Detención por mano propia
Roberto Martínez escuchó ruidos raros y vio por la ventana el momento preciso en el que el delincuente rompía una ventanilla de su vehículo con una baldosa. Salió al exterior, lo corrió y a las pocas cuadras, lo redujo. El ladrón tiene 19 años y es del barrio FONAVI II, pero ya salió en libertad.
Un taxista fue protagonista este fin de semana, de un hecho singular que consistió en atrapar con sus propias manos al delincuente que había roto una de las ventanillas de su auto, aparentemente con la intención de robarle el estéreo del vehículo.
El hecho ocurrió en Salta y Las Heras.
Según relató Roberto Martínez, se encontraba descansando en su casa alrededor de las cinco de la mañana del domingo, cuando escuchó unos ruidos que lo sobresaltaron. Al mirar por la ventana, Martínez vio a un joven que tocaba timbre insistentemente frente a su casa, en el domicilio de un vecino.
Lo que llamó la atención fue que el sujeto permanecía frente a la puerta en forma insistente, por lo que decidió seguir mirando para ver que era lo que ocurría.
Como de la mencionada casa no salió nadie, el joven miró para todos lados asegurándose que no había nada sospechoso, se agachó, tomó una baldosa y la arrojó contra el vidrio izquierdo delantero del auto de Martínez que se encontraba estacionado justo en el lugar.
“Le grité, salió disparando, me vestí y salí en su búsqueda”, explicó el taxista, que enceguecido de indignación logró atrapar al sujeto. El ladrón no actuaba solo sino que otro joven de su edad lo acompañaba, aunque Martínez no pudo dar mayores datos del segundo porque no le prestó demasiada atención.
Los dos huyeron juntos hasta la intersección de 3 de Febrero y Rivadavia, pero como allí los alcanzó Martínez, ambos siguieron su fuga hacia lugares opuestos. El taxista decidió seguir sólo al que había cometido el daño a su vehículo y en Honorio Pueyrredón y Gomendio, lo detuvo y lo obligó a permanecer junto a él hasta que llegó la policía. Según confesó, tuvo que “contar hasta 1000” para mantenerse sereno porque a pesar de su logro sabía que su automóvil seguía dañado y nadie le reparará esa rotura.
“Me decía que él no había hecho nada, y le echaba la culpa al otro, pero no tenía excusa porque yo había visto todo”, explicó sobre el ladrón, quien resultó ser un habitante del barrio FONAVI II, de 19 años.
A pesar de la odisea, Martínez tuvo que aguardar en la Comisaría por varias horas para que labraran las correspondientes actas y sin ninguna garantía porque finalmente el responsable salió en libertad después de declarar en la fiscalía.
Un solo detenido
Para los jefes policiales, el trabajo del fin de semana ha sido positivo porque se pudo detener a los autores de algunos hechos y hasta recuperar lo robado.
Sin embargo, el resultado no es tan esperanzador porque de los siete sospechosos que fueron derivados el lunes a la mañana a San Nicolás, sólo uno quedó tras las rejas.
Se trata del responsable de un robo ocurrido el sábado a la noche, en una vivienda de Independencia 2905. El propietario de la casa explicó que los ladrones rompieron la puerta del frente entre las 19:30 y 20:30 horas, y le robaron un rifle marca Centauro calibre 12 chico, de un caño, modelo 26, y un revólver marca Tanque, calibre 22 largo. También, una máquina de agujerear. La búsqueda policial que se inició cuando el damnificado dio aviso de lo ocurrido, fue fructífera porque poco después, en calle 48 y Honorio Pueyrredón fue atrapado este sujeto de 23 años que llevaba las dos armas de fuego mencionadas, y que ahora es el único que quedó detenido. Los otros sospechosos, según dijo la policía, cometieron tentativa de robo y como es sabido, esto indica que son excarcelables. Uno de estos hechos frustrados tuvo lugar este domingo a la noche. Alrededor de las diez y media de la noche, en Nieto de Torres 710, dos jóvenes entraron a una casa después de romper una ventana seguramente pensando que podrían llevarse elementos porque no había nadie en el lugar, pero una patrulla policial los sorprendió y así se frustró su plan. Todos ellos, ahora libres y en la calle, es probable que estén evaluando cuándo es el momento más propicio para volver a delinquir.