Distintas versiones de una noche agitada
Un hecho que se produjo en la madrugada del Domingo enfrenta a los propietarios de un boliche con un grupo de mujeres que dicen haber sido agredidas por el personal.
Un grupo de amigas que fue en busca de diversión a uno de los boliches más concurridos de la ciudad acusó a los responsables del lugar, debido a un incidente que se desató en las puertas del lugar y que fue desmentido por sus dueños.
La situación se habría desencadenado durante la madrugada del Domingo y las mujeres decidieron dirigirse directamente a la prensa y no efectuar la correspondiente denuncia ante la Justicia. De todos modos, se enfrentan dos versiones totalmente diferentes que narran lo que habría sucedido durante la noche, cuando las amigas se aprestaban a ingresar al comercio.
“Sampedrinas molestas”
“El motivo de la presente es dejar asentado en los medios de comunicación lo acontecido el Domingo 26 de Julio, aproximadamente a las 3.30 a.m. en el boliche ubicado en Balcarce 258 de nombre Quillash”, dice la nota enviada por “9 mujeres sampedrinas”. Entre los aportes más sobresalientes destacan: “Luego de abonar la entrada, uno de los empleados encargados de recibir las entradas agredió físicamente a una de nosotras”. “Cuando quisimos ir a buscar a C……., uno de los dueños del boliche, para hablar por el incidente, nos dio vuelta la cara sin darnos respuesta alguna y justificando las acciones del empleado”, contaron en la carta.
“Nos retiramos del establecimiento esperando en la puerta a C……. para que tomara alguna medida al respecto, pero cuando éste salió nos agredió verbalmente y atinó a agredirnos físicamente junto con otros empleados del boliche”, relata el escrito. “Finalmente tuvimos que retirarnos luego de que uno de los dueños nos agrediera diciéndonos ‘negras de m…’ y prohibiéndonos la entrada al boliche”. Tras contar detalladamente como se sucedieron los hechos a través de una nota, las mujeres vertieron conceptos muy duros con el accionar de este comercio y una supuesta complicidad con las fuerzas policiales y gubernamentales.
“Versión bolichera”
Por su parte, C……, uno de los propietarios de Quillash se descargó mediante un comunicado que envió también a los medios, en donde cuenta su versión sobre lo sucedido esa madrugada.
“Como explica la carta enviada por las ‘9 Sampedrinas’, intentaron ingresar al local sin pagar y con total grado de alcoholismo, empujando al empleado que cumple la función de recibir y cortar las Boletas/Entradas. Como repetidamente se les dijo que no podían entrar gratis, ya que el negocio subsiste de lo que abonan los clientes, se las invitó a retirarse, quienes negándose y de mala manera compraron las entradas y en lugar de dárselas en la mano al empleado como corresponde a una persona bien educada, se las tiraron en la cara faltándole una vez más el respeto y basureándolo. El empleado reaccionó de muy mala manera diciéndole ‘Maleducada’ y algunas guarangadas más, seguramente, generando la reacción de T. B., que le agredió físicamente con una cachetada y un puntapié que fue repelido por el empleado empujándola para alejarla. T. reaccionó gritando ‘¡Me pegó!, ¡me pegó!, ¿Cómo le vas a pegar a una mujer?’. Las amigas, que no vieron nada porque estaban mas adelante ingresando al boliche. se dieron vuelta y empezaron a agredir verbalmente al empleado haciendo caso a las palabras de T. Cabe destacar que salí a ver qué había sucedido, ya que se trataba de personas que conozco (y que no me corresponde salir). Mi sorpresa fue que fui recibido con insultos y agravios hacia mi persona y la invitación constante e indeclinable del novio de T. (J. M. B.) para pelear, amenazando con matarme y romperme la cabeza”. Así explicó C……, la otra versión sobre lo sucedido.
Además agrega cómo finalizó todo: “El padre (policía), que trató de calmar la situación, se dirigió a mí de muy buena manera y me dijo ‘metete para adentro porque están todas re calientes, te van a matar, andá que yo me las llevo’ y sin más él se retiró y todo terminó”.
“Yo vi otra cosa”
Una mujer, identificada como M.V., dijo ser testigo de lo acontecido y quiso dejar su versión sobre lo observado en esa noche.
“Yo me encontraba en las puertas de Quillash, aguardando poder entrar cuando sucedió todo”, informó.
“Unas ocho chicas entraron y una no pudo, porque no tenía plata, pero pagó y entró. Cuando iba entrando le tira las entradas en la cara al de seguridad y lo rasguña, pero en ningún momento le pegó. La chica empezó a gritar ‘me quiere pegar’… La quisieron calmar y tranquilizarla, pero no fue como ellas cuentan, aseguró esta mujer con respecto al incidente del que cada parte aportó una versión diferente.
En Octubre se juzga el homicidio del “Oso” Villarruel
El Tribunal Oral Nº 1 fijó fecha para el 22 de ese mes. El tribunal juzgará a quien lo asesinó hace dos años atrás.
Los últimos meses del año 2007 y los primeros del año siguiente marcaron una etapa negra para la historia policial de la ciudad. Una secuencia de graves episodios se sucedió en los medios de comunicación, todos relacionados con hechos vinculados a situaciones pasionales, conflictos sociales y la propia inseguridad. Un centenar de hechos que arrojó como resultado varias víctimas fatales. Uno de los casos más resonantes fue el ocurrido en la madrugada del 6 de Octubre de 2007 y tuvo como única víctima a Mauricio “el Oso” Villarruel.
El Tribunal Oral Nº 1 fijó fecha para el 22 de Octubre de este año para realizar el debate previo al juicio oral y público. Allí se intentará probar la autoría de Hugo Evaristo Rodríguez, único involucrado en la causa, quien además se encuentra beneficiado con prisión domiciliaria desde hace varios meses. Esta situación provocó la reacción de la familia de la víctima, quien comparó esta determinación con la condena que sufrió un hermano de éste, quien por un hecho menor fue condenado y permanece alojado en la Unidad Penal de San Nicolás.
El hecho que terminó con la vida de Mauricio Villarruel aconteció a metros de su casa, en plena Bajada de Chávez. Según se pudo saber por aquellos días, “el Oso” subía por la mencionada calle y fue sorprendido por otras personas que, sin mediar palabras, le descerrajaron cuatro disparos de arma de fuego, de los cuales tres impactaron en su cuerpo.
Se estima que se produjo cerca de las doce de la noche y fuentes confiables aseguraron que los atacantes serían vecinos del lugar. Siempre se dijo que un joven lo habría estado aguardando en inmediaciones de ese conocido barrio y que lo increpó cuando pasaba. Allí se produjo un altercado al que se podrían haber sumado otros jóvenes, hasta que se produjo el lamentable desenlace.
Villarruel recibió tres disparos de un arma de fuego, probablemente de una carabina calibre 22 que le produjo graves heridas, uno de los disparos ingresó sobre la parte superior del tórax y los restantes tiros en el abdomen.
El recorrido que tiene una bala de este tipo, habría originado una descompensación general en el cuerpo del herido, quien tras ser intervenido de urgencia ni bien ingresó al Hospital, quedó internado en terapia intensiva, en grave estado y asistido por un respirador artificial. Así permaneció hasta la madrugada del Lunes 8, pero su estado no presentó evolución alguna y alrededor de las 6 de la mañana, falleció.