De San Pedro a Córdoba, un nene de 7 años quedó con una familia que lo albergó luego de que sus parientes fueran detenidos
Vivía en San Pedro con su padre, que tenía arresto domiciliario pero se lo revocaron y tuvo que volver al penal. La hermana lo llevó a un pueblito cordobés junto a su pareja, donde robaron tiendas y quedaron detenidos. El nene está al cuidado de una señora y su madre intenta reunir fondos para ir a buscarlo, aunque nunca lo tuvo a cargo, como a otros hijos que tiene judicializados. La historia de un niño “desaparecido” del que sólo se hizo cargo una “abuela” desconocida.
Un niño sampedrino de 7 años corre por estas horas en el pueblo cordobés donde nació el humorista Carlos “el Negro” Álvarez, en el valle de traslasierra, donde está uno de los mayores cultivos de papa del país, y donde se habla con el acento clásico del interior profundo de Córdoba: Villa Dolores, en el departamento San Javier, es desde hace algunas semanas su nuevo hogar. No se sabe hasta cuándo, pero por ahora hay una abuela Teresa –que no es su abuela y apenas lo conoce– que lo despierta por las mañanas, lo lleva a la plaza, le compra helados y lo acuna junto a sus siete nietos, como a uno más.
A Villa Dolores el nene llegó con su hermana por parte de padre luego de que al progenitor de ambos lo devolvieran a una unidad penal para cumplir condena por asesinato. Con él vivía desde los tres años cuando su madre le facilitó la tenencia para contribuir a que recibiera el beneficio de prisión domiciliaria, revocada luego de diversos hechos delictivos en los que el condenado se vio involucrado a pesar de la pulsera electrónica.
La hermana del niño había ido a Villa Dolores con su pareja, con la intención de conseguir trabajo. Allí alquilaron a Teresa dos piezas y un baño que a la señora le quedaron libre en su terreno cuando un hijo se mudó a otro barrio. Con el padre detenido, se llevó desde San Pedro a Traslasierra al nene para “que se distraiga” tras haber presenciado el traslado del progenitor esposado por parte de la policía.
El niño quedó al cuidado de Teresa porque su hermana y el marido cayeron presos. Se habían ido de Villa Dolores a Villa Cura Brochero, una hora de viaje por la ruta provincial 14, pasando Nono y Mina Clavero. Un día, la joven llamó a Teresa para avisarle que tenía que ir a la pieza que le alquilaron y que no tenía llave. Llegó en remis y con varios bolsones de ropa. Dijo que el padre, desde el penal, le había enviado dinero y que lo invirtió en prendas de vestir para revender. Al otro día llegó la policía con una orden de allanamiento.
La joven había sido apresada apenas regresó a Cura Brochero, donde ya estaba detenido su marido, que se había quedado con el nene. Ambos fueron acusados de robar al menos dos tiendas. El allanamiento en la pieza alquilada se llevó los bolsones de ropa. La policía le entregó el nene a Teresa porque no tenían conocimiento de familiares ni conocidos.
“Él está bien, el primer día que lo trajeron estuvo un poco triste, lloró un rato. Yo le dije que no llorara, que su hermana estaba presa pero que nosotros lo íbamos a atender. Lo bañé, le puse ropa de mis otros nietitos, hicimos milanesas con puré y comió, le preparamos una camita y se durmió”, relató Teresa, desde Villa Dolores
En la última semana fueron a la plaza, jugaron a la pelota, comieron pizza, tomaron helados, pasaron por la escuelita bíblica de una iglesia cristiana y hasta miraron vidrieras pensando en comprar una mochila por si le toca cursar en alguna de las 17 escuelas primarias del pueblo que concentra los profesorados de la región y sueña con universidad propia.
“Él nos dice abuelos y pregunta si el padre o la madre lo vendrá a buscar para Navidad, porque dice que allá tiran cohetes”, cuenta Teresa, que trabaja de dos de la tarde a ocho de la mañana cuidando una anciana. “Uno se pone la mano en el corazón y el niño no tiene la culpa de los errores de los grandes”, reflexiona con ese acento tan característico de los pobladores de la región.
Desde el penal de San Nicolás, el padre del nene le dijo a Teresa que la madre irá a buscarlo. Ella también la llamó, “diciendo que no podía juntar la plata y que en algún momento lo iba a venir a buscar”.
En San Pedro, Desarrollo Humano le ofreció algunas alternativas a la mujer para que pueda reencontrarse con su hijo, uno de los varios que tiene y que están judicializados. En Córdoba, él juega a que tiene una familia feliz: la de Teresa, que lo cobijó.