Cuarentena: con policía, siete clausuras en comercios y preocupación por el alto incumplimiento
Tras las dos clausuras del miércoles, el Gobierno dispuso un operativo para recorrer comercios que comenzó en el centro y detectó una gran cantidad de locales que no podrían estar operativos pero estaban funcionando de alguna u otra manera. Tiendas de ropa, zapatillerías, talleres de compostura de calzado, regalerías, pinturerías, blanquerías y un sinfín de rubros que deberían estar cerrados tenían sus puertas abiertas o estaban en el local para atender envíos por delivery.
El presidente de la Nación extendió la cuarentena desde el lunes pasado hasta el 27 de abril y amplió los rubros que están exceptuados. Aún así, hay muchos comercios que no pueden abrir ni pueden trabajar bajo ninguna modalidad pero lo están haciendo. Por eso el Gobierno local salió a controlar.
La Opinión reveló el miércoles que al menos dos negocios, una tienda de ropa y una regalería, ya habían sido clausurados por incumplir lo que establece el decreto. Este jueves, de manera sorpresiva, una "brigada" de control de comercios salió a la calle y se encontró con la sorpresa de que, al menos en el centro, casi todos estaban, de una u otra manera, en infracción.
El Gobierno informó oficialmente que el recorrido por comercios que no se encuentran habilitados para funcionar arrojó como resultados que "en al menos siete casos se pudo constatar la apertura del local y en algunos de ellos la operatoria de venta".
"En estos casos se procedió a notificar y clausurar", explicaron y recordaron que "sólo se encuentran habilitados aquellos rubros exceptuados del cumplimiento del 'aislamiento social, preventivo y obligatorio', quienes pueden abrir de acuerdo a las modalidades establecidas por las normativas vigentes".
El recorrido fue por la mañana y atravesó las calles del centro. Los rubros alcanzados por las clausuras por no cumplir con la ley y las notificaciones de advertencia ante la sospecha de que podrían estar incumpliendo abarcan un amplio espectro.
En una zapatillería encontraron una persona dentro del local que estaba comprando. En una blanquería observaron que una señora se iba con un paquete y la habían atendido a través de la reja. Una regalería puso una mesa en la puerta para cobrar a quienes iban a pagar sus cuentas y los clientes abonaban desde la vereda.
En una casa de ropa labraron una infracción y procedieron a la clausura tras encontrar a una mujer que salía con un acolchado recién comprado. Hubo casos en los que el personal municipal tuvo que requerir presencia policial porque la situación se puso difícil.
En una pinturería había seis personas haciendo cola. El propietario adujo que estaba dentro de las excepciones por su condición de "corralón de materiales". Le pidieron el certificado de habilitación y decía otra cosa, por lo que le correspondía la clausura.
En una cuadra se encontraron con una aseguradora, una casa de artículos de pesca y un taller de compostura de calzado con carteles alusivos a su modalidad de atención, pero ninguno de esos rubros podría operar, según el decreto vigente.
"Los comerciantes creen que pueden hacer delivery y no, no pueden. Sólo pueden trabajar los que están exceptuados y que figuran en los decretos, el resto no puede", señalaron fuentes municipales que, de todas maneras, entienden la realidad.
"La gente tiene que pagar alquiler, luz, gas, de todo, pero tienen que mantener el comercio cerrado porque lo dice el decreto. Todos plantean lo mismo: que no saben cómo van a pagar a los empleados, los servicios, que ya no saben qué hacer", analizaron.
En muchos comercios hay carteles que indican que venden por Facebook, por teléfono, que indican que hacen delivery de productos o retiros en puerta, pero al no estar alcanzados por las excepciones dispuestas son pasibles de ser clausurados.
"Esto genera un efecto dominó: abre uno y el vecino enseguida quiere abrir, y lo hace. Es muy complicado", confiaron referentes del Gobierno, que mañana convocó a todas las partes involucradas en este tipo de control para unificar criterios y evitar los "grises" de la ley.
Hay muchos locales que no están preparados para la situación que se vive y necesitan cobrar sus cuentas pendientes. En algunos casos se comunican con sus clientes y les ofrecen modalidades alternativas para saldar las deudas. En otros, decidieron abrir y ahora se enfrentan a la posibilidad de una clausura, porque los controles seguirán.