“Disparé porque corría riesgo la vida de mi hermana”
Esteban Velázquez aseguró en su declaración que efectuó el disparo para disuadir a los delincuentes que habían capturado a su hermana, pero que su intención no fue matar, y fue liberado. El remis en el que arribaron a Rancho Doyle los delincuentes fue secuestrado en Arrecifes, aunque no detuvieron al conductor. Además, buscan intensamente a un prófugo. La causa está a cargo de la Fiscal Gabriela Ates.
El rocío de la noche bañaba los trillados campos y los cañaverales, cuando minutos antes de las 21.00 del pasado martes un Fiat Siena detuvo su marcha en el kilómetro 34 de la Ruta 191, frente a la reconocida estancia “Rancho Doyle”, a pocos metros del acceso a la localidad de Santa Lucía. Dos hombres descendieron, se agazaparon entre los pastizales y el automóvil continuó su marcha.
María Elena Velázquez, una mujer soltera de 33 años de edad que cumple funciones de cuidadora de la estancia junto a su hermano y su padre, regresaba al lugar. Apenas si logró atravesar el acceso cuando fue interceptada por dos hombres encapuchados, con pasamontañas y las manos cubiertas por guantes. Uno de ellos se interpuso en la parte delantera del vehículo y con un arma de fuego amenazó a la mujer, mientras otro aguardaba a pocos metros. La redujeron y, en su automóvil, la obligaron a conducir hasta la vivienda.
María Elena fue agredida, golpeada y herida con un arma blanca en el interior de su casa mientras el reclamo se reiteraba: “Queremos la plata; ¿dónde está la plata?”. La mujer insistió en que no contaba con el dinero que le solicitaban y tampoco su padre, por lo que los delincuentes, enfurecidos, la obligaron a subir nuevamente al auto y conducir hasta la casa de su hermano, ubicada a pocos metros, dentro del mismo predio.
Puso en marcha su vehículo y, con los dos hombres dentro, comenzó lentamente a cruzar el campo. A pocos metros de iniciado el recorrido, hizo sonar tres bocinazos y se arrojó del auto, intentando darse a la fuga. Los delincuentes descendieron y la persiguieron hasta capturarla.
Esteban Velázquez (31) se encontraba en el interior de su casa cuando escuchó la bocina del auto de su hermana. Sin vacilar, tomó su escopeta y se internó en el campo. Entre la familia existe un código que establece que ante una situación de las características que estaba viviendo María Elena, debían emitir una señal de alerta, tal como lo hizo en ese momento.
Velázquez corrió agazapado hacia el lugar en donde se encontraba el automóvil de su hermana para intentar apreciar lo que sucedía. Al acercarse vio a los delincuentes que habían logrado recapturarla. Allí disparó el arma “para disuadirlos”.
Lo hizo: se dieron a la fuga sin responder al disparo realizado por Velázquez a pesar de llevar ellos un arma de fuego consigo. La familia fue inmediatamente al destacamento de Santa Lucía para radicar la denuncia y ofrecer la descripción física de uno de los delincuentes, y comenzó la investigación policial para dar con los responsables de los hechos.
Cronología del accionar policial
El miércoles 1 de mayo, personal del destacamento de Santa Lucía junto a miembros de la Sub DDI San Pedro-Baradero detuvo a un joven que coincidió enteramente con la descripción brindada por la mujer durante su declaración. Fue trasladado a la Comisaría local y puesto a disposición de la Fiscalía. Paralelamente, en la ciudad de Arrecifes denunciaron la desaparición de Nicolás Alberto Albarracín de 21 años, un joven con antecedentes.
Al otro día, la Fiscal Gabriela Ates emitió una orden de allanamiento y rastrillaje en Rancho Doyle para buscar a Alabarracín, quien previamente fue señalado como uno de los autores del robo.
La búsqueda comenzó pasadas las 10.30. Debido a las condiciones y la extensión del campo, los oficiales que arribaron al lugar trabajaron montados a caballo. Los rastrillajes, encabezados por el Jefe Distrital Dante Paolini, comenzaron por las viviendas y continuaron por el resto de la estancia. Horas más tarde arribaron desde Arrecifes familiares de Albarracín, quienes fueron contenidos por el personal de la DDI que se encontraba en el lugar.
Pasadas las 16.00, uno de los policías divisó lo que parecía ser un cuerpo en la zona de un cañaveral ubicada a 200 metros de la vivienda donde ocurrieron los hechos y a la misma distancia de la Ruta 191.
De inmediato dio aviso a sus compañeros y al Jefe Distrital, quienes corroboraron la existencia de un cuerpo sin vida, de sexo masculino, con un orificio de bala sobre el hombro derecho y marcas de perdigones en el rostro.
María Elena Velázquez lo identificó como el hombre que la atacara el martes por la noche. Lo propio hicieron los familiares del joven, cuyo cuerpo fue trasladado a la morgue de San Pedro.
Esteban Velázquez, por su parte, fue detenido y alojado en el destacamento de Santa Lucía para prestar declaración y liberado a las 12.30 del viernes.
La causa
El hecho fue caratulado como doble robo calificado, mientras que el cuidador de la estancia está imputado por “homicidio atenuado”. El primer joven detenido tenía una importante similitud física con Albarracín, por lo que luego de su aparición, fue puesto en libertad y desvinculado del hecho.
Además, en la ciudad de Arrecifes hubo allanamientos vinculados a la causa, en los que secuestraron el vehículo que trasladó a los delincuentes, adulterado, mientras que en el domicilio de un hombre señalado por “alquilar” las armas no hallaron pruebas al respecto. El segundo delincuente, ya identificado, continúa prófugo y es intensamente buscado.