Discutió con su exesposa y asesinó a la pareja de ella cuando intervino en el conflicto
Diego Mercado, de 29 años, murió en el Hospital tras recibir cinco puñaladas por parte de Diego Ayala, de 30, el sábado. Ayala había discutido por las visitas de los hijos que tiene en común con su exesposa, que era pareja de Mercado. El homicida fue detenido y para Manso el hecho está resuelto. Un hermano del asesino purgó una pena por un hecho similar.
El sábado pasado, alrededor de las 20.00, un joven de 29 años, identificado como Diego Mercado, murió en el Hospital tras recibir varias puñaladas por parte de Pablo Ayala, de 30, quien permanece detenido acusado de homicidio.
Todo comenzó pasadas las 19.30 cuando la pareja de Mercado y exesposa de Ayala salía del supermercado y se encontró con el padre de sus hijos, que le reclamaba que le llevara los niños. Según pudo reconstruir el fiscal Marcelo Manso en su investigación del caso, los nenes no querían irse con él por lo que la madre les dijo que, ante esa decisión, ella haría lo que sus hijos querían.
La discusión continuó y en inmediaciones de Belgrano y Martín Fierro, frente a la plaza, en la vereda de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, conocida como “la de los mormones”, intervino en la discusión Diego Mercado, en auxilio de su pareja, que forcejeaba con su ex, quien se había tornado violento y agresivo para con ella.
Esa intervención provocó que ambos jóvenes se trenzaran en pelea a golpes de puño. En medio de esa contienda, Ayala extrajo un elemento punzocortante y le asestó cinco puñaladas a Mercado en la zona del tórax, de las cuales tres afectaron directamente el corazón.
Mercado murió en el Hospital, donde fue trasladado por una ambulancia del Same en estado crítico. Los médicos intentaron reanimarlo sin suerte. Durante “casi una hora hicieron RCP, logró salir dos veces pero ante el tercer paro no pudimos sacarlo”, informó a La Opinión el jefe del Servicio de Emergencias, José Herbas.
A las 21.30 dejó de respirar y su familia fue anoticiada del desenlace fatal del entuerto con Pablo Ayala, mientras Policía Científica se ocupaba de las pericias y Pablo Ayala era detenido, acusado de homicidio.
“Es un hecho muy lineal y sencillo”, dijo el fiscal Manso, que obtuvo para la causa el arma homicida de manos del propio Ayala, quien hizo uso de su derecho a no declarar en la indagatoria a la que fue sometido el domingo.
“Yo lo vi unas cuadras antes con la pareja y ni me imaginé que podía pasar algo así”, dijo un testigo que lo vio en la intersección de Belgrano y Casella y se sumó a otros que eran conocidos y se habían cruzado más temprano en la zona de la peatonal.
En una ciudad pequeña, donde todos se conocen, llama la atención que en circunstancias similares, un hermano de Ayala, Walter Daniel, apodado “Tachuela”, fue condenado por un crimen que también se desencadenó por circunstancias que también tuvieron que ver con cuestiones relacionadas con una mujer.
Walter Daniel Ayala fue condenado a ocho años de prisión efectiva tras ser hallado culpable del homicidio de Héctor “Negro” Espinoza, a quien mató de una certera puñalada el 30 de marzo de 2008 en Caseros, entre Rómulo Naón y Humanes.
Espinoza iba con una mujer y unos amigos camino a un baile, en bicicleta. “Tachuela” salió de una casa, comenzó a discutir con él y se trenzaron en lucha. Cuando la testigo se acercó a separarlos, “el Negro” le informó: “Rubia, me pegó una puñalada”. Ayala también le habló: “Vos me hiciste hacer esto”, le dijo y se arrodilló entre lágrimas al lado del cuerpo sin vida de Espinoza.