es muy delicado”, confiaron desde el gabinete.
Austeros, pero no tanto
La fiebre de austeridad que atacó al gobierno en el último mes, ante la proximidad de fin de año y la necesidad de equilibrar el descalabro, no siempre les hizo la misma mella.
A la cantidad de personal, decretos, funcionarios y erogaciones que pueden encasillarse en la denominación de “superfluos” se le suman otros aspectos que no contribuyen a la noción de “ahorro” que busca imponer ahora el Ejecutivo.
Si a los sindicatos se les pone en duda la posibilidad de recomposición salarial para el último trimestre, luego de imponer por decreto la de los dos últimos, a la empresa que presta el servicio de seguridad privada en el Hospital se le prorrogó el contrato, con un incremento de alrededor del 30 por ciento, y el Municipio pasó de pagar 326 mil pesos al mes a 420 mil.
El mes pasado, el Gobierno adjudicó la compra de ropa para los empleados a la empresa Dral, Oscar Alberto, con domicilio en el conurbano, por casi 600 mil pesos, a pesar de que la oferta más conveniente desde el punto de vista económico fue la presentada por el loca Gustav José Amorín, que costaba casi $ 374 mil. La Secretaría de Economía recomendó comprar la opción más cara, ya que “tratándose de indumentaria, debe tenerse en cuenta la calidad y marca de los productos cotizados por encima del valor de oferta”.