Dimayo aseguró que retiró los materiales y se los entregó a Galatti
El constructor de las obras de oncología del Hospital local también apuntó contra la exdirectora por la estafa a proveedores con órdenes de compra truchas. En exclusiva, le dijo a La Opinión que recibió de ella la orden de retirar materiales de los comercios y los depositó “en manos de Galatti, en la casa que está construyendo”. La causa sigue y no cesan las amenazas, aprietes y “advertencias”.
El escándalo desatado en el Hospital local tras la denuncia del administrador Roberto Borgo y el exsubsecretario de salud Julio Caraballo sigue generando novedades cuyo dedo acusador apuntan de lleno contra la exdirectora del nosocomio, Marina Galatti.
La semana pasada se animó a hablar un mecánico que vio a la odontóloga falsificar la firma de Caraballo, poner el sello robado y entregarle una orden de compra correspondiente al talonario desaparecido para que retire un kit de correas en la casa de repuestos Ramón Daviña y realizara un arreglo en el Fiat Palio Adventure de la principal sospechosa de lo que aparece como un caso de estafa contra la buena fe de proveedores municipales.
A pesar de las “advertencias”, intimidaciones, amenazas y “extraños atentados” contra bienes de los testigos, hay quienes se suman y deciden poner su voz, su nombre y apellido para contar lo que sucedió, ya que ante la situación que la acorrala cada vez más, la funcionaria que supo ganar el sueldo más importante después del Intendente (ver recuadro) busca por cualquier medio desvincularse de la causa.
En ese marco, La Opinión accedió al testimonio de Pedro Dimayo, el constructor del Hospital que tuvo a su cargo varias obras, entre ellas la actual ampliación del área de oncología, quien aparece nombrado en las declaraciones de los denunciantes como el que llevó las órdenes de compra a los comercios y retiró los materiales.
En efecto, Dimayo hizo todo eso que dice la denuncia, pero aseguró que fue parte de su trabajo cotidiano como contratista del Hospital: obedecer a sus superiores. La que le daba órdenes era Marina Galatti.
“Lo que hicimos con mi socio es recibir la boleta, retirar los materiales y entregárselos a ella”, dijo Dimayo y adelantó que contrató un abogado. “Quedo mal con los proveedores, yo vivo de esto, encima pusieron el nombre de la empresa y mi nombre, y yo no soy así, no tengo nada que ver. La verdad es que no sabemos cómo es la mano, nosotros pusimos la cara con todos los proveedores, pero eso sí: yo no me voy a ensuciar por plata”.
La Opinión ofreció a Pedro Dimayo dar su versión sobre los hechos denunciados. Esto dijo: “Mi versión es la siguiente: yo retiré los materiales con mi socio, jamás tuve un Daniel, ni un Romero de empleados, como dijeron en las declaraciones. No tengo por qué mentir, siempre fui yo, en persona a buscar las cosas”.
“Ellos saben las obras que yo vengo haciendo para el Hospital: la ampliación del área de oncología, la morgue y pediatría. La forma de trabajo siempre fue la misma, me dan órdenes para retirar materiales y los vamos a buscar. Hace un año y medio que hago trabajos para la municipalidad y jamás tuvimos problemas. Hace ocho años que hacemos esta tarea y tampoco nunca tuvimos problemas”. Sobre las órdenes truchas que aparecieron con las firmas falsas de Caraballo, Dimayo señaló: “Los llevábamos a Marina Galatti en mano. El trabajo nuestro es recibir órdenes y cumplirlas. Ella está construyendo una casa, donde nosotros entregábamos los materiales que nos mandaban a buscar. Se los entregábamos en mano, siempre”. Sobre el retiro y transporte de esos materiales, el constructor relató que jamás preguntó cómo ni por qué los pedidos no iban al Hospital, como siempre: “Yo lo único que hice fue la gauchada del flete, yo no sé cómo se manejan, si es un acuerdo entre ellos, cómo se paga, si se prestan las cosas, yo cómo voy a saber si son truchas, no tengo por qué saberlo. A mí me dieron órdenes de compra y yo retiré las cosas”.
Sueldo en picada
Marina Galatti era Directora del Hospital local, donde ingresó como profesional gracias a su condición de odontóloga recibida en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Maimónides, casa de altos estudios privada creada por la Fundación Científica Felipe Florinello.
Como odontóloga y Directora, tenía la posibilidad de distribuir las guardias prácticamente a su antojo, al punto de que habría tenido importantes beneficios producto de ello. Mientras estuvo a cargo de la dirección del Hospital su sueldo habría superado los 25.000 pesos, lo que la transformaría en la funcionaria política mejor paga detrás del Intendente municipal Pablo Guacone.
Ahora que la taba se dio vuelta y su suerte ya no es lo que era, iba a cobrar un salario como Jefa de Departamento, por estar a cargo de la coordinación de la atención odontológica de los Centros de Salud, lo que sumaría un numerito más a su sueldo como profesional.
Sin embargo, la situación desatada por las denuncias –que incluye hasta la redacción de un decreto para la conformación de un sumario, que aguarda en el escritorio del intendente para comenzar su curso– hizo que esta navidad la bolsa de Papá Noel no fuera generosa. La Opinión pudo saber que este mes su liquidación apenas superaría los 3.000 pesos.
Sin el apoyo político que supo tener en otras épocas, Galatti se refugia en un entorno que busca vericuetos legales para intentar que supere el mal trago, al menos desde el punto de vista jurídico.
Del resto parece ya no tener retorno. Al malestar del personal hospitalario que sufrió “los humos” de sus tiempos de Directora se suman las sabias palabras de los operadores políticos que la “bancaron” hasta hace poco: “Cuando se empieza a destapar la olla, las manos que te sostenían se queman con el vapor, así que te sueltan y siguen su camino. Son las reglas del juego”.