Decadencia: así está el patio interno del palacio municipal con basura, baldes, maleza y hasta un inodoro
[VIDEO] El aljibe, la fuente, el pozo del convento y toda la historia quedó sepultada por la desidia en el mantenimiento de uno de los edifios más valiosos para el patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad.
Los Amigos del Museo Histórico Regional habían enviado una carta al Concejo Deliberante y otra al Departamento Ejecutivo para solicitar se les permita acceder al patio del edificio municipal para extender las visitas guiadas a sampedrinos y turistas. No sólo quieren prestar el servicio sino mantenerlo en correcto estado de conservación porque saben que allí está depositada gran parte de la historia de la ciudad (N.de la R.: y por qué no decir: gran parte de la historia de la capa geológica de quienes han gobernado).
Lo que nadie imaginaba es que en los últimos años ese sector fue abandonado para ser utilizado como depósito de rezagos. Una visita del móvil de Sin Galera, reveló imágenes decadentes que denotan la poca importancia que se le otorga a la fuente, el aljibe, el pozo del convento restaurado en 2012 cuando José Luis Aguilar era Director de Cultura y otras particularidades edilicias que sufren el deterioro constante pese al valor histórico y arquitectónico del edificio.
Una verdadera postal que refleja lo que a diario comentan los que conocieron un San Pedro que fue orgullo de todos.
Queda claro que no es dinero, no es la suspensión de la obra pública, no es la economía. Es lo que es; producto de la indiferencia del intendente, los secretarios, directors, subdirectores y emplados. Es la muestra clara de 18 concejales que a razón de un millón y medio de costo mensual para el bolsillo del pueblo, sesionan con puertas y ventanas que dan al jardín donde alguna vez han conversado Oliveira Cézar, Bonorino, Gerardo Bozzano, Máximo Millán, Manuel Rocca, Miguel Arana y hasta el mismísimo Juan Ismael Giménez cuando aún no habían instalado pasacables de plástico para colocar equipos de aire acondicionado. Hacía calor,salían a la tertulia en el patio con ediles memorables y pujas emblemáticas. Era así, las ventanas y las puertas estaban abiertas durante el verano y tampoco necesitaban esconderse desde 1902, cuando con los mismos frisos que hoy se come la humedad fue inaugurado con sus espejos y luminarias como “Salón Dorado Municipal”.

En compañía de una de las voluntarias del Museo y guía turística local Matilde Carreras, La Opinión y Sin Galera recorrieron ese lugar que supo estar cuidado en tiempos en los que José Luis Aguilar insistió en rescatar las mamorias estructurales del convento.
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