Don Osvaldo hizo sonar rocanroles en Baradero
La banda de Patricio Fontanet brilló en la ciudad vecina y convocó a decenas de miles de jóvenes en dos días de fiesta rockera, a pocas semanas de la audiencia en Tribunales por la tragedia de Cromañón.
“La música no mata”, decían cientos de las miles de remeras de Callejeros que sábado y domingo colmaron el anfiteatro de Baradero, donde Don Osvaldo, la banda actual del vocalista y letrista Pato Fontanet reunió a más de 9.000 almas cada jornada y prepara una nueva fecha para el sábado próximo.
La fiesta fue perfecta: Baradero estuvo llena de jóvenes que aportaron color, identidad y, hay que decirlo, dinero a la ciudad que celebra sus 400 años. La seguridad fue impecable, el sonido acorde a las necesidades y la banda respondió en su esplendor.
Cada tarde –los shows comenzaron alrededor de las 18.00 para terminar dos horas y media después–, los músicos que eligieron el nombre del mítico pianista Osvaldo Pugliese para identificarse salieron a escena a dejarlo todo. Su público estaba allí para hacer lo mismo.
Por momentos, la voz de Fontanet no se escuchaba, tapada por la euforia de fanáticos que de diversos puntos del país, pero sobre todo del conurbano bonaerense, se dieron cita para ratificar la convocatoria del grupo heredero de aquellos jovencitos que hace diez años se vieron envueltos en una de las peores tragedias que recuerde la historia del rock en el país: la muerte de 94 personas en el incendio del boliche Cromañón.
Cada día, en medio de un descanso, las pantallas mostraban la leyenda “Absolución a Callejeros. Poder judicial: hay un pueblo que los vigila”. La frase es la misma que dijo Estela de Carlotto en un acto de apoyo, cuyas imágenes fueron proyectadas en cada recital.
Cuando Fontanet paraba para anunciar fechas de bandas ignotas que le alcanzaron flyers, repetía lo que luego dijeron sobre el escenario sobrevivientes de la tragedia: que el 16 de junio habrá una audiencia en Tribunales en el marco de la revisión de la causa, ordenada por la Corte Suprema de Justicia.
Antes de cada uno de los shows, el público, entre banderas y cánticos diversos, entonaba uno de los temas himno de la historia de Callejeros: “No escucho y sigo, porque mucho de lo que está prohibido me hace feliz”. Sus canciones atraviesan a una generación que se identifica con sus letras.
Son los mismos que portaban eufóricos una bandera enorme que dice, como otro de sus temas, que los que tienen poco bailan igual. Porque sí, porque siguen sonando rocanroles. Porque la música no mata. Porque cada show demuestra lo contrario, que la música hace vivir.