De la barranca a la zona de Banfield, la ola de robos no cesa
Rompen puertas, escalan tapiales, barretean autos, roban motos y se meten en todas las casas en las que pueden. Una ola delictiva que no reconoce clases sociales afecta a las zonas residenciales y a los que menos tienen.
Una ola delictiva de robos, hurtos y asaltos cometidos en general por jóvenes, a veces armados y encapuchados, afecta a diversos puntos de la ciudad. Desde la zona residencial de barrancas hasta barrios sociales históricos en la 11 de Septiembre al fondo, nadie se salva.
Mientras Cablevisión termina con la instalación de las cámaras y el gobierno hace la selección del personal que trabajará en el Centro de Monitoreo, los delincuentes se sirven en bandeja lo poco o mucho que puedan tener los vecinos en sus humildes o portentosas viviendas.
Aunque la flota de móviles policiales creció y los patrullajes se notan a toda hora en la ciudad, no se puede estar en todos lados y los ladrones lo saben. Con estudiada precisión, parecen saber cómo se distribuye la circulación policial, porque atacan cuando no hay efectivos cerca y en zonas donde la Policía recorre a diario.
Cerca del nuevo Boulevard
En la zona de barrancas, la presencia de jóvenes en busca de un botín suele ser habitual. Los vecinos están organizados, se comunican por WhatsApp y advierten a la Policía ante movimientos extraños. Los móviles circulan y las medidas de seguridad de muchas de las viviendas son férreas, aunque siempre algo sucede.
El sábado eran alrededor de las 4.30 de la madrugada cuando delincuentes intentaron ingresar a una vivienda de Máximo Millán al 1500 y no pudieron. Tras desistir, lo hicieron en otra casa cercana, donde robaron elementos del patio.
En la primera de las residencias había un grupo chicos que celebraban una “piyamada”, por lo que estaba más poblada que lo habitual, aunque ya dormían y no se enteraron de lo que sucedía. En otra casa sí pudieron ingresar al patio y preparar elementos del jardín para llevarse, entre ellos una bicicleta.
A escasos metros de la vivienda, mientras la familia dormía, Policía interceptó a un joven de 23 años que aguardaba para llevarse los objetos robados, que luego fueron devueltos a sus propietarios.
Los vecinos decidieron organizarse “para protegerse” mediante un grupo de WhatsApp, “para estar atentos todos y ver los sitios que se tienen que controlar, como los baldíos”, contaron.
El propietario de una vivienda que tiene cámaras de seguridad instaladas en la cuadra, señaló que “la única que queda es tener una buena alarma y, si pasa algo, tener registro de quiénes o qué fue lo que pasó”.
En ese sentido, indicó que en sus cámaras observó que se trata de “rateros, que andan a pie”, aunque no logró filmar nada de lo que sucedió el sábado por la madrugada, ya que el robo fue “a 50 metros” de su propiedad.
En 11 de Septiembre al fondo
La semana pasada, una joven de 25 años denunció que al regresar a su casa con su bebé notó que tenía la puerta abierta. Al acercarse, se dio cuenta de que la habían barreteado para robarle.
“Tenía todo desordenado y se llevaron todo”, contó la víctima a La Opinión. Los vecinos vieron que eran cuatro personas jóvenes. Le robaron el televisor, ropa, zapatillas, dinero en efectivo y una tablet.
Pegada a su casa vive su abuelo, a quien le robaron el martes a la madrugada. “Eran las 5.30 de la mañana y escuché un golpe en la puerta. Me levanté en calzoncillos y descalzo, con una madera en la mano. Un chorro, flaquito, encapuchado, parecía un pibe, me había destrozado la puerta”, contó el hombre.
“Lo corrí y se fue hasta la esquina, donde lo esperaba otro en una moto 110 roja”, agregó. Los casos en la zona fueron varios en la última semana.
“Antes de anoche le barretearon el auto a un vecino para robarle. A mi hija le robaron la moto de la puerta de mi casa. Hace unos días entraron a lo de un vecino y le sacaron la moto. A mi nieta le desvalijaron la casa el otro día, así no se puede vivir”, dijo el trabajador al que le rompieron la puerta.
Tanto en la intersección con Casella como con Nieto de Torres, sobre avenida 11 de Septiembre hay cámaras de seguridad. Los vecinos tienen sospechas acerca de quiénes podrían ser los ladrones y aseguran que vivirían en la zona.