De los 17 pozos de agua analizados, sólo ocho están aptos para el consumo de cualquier vecino
Así lo establecen los análisis difundidos por el Municipio a través de su página web oficial. Estuvieron, una vez más, a cargo del Bioquímico Héctor Varela, quien no cuenta con laboratorio habilitado para tal fin. En Obras Públicas analizan tomar “muestras domiciliarias” para conocer qué es lo que ingiere realmente cada consumidor.
Pese a que difundir información considerada de interés para la comunidad puede resultar una piedra en el zapato para el gobierno de Salazar, su equipo cumple con la promesa asumida en la campaña. Aunque los resultados pueden generar cierta preocupación -en el gabinete hubo quienes preferían no publicarlos-, dieron a conocer los análisis de los pozos de agua habilitados para el consumo de la población.
A los conocidos en enero, cuando La Opinión dio a conocer que los trabajos habían estado a cargo del bioquímico Héctor Varela, que carece de un laboratorio habilitado para cumplir con las tareas correspondientes, se les sumaron los publicados en las últimas semanas.
“Se hacen bimestralmente”, explicó el Secretario de Obras Públicas Jorge Ponzio, aunque lo dicho no coincide con los resultados difundidos, que corresponden a marzo y abril.
Según lo informado, en el tercer mes se analizaron los pozos 11, 12, 15, 16, 18, 19, 20, 21 y 22; mientras que en abril hicieron lo propio con el 1, 2, 3, 23, 24, 25, 26, 27 y el tanque copa. El resultado, en principio, es llamativo: del total de 17 pozos, sólo ocho están en condiciones de ser consumidos por cualquier vecino; hay cinco que presentan diferentes dificultades; y cuatro fueron calificados como “no aptos”.
Otra vez los nitratos
El informe entregado por Héctor Varela, profesional en cuya casa el Colegio de Bioquímicos certificó que no existe laboratorio alguno, da cuentas de que los pozos sobre los que deberían trabajar para recuperar y garantizar su consumo son cinco.
El 16 y el 22, que presentan altos valores de nitrato, por lo que personas menores a un año no deberían consumir el agua que de allí se extrae; mientras que el 24, 25 y 27 deberían aumentar el cloro que contienen.
Los que despiertan la alerta son el 3, 11, 12 y 18, que se encuentran no aptos para su consumo por presentar, por ejemplo, niveles de nitratos de 105 cuando lo normal es de entre 45 y 50.
La voz oficial da respuesta
Difundidos los resultados, La Opinión consultó al Secretario de Obras Públicas Jorge Ponzio para conocer cuáles serán las medidas a tomar, teniendo en cuenta que el agua de cuatro de los pozos no se encuentra en condiciones de ser consumida.
El funcionario reveló que pretende obtener “muestras domiciliarias” y de esa manera conocer qué es lo que “realmente consume” cada vecino, ya que el agua de los pozos se mezcla con la de otros en la red, por lo que los valores podrían varían considerablemente.
En ese sentido, señaló que pese a que la cantidad de nitrato detectada en algunos pozos es alta “no está comprobado que traiga grandes problemas”, dijo y completó: “Es más perjudicial el monóxido de los automóviles”.
En cuanto a los que se encuentran en peores condiciones, señaló que no evalúan cerrarlos ya que dejarían sin suministro, sobre todo, a los vecinos del centro, zona en la que se hallan los pozos con los valores de nitratos más altos. De todos modos, Ponzio consideró que cuando “se coloquen los seis pozos adicionales los resultados de los análisis cambiarán”.
Varela sigue con los análisis
En enero pasado, La Opinión reveló que el bioquímico contratado por el municipio para hacer los análisis de agua era Héctor Varela, un profesional que carece de laboratorio habilitado para trabajar.
Según pudo conocer este semanario, Varela cuenta con varios espacios equipados para cumplir con sus tareas y de esa manera asesorar a diferentes empresas del partido. Lo cierto es que ninguno fue recorrido por las autoridades locales dedicadas a habilitarlos como laboratorio.
Quizá por eso en el membrete de los resultados difundidos por el municipio aún figura la dirección de la vivienda del bioquímico, propiedad que recorrió la presidenta del colegio zonal IV Norma Servedia, quien se presentó para constatar “la existencia o no de un laboratorio”.
Finalizada la recorrida constataron que sólo “una cocina, una pieza y un cuarto” lo que conforman una casa que la profesional describió como “humilde”.
El Colegio habría notificado a las autoridades locales acerca de la situación observada. Sin embargo, el profesional sigue haciendo tareas y entregando informes con el membrete de lo que a todas luces es un “laboratorio fantasma”.