Descubrieron a los ladrones escondidos en un baldío
Son dos menores de 15 y 17 años, y un mayor de 25 que entraron al supermercado ubicado en Almafuerte y 3 de Febrero el sábado a la madrugada. Como sonó la alarma, la policía llegó en pocos minutos y los descubrió a una cuadra, con la caja registradora y la mercadería que habían sustraído.
El pasado sábado a la madrugada, tres jóvenes fueron detenidos después de robar en un reconocido comercio de la ciudad. El ilícito ocurrió en el supermercado Rancho Grande, alrededor de la 1,30 de la madrugada, pero como el local está protegido por una alarma, a través de este sistema la policía fue rápidamente alertada de lo ocurrido.
Guillermina Giuliano, la propietaria, explicó que con ella se habían comunicado desde la empresa de alarmas y al llegar al negocio ya estaba allí una patrulla policial. “Ni bien entré me di cuenta que faltaba la caja registradora, pero revisamos el negocio y parecía que no faltaba nada más. Después vimos que en el pasillo de las bebidas había unas botellas en el piso”, relató. La policía comenzó a recorrer la zona, y descubrió a una cuadra de distancia, en Ruiz Moreno y Almafuerte, a los propios ladrones escondidos. Los tres jóvenes, de 25, 17 y 15 años, estaban agazapados en un terreno baldío ubicado justo en esa esquina. Después la propia comerciante llegó al lugar y trepó el tapial para observar, reconociendo sus pertenencias.
Además de la caja registradora, que contenía sólo $17,60 se habían llevado algunas bebidas alcohólicas.
A pesar del esclarecimiento de lo ocurrido y de los antecedentes que los menores detenidos tenían por cometer otros ilícitos, el Juzgado de Menores dispuso que se los entregaran a sus padres y luego fueran trasladados a declarar. También la fiscalía dejó en libertad al mayor, que sería de San Pedro al igual que el menor de 15 años, mientras que el de 17 es oriundo de Baradero.
El único detalle que aún no está claro es el modo en que ingresaron al local, porque si bien la policía informó que habían forzado la puerta, la comerciante confirmó que no había signos de violencia a pesar de que ella misma la había cerrado con llave la noche anterior.
También reconoció que es el tercer robo que han sufrido en su local aunque tienen sistema de alarma, y actualmente se cumple un año del último suceso.