Después de la polémica, abrió el parque de diversiones
La discusión por el uso del espacio público, la multa y colocación de medidor que costó 46.000 pesos y la espera de 15 días para abrir y cumplir los requisitos que fijan la ordenanza fueron los obstáculos que los dueños de los juegos instalados en la costanera tuvieron que superar para comenzar a cortar tickets el pasado sábado.
Harán falta 2300 vueltas en calesita o 920 turnos para bailar y saltar en el samba, si los dueños del Park Land desean recuperar la inversión que concretaron tras 15 días de peregrinar por las oficinas municipales y de la Cooperativa.
La historia comenzó durante el primer día del año, cuando Fabián y Emiliano llegaron a la ciudad con varios juegos de parque y se instalaron en el mismo lugar en el que por ordenanza puede funcionar un carribar. El adjudicatario anterior, seriamente cuestionado por incumplir las condiciones dejó el predio días antes de finalizado el 2018.
“Nos recibieron bárbaro en San Pedro, hasta el Intendente nos recibió”, dijo Emiliano el 4 de enero cuando este semanario llegó para preguntar por la autorización municipal y tomar algunas imágenes.
La sorpresa llegó días después cuando desde la Coopser advirtieron que el nuevo usuario utilizaba energía eléctrica sin haber cumplido varios requisitos, tomar energía de una casilla vecina y colocar un reflector en un poste del alumbrado público. Hubo multa, discusiones y demoras en la instalación de un medidor trifásico, además de los pasos que tenían que cumplir para adaptarse a la normativa que -en el caso de San Pedro- tiene una ordenanza especial para la habilitación de circos y parques que obliga a la contratación de profesional matriculado en seguridad.
“Quiero agradecer al intendente y a toda la gente de la municipalidad porque vinimos hace tres meses y vimos que no había nada para chicos. Tenemos juegos en Mar del Plata y nos gustó San Pedro, estoy enamorado de San Pedro”, dijo Emiliano Giampietro en la mañana del sábado y a horas de inaugurar. Señaló que nunca le pidieron tantos requisitos pero que estaba contento con la posibilidad de trabajar toda la temporada en el predio que limita el ex balneario con el Paseo Público.
Las quejas por esa nueva autorización sin licitación, los ruidos molestos y el lugar elegido son muchas pero ninguna de tanto peso como las alternativas que podría ofrecer la comuna para desarrollar actividades en zonas donde las molestias sean menores para quienes a diario disfrutan de la naturaleza en el único predio con acceso gratuito para acercarse al río.