De los 57 intendentes que tuvo hasta ahora, San Pedro reconoció con su nombre en una calle a 12
Para la conmemoración de los 112 años de la declaración de San Pedro Ciudad, La Opinión recorrió el mapa para conocer qué intendentes lograron convertirse en calle. En total, entre electos por el pueblo o designados por autoridades nacionales, el sillón de Pellegrini 150 tuvo 57 inquilinos, algunos durante más de un período. De ellos, sólo una docena recibió el reconocimiento. Desde Máximo Millán y Vicente Basavilbaso a Juan Ismael Giménez y Juan José Sánchez, el último homenajeado.
San Pedro cumple 112 años desde que integra el mapa de distritos de la provincia de Buenos Aires y para esta conmemoración, La Opinión recorrió las calles de la ciudad en busca de aquellas que homenajean con su nombre a las máximas autoridades que gobernaron los destinos de este suelo.
Filisberto de Oliveira Cézar fue el primer intendente desde la declaración de ciudad, aunque esa denominación, “intendente municipal”, ya correspondía a la máxima autoridad desde 1887.
“Alcalde de la Hermandad” era el título que tenía quien comandaba el pueblo de Rincón de San Pedro Dávila de los Arrecifes. Dámaso Martínez Santa Cruz, en 1788, fue el primero. Ya en 1822, la autoridad local se denominaba Juez de Paz y el primero en ocupar ese cargo fue Rosendo Villamayor. Luego, hacia 1836, se sumó otra autoridad, el título “Presidente de la Municipalidad”. Hasta 1886, cuando San Pedro tuvo su primer intendente: Máximo Millán.
Dicen que los nombres de las calles ponen de manifiesto algunos aspectos si no de la gente que habita una ciudad al menos de sus dirigentes, que son los que toman las decisiones en nombre del pueblo que los elige, después de todo; cuando los elige, claro.
En San Pedro, por ejemplo, no hay calles de amplio debate nacional como Julio Argentino Roca, cuya condición de “prócer” se pone en duda cuando se recuerda la campaña del desierto; o Eva Perón –hubo una propuesta para que así se llamara la actual Boulevard Paraná–, otro de los grandes personajes de la historia con adeptos y oponentes, aunque, claro, con notables diferencias respecto de lo del expresidente con el que “competía” en el billete de 100 pesos hasta la aparición de la taruca, ciervo autóctono del noroeste del país.
La calle principal se llama Mitre, en homenaje al presidente e historiador que forjó la corriente historiográfica dominante del país; a sus laterales corren la que recuerda a la Revolución de Mayo y al expresidente Carlos Pellegrini, un hombre de confianza de Roca y miembro de la llamada Generació del 80 en cuya arteria está la sucursal local del Banco de la Nación Argentina, que fundó.
Tenemos una avenida Sarmiento y una calle Rivadavia; una para Belgrano y otra para San Martín; una avenida, la 3 de Febrero, que recuerda la Batalla de San Lorenzo y coincide con la de Caseros –que también tiene su calle–, donde fue derrotado Rosas, pero ninguna con el nombre del líder que ordenó lo que conocemos como la gesta de Obligado y que sucedió en territorio local.
En algunas casas de la calle Perón subsisten los carteles de “Areco”, la antigua denominación; Yrigoyen está presente; Mariano Moreno tiene su Boulevard; y nuestra Lucio Mansilla no es por Victoriano, el reconocido político y escritor –Lucio V. –,
sino por Norberto, su padre, el comandante de la Batalla de Obligado. Hasta una calle Néstor Kirchner tenemos.
En medio de tanto político y militar de renombre nacional, hay lugar para consideraciones locales en las calles: las Benefactoras Sampedrinas; el médico Emilio Ruffa, que dejó su vida atendiendo enfermos de cólera; Juan Bautista Thorne, otro héroe de Obligado; Mateo Sbert, el sargento local que murió en Malvinas; o Miguel Porta, uno de los impulsores de la usina eléctrica, hoy Coopser; los frailes Bottaro y Cayetano Rodríguez, de ascendencia nacional; el famoso actor Luis Sandrini; el poeta Aníbal de Antón y el payador Roberto Ayrala; entre tantos otros.
Además, muchas calles de San Pedro recuerdan a quienes tuvieron la responsabilidad de conducir los destinos políticos de este pueblo: los intendentes, electos por el pueblo en elecciones libres o con partidos proscriptos; impuestos como comisionados o interventores; herederos por renuncia o fallecimiento del elegido, pero máxima autoridad política de la ciudad al fin.
San Pedro tuvo un total de 57 jefes comunales. Algunos de ellos repitieron mandato no consecutivo, es decir que volvieron a ser electos o nombrados “a dedo” para ejercer el cargo. De ellos, lograron ascender a calle sólo 12.
Son Máximo Millán, primer intendente desde que existe esa denominación (1886); Vicente Basavilbaso (1893-1894); Moisés Novillo, que gobernó tres veces entre 1895 y 1899; Gerardo Bozzano y Manuel Molina, que estuvieron al frente de la comuna en medio de esos períodos.
Eduardo González Bonorino, también varias veces jefe comunal; Filiberto de Oliveira Cézar, constructor del puerto de Vuelta de obligado (1907-1909); Felipe de Las Heras (1913-1915); Pedro Luis Cabrera (1948-1951); Alejandro Maino (129-1930), que además fue diputado provincial y nacional; Juan Ismael Giménez, electo en 1973 y fallecido ese mismo año; y Juan José Sánchez, cuyo nombre se impuso a la calle 64 el año pasado.
Al Concejo Deliberante llegó una propuesta ciudadana para que la avenida Kennedy lleve el nombre del intendente Miguel Arana, médico cuyo nombre lleva un Centro de Salud.
Entre los 45 que no tienen calle, además, está, por ejemplo José Novau, cuyo nombre lleva la plazoleta de la bajada al Náutico, donde está la Pirámide de Mayo.
El resto deberá esperar nuevos debates sobre los nombres de las calles, que todavía los hay y, sin lugar a dudas, los habrá en el futuro.