Cuatro años con un peligroso narcotraficante, socio delictivo del Ruso Lohrmann
La semana pasada, tras varios años de investigación, cayó detenido Juan Carlos “Bomba” Gallardo, un peligroso delincuente con frondosos antecedentes de robo de bancos, secuestros y tiroteos con la policía, a quien le seguían los pasos por liderar una banda que distribuía marihuana y cocaína en la región. Su esposa Laura Quinteros, con la que compartía una vivienda con vista al río en Vuelta de Obligado, también fue detenida, al igual que su hija, su yerno, un hombre que trajo la droga desde Misiones y los sampedrinos Brea Fernández y Carola Austin. A Rodolfo Lohrmann, el prófugo más buscado del país, lo atraparon en Portugal al otro día.
Cuando en agosto del año pasado La Opinión reveló que el Grupo Albatros de Prefectura había sitiado Vuelta de Obligado para un allanamiento que resultó fallido, fuentes de la investigación confiaron a este medio que buscaban a un peligroso delincuente que tenía prontuario como ladrón de bancos, secuestrador, de rápida capacidad de abrir fuego contra policías y que era investigado como cabecilla de una red de distribuidores de cocaína y marihuana que operaban en la región.
En ese momento, no se podía decir que el vecino de buenos modales y propinas generosas que habitaba una casa con vista al río en uno de los lotes en litigio con la Fundación Obligado era Juan Carlos “Bomba” Gallardo, conocido en los ambientes delictivo, policial y judicial por haber sido parte de una banda de secuestradores y condenado por el robo al banco Río de Baradero en 1995, bajo las órdenes del Ruso Lohrmann, el prófugo más buscado del país, a quien detuvieron en Portugal al otro día que cayera “la Bomba”, tras 14 años en los que usó diversas identidades.
Una larga investigación
Fueron largos años de investigación. “Bomba” Gallardo se había instalado en Vuelta de Obligado hace cuatro, con su esposa, Laura Susana Quinteros. Allí hacían fiestas de las que participaban reconocidos grupos de la movida tropical y hasta se pudo ver a famosos conductores de televisión relacionados con ese género musical animando las veladas.
En 2014, algunas situaciones que no fueron ventiladas hicieron que apareciera un buchón que fue a la policía a contarle lo que sucedía en esa casa donde había personal de limpieza y parquización permanente y de donde entraban y salían autos a toda hora del día.
Allí empezó la tarea investigativa, a cargo primero del Fiscal Marcelo Manso y luego de la Fiscalía tematizada en comercialización de drogas que conduce el Dr. Patricio Múgica Díaz.
Durante 2015 y 2016 la recolección de elementos fue incesante. Horas y horas de espionaje, con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) como coordinadora, con miles de escuchas de decenas de líneas telefónicas intervenidas, largas noches bajo el frío del invierno o el calor del verano permitieron reunir pruebas.
“Bomba” Gallardo, su esposa, su hija y su yerno más dos revendedores locales fueron atrapados. Están comprometidos con la causa y los elementos reunidos en su contra permitirían llevarlos a juicio y hasta condenarlos. Aunque los abogados defensores de cada parte preparan sus estrategias para intentar, en principio, que Gallardo y Quinteros sean los que queden procesados (ver aparte).
De los elementos secuestrados durante los allanamientos surgirán nuevas pruebas y líneas investigativas. El secuestro de una gran cantidad de teléfonos celulares implica la posibilidad de rastreo de otros números con los que se contactaban para la venta.
Además, permite dar con consumidores que pueden testificar que Juan Carlos Gallardo, Laura Quinteros, Johana Gaitán, Leonardo Barrios, Oscar Galeano, Oscar “Brea” Fernández” o Ana Carolina “Carola” Austin era alguno de sus proveedores.
“Laura, te amo”
La larga investigación estableció que Laura Quinteros solía salir de madrugada en un auto junto a un perro que no permitía que nadie se acercara. Tomaba habitualmente un camino rural por el que accedía a la ruta 9 a través de los campos del partido de Ramallo.
A veces era “la Bomba” quien lo hacía, aunque en otro auto. Casi siempre que se iban de la casa, otro vehículo los seguía. En la región son numerosas las anécdotas que dan cuentas de que tenían encima, siempre, mucho, muchísimo dinero, hasta en sendos maletines dentro de los baúles de los automóviles.
Quienes estuvieron cerca de la investigación preliminar aseguran que alguien le avisó el día que cayeron los Albatros. En la casa sólo había un cuidador que salió corriendo. En el río estaban tres pescadores en una noche en la que ni siquiera un principiante hubiese ido a probar pique. El barco que los investigadores esperaban llegara hasta esa zona y arrojara el cargamento para que lo recogieran las canoas nunca arribó. Dentro de la vivienda, nadie requisó el espacio que hay entre el cielorraso y el techo o las bocas de expulsión de aire de la ventilación.
Alguna vez un operativo montado en el acceso a Vuelta de Obligado esperaba que saliera un cargamento pero justo ese día no entró. Ni lo vieron pasar.
Todos los relatos sobre el proceso de investigación y la prueba que obra en los 63 cuerpos que tiene el expediente de la causa dan cuentas de que Gallardo sería uno de los principales distribuidores de cocaína y marihuana en la región. Por eso, quizás, sorprendió que lo que encontraron tras detenerlo, cuando revisaron el auto mientras él y su mujer permanecían de espaldas, esposados, apoyados en las ruedas de los vehículos, con unos bolsos tirados al costado, fueran poco más de 10 kilos de marihuana. “Son 400 piedras de 25”, dijo un conocedor de la venta, quien agregó: “Eso lo colocan en unos días”.
“Yo estoy convencido de que, por las pruebas que tengo en la causa, iban a recibir mayor volumen”, reconoció el Fiscal Patricio Múgica Díaz, que tiene la certeza de que en otras oportunidades habían recibido más cantidad de droga.
Hay quienes creen que la “carga grande” habría llegado antes. El Fiscal también reconoció que el operativo “se precipitó” para el jueves.
Desde el río puede leerse “Laura, te amo” en la casa que Gallardo iluminó, rodeó de cámaras de seguridad y cercó para su seguridad. Ambos, a la par y en una sociedad inquebrantable, construyeron un imperio de drogas cuyos alcances recién empiezan a revelarse.
Múgica Díaz cree que en Buenos Aires hacían una distribución mayor. Hay quienes dicen que el barco con cinco toneladas de marihuana que retuvieron en Vuelta de Obligado hace unos años era para ellos. También hay versiones acerca de que las siete toneladas que luego fueron diez que secuestraron en otro barco, en Lima, también guardarían relación con su actividad.
El devenir de la causa permitirá abrir otros caminos hacia donde la influencia de Gallardo se extendía. Pasó cuatro años instalado en un pueblo de la provincia de Buenos Aires donde todos se conocen. Algo, alguna vez, iba a fallar.
Los pasos judiciales
Patricio Múgica Díaz tiene 30 días para reunir pruebas y solicitarle al Juez Pratti la prisión preventiva de los detenidos.
Gallardo y su esposa eran clientes del reconocido penalista nicoleño Gotadro Migliario, quien oficia su defensa, la de la hija de Quinteros y de su pareja.
En diálogo con La Opinión, el experimentado abogado dijo que su tarea está centrada en lograr que todos sus clientes estén cerca –hoy hay detenidos en San Nicolás, La Plata y Campana, explicó–, y expresó su preocupación por las malas condiciones de reclusión.
“Cuidaremos a las personas, empezaremos por los jóvenes, la hija y el yerno, que nos preocupa, que tienen una nena”, dijo Migliario, quien pedirá la excarcelación de ambos o una morigeración en caso de que se la denieguen, para que cumplan prisión domiciliaria. “Vamos a empezar por lo más sencillo y urgente. Él (por Gallardo) ya es un hombre grande, con experiencia. Los chicos tienen una nena de 6 años”, señaló.
Todavía no prestaron declaración y el abogado se manifestó “sorprendido por la causa”. “Hay que ver si hay grabaciones, cuál es la investigación, si están bien hechas, hay que controlar. Esperemos que hayan cumplido”, dijo en relación a los procedimientos legales para obtener escuchas telefónicas.
Auguró “una causa de mucha tarea” y sostuvo que hay “cierta moda de narcocriminalidad”, un “discurso gubernamental relacionado con el tema”, pero que “hay mucha gente que se enferma con los excesos”, por lo que “debe pensarse más en la salud que en los presos, porque lo importante es que se cure”.
Por su parte, Hugo Lima (h) es el abogado de “Brea” Fernández y “Carola” Austin. El penalista nicoleño sostiene que el único vínculo de sus clientes con “Bomba” Gallardo es comercial, ya que le proveían madera.
El narco detenido tenía diversos “proveedores” de todo tipo, sobre todo para el mantenimiento de su casa y para satisfacer las necesidades de las fiestas que organizaba. Hasta ahora, a ninguno de ellos los llamaron y mucho menos los detuvieron.
Quiénes son los detenidos
y qué secuestraron en cada caso
> A Juan Carlos “Bomba” Gallardo y su esposa Laura Susana Quinteros los detuvieron en la avenida Antártida Argentina, a 600 metros de la Ruta 9, en inmediaciones del peaje de Zárate. Circulaban en un Citroën C3 Aircross blanco. Esta vez era conducido por él, aunque habitualmente era ella la que se movía en ese vehículo.
Encima llevaban ocho envoltorios tipo “ladrillo” en cuyo interior había un total de 10,5 kilos de marihuana compactada. También tenían dos libretas con anotaciones, donde presuntamente tenían el detalle de la distribución. Llevaban además unos cuatro bolsos de cuero y cinco teléfonos celulares.
> En ese momento fue detenido Oscar Ernesto Galeano, quien circulaba en un Volkswagen Gol Trend gris. Lo atraparon en la intersección de la colectora y el puente de acceso al Parque Industrial Zárate. Está acusado de ser quien trajo la marihuana desde Misiones y se la entregó a “la Bomba”. Tenía tres celulares.
En San Pedro allanaron un departamento del edificio ubicado en Boulevard Moreno 265. No había nadie.
Encontraron documentación a nombre de Laura Quinteros y de su yerno, Leonardo Andrés Barrios. También secuestraron un teléfono celular.
> En Juan B. Justo 530, la famosa maderera, fue detenida Ana Carolina Austin, “Carola”, entrenadora de hockey femenino en el club Paraná. Secuestraron una escopeta sin marca ni numeración y cartuchos del calibre 16. Allí estaba una joven efectivo de la Policía Local, que ahora enfrenta un sumario. Ese día había faltado a trabajar.
> A Oscar Leonardo “Brea” Fernández lo detuvieron en un campo del paraje Tablas. Tenía encima casi 99.550 pesos. Le secuestraron un celular y un DVD. De la maderera se llevaron incautada una camioneta de su propiedad.
> A Johana Belén Gaitán Quinteros, hijo de la esposa de “la Bomba”, la detuvieron en Pi y Margall 420, departamento L, en el barrio porteño de La Boca. Le secuestraron un Volkswagen Bora gris, modelo habitual de movilidad de Gallardo, una pistola Bersa calibre 40, una pistola Glock 9 mm, 24 proyectiles y cinco teléfonos celulares.
> Su pareja, Leonardo Andrés Barrios quedó detenido cuando se presentó en la dependencia de la policía antidrogas de Zárate-Campana. Había ido a buscar a su hija y como también estaba investigado, quedó preso.
> Hubo además un allanamiento en un campo de la localidad de General Rivas, en el partido de Suipacha, ubicada entre Mercedes y Chivilcoy. Allí secuestraron un celular e identificaron a un empleado de 42 años sobre quien no se tomó ninguna medida judicial.
Una verdadera bomba delictiva
Juan Carlos “Bomba” Gallardo tiene 56 años y una vasta trayectoria delictiva que se remonta a los años 80. En los 90, junto al Ruso Lohrmann y el Zurdo Branto Ayala integró una banda que se desprendió de la que lideraba el “Gordo” Valor, cuando se “especializaban” en asaltos de tipo comando.
Su nombre siempre estuvo vinculado al de Lohrmann, por lo que las sospechas de que habría participado en diversos secuestros extorsivos comandados por el “prófugo más buscado del país”, que fue detenido el viernes en Portugal, son importantes.
El Ruso o La Rubia Lohrmann, Juan Carlos “Bomba” Gallardo y Roberto Gerardo “Zurdo” Branto Ayala robaron la sucursal Baradero del banco Río en 1995. Allí mantuvieron a 12 personas como rehenes para huir con medio millón de pesos. Lohrman purgó cárcel por ese hecho. Al salir, ya estaba robando otro banco. Luego comenzó la era de los secuestros, que lo hicieron célebre.
Ambos eran de Lima, donde Lohrmann aprendió algunos “secretos del oficio” de parte de su padrastro, policía. Las estadías en San Nicolás, Olmos y Sierra Chica, donde compartieron pasillos con “Los Doce Apóstoles”, fueron toda una escuela. Gallardo solía jactarse de ello ante algunos conocidos, sobre todo ante aquellos que, también delincuentes con paso por algún penal, supieron alguna vez trabajar para él en tareas legales y no tanto.