De la 11 de Septiembre, para allá
Siempre se habló de dos San Pedros, uno céntrico y el otro (estigmatizado) una vez cruzada la 11 de Septiembre. Hoy quiero contarles sobre el poder del urbanismo y su capacidad de transformar a través de la planificación.
Producto de dos obras importantes, 11 de Septiembre está dejando de ser un eje que divide a un San Pedro de otro San Pedro, para convertirse en “EL” eje que une a San Pedro. Por un lado la nueva terminal de ómnibus en su extremo con Lucio Mansilla y por el otro un polo gastronómico que remata en el río atravesando Juan de Garay.
Con el aumento de la movilidad urbana, gracias a la pavimentación de ciertas áreas de la ciudad, se conectó el tejido de calles, atravesando esta avenida y permitiendo una continuidad en la circulación entre los barrios. Una bocanada de aire que da vida y resucita un territorio olvidado por muchos. Pero no debemos olvidar el mantenimiento de la infraestructura existente. Recordemos que es necesario concebir a la ciudad como un todo y su habitabilidad debe ser equitativa en todas las partes que la conforman.
Ahora bien, ¿Con que situaciones nos encontramos hoy a lo largo de esta gran avenida?
Es necesario un análisis de la realidad comercial y urbana de esta nueva arteria con una mirada integral, dado que el esquema que se plantea nos permite moldear una identidad desde cero. Factores de densidad, características del espacio público actual y la intención de cómo queremos que sea este paisaje urbano son algunas de ellas.
El análisis de la movilidad entre barrios que se desprende y al mismo tiempo atraviesa esta avenida, plantea nuevas posibilidades en la actividad comercial y recorridos urbanos, todo esto acompañado por nuevos equipamientos y servicios en post de la zona que lo demande… una transformación total y saludable.
Consideremos a la ciudad como una plataforma donde se hacen visibles situaciones de esparcimiento que promueven el intercambio entre los vecinos, situaciones de infraestructura donde se dé respuesta en materia de salud y educación. Es fundamental concebir subnucleos dentro de este territorio, como nodos que den orden a esta nueva estructura y al mismo tiempo pensarla como una nueva oportunidad para aquellos que quieren aprovecharla.
Son diversos los factores que se deben tener en cuenta para hacer de este circuito un espacio con vitalidad económica, cultural, educativa, pero por sobre todo social. Si es posible que generemos el intercambio entre los barrios de San Pedro, la construcción de nuevas identidades colectivas es inevitable. Esto es una puesta en valor que involucra la participación de toda la ciudadanía y sobre todo del compromiso de los funcionarios.
Creo acertada la definición de arteria para esta avenida. Hace tiempo que San Pedro está paralizada y esta es no sólo una oportunidad sino también una iniciativa decisiva para la reactivación de la ciudad, donde se entienda a esta como un soporte de la vida cotidiana donde cada sector sea generador de experiencias y oportunidades.
A mi entender la Avenida 11 de Septiembre es una pieza clave y este es el momento de estudiarla para comunicar y promover la vida urbana a lo ancho y a lo largo de nuestra querida ciudad.