Diecisiete años de arte y olvidos
La Casa Museo Fernando García Curten cumplió diecisiete años el 20 de noviembre pasado, plazo que parece insuficiente para amparar un patrimonio cultural concedido por el escultor y su familia a la ciudad.
Un caluroso noviembre de 1992 marcó la línea de tiempo personal del escultor Fernando García Curten, quien desde aquel entonces abrió las puertas de su Casa-Museo, ofreciendo su arte al público local, visitantes de distintos puntos del país y extranjeros. La inauguración oficial llegó un año después, cuando la Casa-Museo fue declarada de interés municipal. Desde entonces, un desfile de números otorgó un sinfín de resoluciones por parte del Honorable Concejo Deliberante, la Cámara del Senado de la Provincia, declarando a este como un espacio de interés educativo, cultural, municipal, provincial, etc.
En el momento de la apertura, mientras Julio Pángaro conducía la ciudad, el apoyo y las concesiones fueron esperables y así transformaron este sitio en un apacible espacio público como guarda de las obras de arte que Fernando García Curten creó principalmente con material de deshecho; además eximieron de impuestos al lugar, sin saber que la propiedad consta de dos parcelas, razón por la cual hoy se reclama una gran deuda de tasas municipales de la otra parcela, que por un acuerdo habían quedado exentos de pagar y mantiene muy angustiado al escultor. Con el correr de los años se ha instalado un profundo olvido o estado de amnesia irrefutable y las obras del artista que allí se alojan no están en las condiciones adecuadas. Indudablemente, el paso del tiempo y el detrimento van apropiándose no sólo de las personas, también de los objetos, de los lugares y hasta de los recuerdos más propios.
Algún proyecto de ordenanza del Bloque Justicialista está hoy merodeando entre los temas de la agenda pública. Allí se considera la deuda de impuestos. La realidad que le toca al Museo hoy poco tiene que ver, con aquel origen colmado de sueños y esperanzas por compartir una vivencia tan profunda y tan personal como el arte, un particular y curioso arte.
Hoy el panorama es triste y el escenario muy desalentador, cuando llueve hay filtraciones de agua que estropean las esculturas; la pintura, paredes y techos necesitan mejorarse junto a otros arreglos que esperan ser atendidos para que el Museo, que no está en una propiedad rentada por el Municipio, se encuentre en las mejores condiciones como cualquier otro espacio de recreación artística.
Promesas muchas, cambios de dirigentes también. Las necesidades se han vuelto innumerables y la indiferencia es protagonista.
No es un dato menor refrescar la memoria y comentar que la Casa-Museo es visitada al menos por 15.000 personas al año y no es un lugar comercial, es decir, no se cobra para visitarla, por lo tanto el mantenimiento tanto de las obras como del edificio está a cargo de sus dueños, jubilados con pocas posibilidades.
Un grupo de jóvenes interesado luego de visitar y palpar de cerca la realidad, construyeron el blog ayudamuseogarciacurten.blogspot.com, desde donde trabajan con el objeto de dar a conocer esta necesidad y organizan movidas culturales ofreciendo varietés artísticos en Capital Federal a modo de colaboración, todavía falta mucho porque las necesidades son considerables.
Si no hay ayuda, el Museo se enfrentará con lo peor: deberá cerrar sus puertas aunque el arte quedará latiendo eternamente, emplazado en este espacio único que hasta ahora no supimos preservar.