Los vecinos se cansaron deseñalar la falta de barandas en ese sector y el piso levantado que hacía peligroso caminar por el muelle.
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El Gobierno ordenó desmantelar sin informar si será reparado y reemplazado o qué sucederá con esa estructura, desde donde se arrojó al río el joven Sebastián Gómez la semana pasada, para aparecer ahogado 24 horas después.
Además, cortaron árboles para evitar una postal cotidiana: los chicos que se trepan para tirarse al río en esa peligrosa zona, tal como hacen desde el Buque Museo General Irigoyen.