De Max en peor…
En el parque temático sólo hay yuyales y vacas. Desde hace dos meses, nadie pudo contactarse con el jamaiquino.
Al informe publicado por este medio hoy, se suman capítulos que cierran la insólita historia del hombre que llegó a San Pedro, prometiendo un parque temático de las dimensiones de Disney y se fue olvidando de pagar las cuentas.
Max Higgins está perseguido por más de 700 medianos inversionistas jamaiquinos, denunciado por su esposa, buscado por los profesionales que contrató en Argentina y adeudando los 15.000 pesos que debía pagar a la custodia policial que había instalado en el campo que jamás llegó a comprar.
Sus contactos en San Pedro dicen haber perdido el diálogo con el particular empresario desde hace 60 días, tras las publicaciones que acreditaban la verdadera historia de quien simuló ser un importante hombre de negocios y terminó dejando al desnudo su quimera.
Pasto y vacas
En el predio de Lucio Mansilla al 8.500 sólo se observan vacas y pastizales de un alto que delatan el abandono. La semana pasada desapareció la casilla que ocupaba la custodia policial contratada directamente por el empresario, a razón de 15.000 pesos mensuales, según informó en su momento el desplazado Capitán, Sergio Pérez. Ante la falta de pago del mes de Febrero, los efectivos se comunicaron con un profesional que dijo en su momento pertenecer al estudio de arquitectura que tenía a cargo el diseño del parque. La única respuesta certificó que habían perdido todo tipo de contacto y que aguardaban la devolución de los 15.000 pesos correspondientes al mes de Enero, que habían pagado de su bolsillo contando con que les sería devuelto.
La oficina de Puerto Madero, conserva su mobiliario pero nadie la ocupa. Hasta una de las conocidas recepcionistas se ha tomado sus merecidas vacaciones con sólo tres meses de antigüedad en su empleo. Es la misma persona que fue señalada como una de las integrantes del coro que acompañaba las canciones del disco que la Higgins Warner iba a grabar en Argentina. Algo que jamás sucedió.
Para colmo de males, al menos tres inversionistas que se trasladaron desde Jamaica para tratar de recuperar su dinero, se cansaron de esperarlo y revelaron que abandonó en Enero sus oficinas en ese país, llevándose poco más de un millón de dólares que se completó con el pedido de detención por parte de la Justicia.
En Argentina “no ha cometido delitos” dicen sus allegados, pero la causa por usurpación de marcas sigue sumando testigos en el Juzgado de Villafuerte Ruso.
A esa causa se agrega otra por violencia familiar y el trámite de divorcio iniciado por su mujer, Sandra Noemí Zapata, la flamante madre de Princesa, la hija que esperaban como una bendición para la ciudadanía argentina.
No aclaren que oscurece
A las notas publicadas en La Opinión hay que incorporar aclaraciones pedidas por personas que fueron mencionadas y amenazan con iniciar acciones legales contra el medio.
Por ejemplo, la Sra. Ana Oviedo ha pedido que se rectifique su apellido: se escribe con U y es Uviedo. Eso no es todo, también la baradernese quiere que se publique que sólo compartió la habitación en el Hotel Bisonte “porque no había más lugar” y que su relación sólo se limitó a las traducciones, poniendo en duda incluso, la sexualidad del mega empresario. Solicitó además que se diga que un amigo le ayudó a retirar su equipaje y que el propio Max se encargó de reparar posteriormente el perjuicio que le había ocasionado.
En fin, muchos piden que se aclare todo aquello que cada día parece más oscuro.
Tan oscuro como para pensar que en la semana próxima se producirán varias novedades y allí sí, alguien deberá al menos responder por qué Diego Armando Maradona no acudió a las citas anunciadas.
¿Comenzarán a recuperar un precio lógico las tierras de Vuelta de Obligado? El famoso millón de dólares que jamás se pagó por las hectáreas que se vendieron a espaldas de una inmobiliaria habrán sido el preámbulo ¿o el cierre de la campaña electoral con carteles bien montados y turbantes de cotillón?
La pintoresca historia aún no ha terminado.