Cuidadores de la Casa Común, una puerta al mundo laboral para jóvenes en situación de vulnerabilidad
Casi 90 jóvenes, entre varones y mujeres, se capacitan en San Pedro en los talleres del programa inspirado en la Carta Encíclica "Laudato Si". El objetivo es formarlo y generarles un "trabajo digno". Los casos de Saúl y Martín y la emoción del profesor Pablo Ojea.
El programa Cuidadores de la Casa Común, inspirado en la Carta Encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco que en San Pedro desembarcó en 2016, tiene como objetivo generar oportunidades de trabajo digno a jóvenes en situación de extrema vulnerabilidad. A partir de ello, superar la “cultura del descarte”.
La sede local funciona en un edificio de Bottaro 1060 y aglomera a 88 chicos en conflicto con la ley que se capacitan en los diferentes talleres para aprender la profesión y tener una salida laboral. Tal es el caso de Saúl Serra quien es parte del proyecto desde que arrancó y se dedica a la albañilería: “Me interesó este lugar porque es una salida laboral, estamos generando trabajo digno para los chicos y para mí también”.
El joven contó que allí aprendió “parquización y forestación” y, para él, significó tener un trabajo: “Comenzamos a conseguir trabajo y ofertábamos también para que la gente nos vaya conociendo y estar dispuesto con los chicos necesarios para hacerlos”.
Su contacto para conocer Cuidadores de la Casa Común fue la concejala Florencia Sánchez quien es una de las referentes a nivel local. Martín Bustos, de 28 años, también llegó en 2016 y se dedica a la forestación y albañilería.
“Ahora estamos empezando a salir, estábamos haciendo capacitación. Tuvimos un primer trabajo en una casa que ya lo hicimos y ahora estamos en búsqueda también. Hemos ido muchas veces al Paseo Público y a varias plazas, como la de la Amistad, y a varias parroquias. Hicimos trabajos de limpieza demás”, relató el joven a La Opinión.
Los talleres
Saneamiento y construcción: se hacen limpiezas y eliminación de microbasurales más posterior forestación del área en diferentes establecimientos de la comunidad, entre ellos escuelas y jardines. En materia de construcción, los jóvenes se capacitan y trabajan colaborativamente en mejorar cinco viviendas pertenecientes a sus mismos compañeros y, también, la construcción de una vereda de un edificio comunitario. A través de estos talleres, sampedrinos ingresaron al programa Potenciar Trabajo a fin de realizar tareas de construcción y saneamiento ambiental.
Forestación y mantenimiento de espacios verdes y huertas: se trabaja con la tierra a objetivo de mejorar y diversificar la alimentación de la comunidad.
Mimbrería: está planteado como herramienta para incentivar a los jóvenes a generar autonomía y desarrollarse como mimbreros. Los productos son muy requeridos por sampedrinos y turistas.
Alimentación y cocina saludable: se elaboran alimentos saludables con materias primas que nutren al organismo tales como productos agroecológicos, harinas integrales, azúcares orgánicas y naturales.
Textil con reciclado: se reciclan materiales y producen accesorios funcionales. Se apuesta a la economía social y solidaria además del cuidado del medio ambiente.
Pablo Ojea es uno de los profesores que tuvo el taller hasta el año pasado y dejó su lugar por cuestiones personales pero sigue muy ligado al programa. Su apego es tal que no pudo evitar emocionarse al contar su experiencia con los chicos:
“Me emociona porque es un proceso lento, la búsqueda de trabajo hoy la tenemos y mañana no, muchos nos frustramos. A mí siempre me tocó trabajar y estudiar y nunca me di por vencido. El aprendizaje es mutuo, yo aprendí mucho de ellos también”, dijo.
Antes, precisó: “Es un proyecto de aprendizaje y me incorporé a dar mi aporte. Fuimos encaminando los talleres para generar nuevas capacidades. Desde 2016 se empezó el programa en el que dábamos talleres a los chicos que implicaban qué te gusta hacer y cómo lo harías. Fuimos armando talleres para capacitarlos y que entiendan también lo que es el mundo del trabajo”.
Oscar, en tanto, se sumó a Cuidadores de la Casa Común por iniciativa propia, a los 62 años. “Me gusta forestación y huerta. Yo me dedico a la construcción, me comentaron de esto, me interesó, hablé con Florencia y le pregunté si podía integrarlo. Me dijo que sí y llegué en 2019. A mí me encanta hacer estas cosas y me hago el tiempo, voy y cumplo”, contó el hombre que hoy tiene 64 años quien aseguró que a los jóvenes les enseñó “el compromiso con el trabajo”.
Los jóvenes interesados en sumarse al programa pueden contactarse con Cuidadores Casa Común San Pedro en Facebook e Instagram. A su vez, los jueves se llevan adelante entrevistas de 16.00 a 18.30 a fin de que los chicos puedan interiorizarse en el proyecto y participen.
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